A siete días de las usurpaciones producidas en pleno barrio Transporte, en el norte de la ciudad, hoy la situación parece estar controlada, después de un comienzo de semana bastante convulsionado.
Según los últimos datos municipales, aproximadamente unas 40 familias son las que todavía permanecen en la zona. No obstante, los actuales habitantes aseguran que en los terrenos que están cruzando 1° de Mayo (entre Azcuénaga y Matheu), hay muchas más personas viviendo.
A siete días de las usurpaciones producidas en pleno barrio Transporte, en el norte de la ciudad, hoy la situación parece estar controlada, después de un comienzo de semana bastante convulsionado.
El conflicto, fundamentalmente, se generó cuando ocupantes de los alrededores y de otros barrios más alejados, llegaron a los terrenos contiguos al CIC de Facundo Zuviría (entre Azcuénaga y Matheu), donde de viernes a domingo funciona el trueque desde hace ya muchos años.
Entre lunes y martes, hubo con discusiones fuertes (con cortes de calle incluido) justamente entre los trabajadores del trueque y los circunstanciales ocupantes, que pretendían asentarse en la zona.
Estos problemas pudieron disiparse gracias, en primera instancia, a la Municipalidad, que actuó desde el primer momento, y luego se fueron sumando el gobierno provincial, con efectivos de la policía, y todo se vio mucho más “controlado” con la llegada de Gendarmería Nacional, lo que hacía entender que la situación había llegado a los fiscales y jueces federales.
La manzana que está contigua al CIC de Facundo Zuviría (que a su vez fue la última en ocuparse el día domingo), ya no tiene más ocupantes y está liberada para que los trabajadores del trueque puedan desempeñar sus labores habituales.
El pulmón del medio, donde hay un playón deportivo, también ya está vacío casi en su totalidad. Donde sí quedan aproximadamente unas 35 familias es en el terreno que limita al este con calle 1° de Mayo. Y cruzando dicha arteria, están todavía los primeros que llegaron a la zona, que según dicen los mismos vecinos, ahí también “hay por lo menos unas 35 familias o más”.
Ileana Ojeda es una de las referentes del lugar y dialogó con El Litoral. “La situación para los vecinos que usurpamos, claramente está mal porque ninguno tenemos vivienda propia. Eso va de la mano con el conflicto por los terrenos del trueque. No entendemos porqué al ser nacionales, les dan prioridad a algunos y a otros no. Todos tenemos derecho a un trabajo digno y también a una vivienda. Además, si yo quiero ir a vender algo al trueque, me ponen un fierro (arma) en la cabeza y no tengo derecho a nada, ni siquiera de vender un pan casero como me pasó muchas veces ya, porque todos se creen los dueños de los terrenos. Acá viene gente de las avenidas con sus camionetas y autos 0KM, que también tienen negocios, y se llenan los bolsillos”.
“Nosotros en este pedazo de tierra somos cinco familias. Pero por ejemplo anoche que llovió nos tuvimos que juntar todos, que somos más de diez, en un rancho muy chico. No tenemos agua, vamos al baño de los vecinos que nos lo prestan. Los yuyos están altos y eso genera que haya muchos bichos mosquitos y acá estamos con criaturas”, explicó Ileana respecto a cómo viven.
Ojeda también aseguró que la manzana donde ellos se encuentran, que es la que se ubica entre las calles 1° de Mayo, 4 de Enero, Matheu y Azcuénaga, no hay ningún problema. Entre ellos mismos (los ocupantes) se encargan de que no haya conflictos y que nadie le quiera quitar el terreno a nadie, porque “acá no buscamos problemas, todos tenemos las mismas necesidades”.
Sobre el final de la charla, Ileana comentó que “necesitamos una respuesta concreta de la Nación. No pedimos nada de arriba. Si nos dan un plan, todo bien, pero queremos trabajar. Ahora viene la tarjeta alimentaria, que será de gran ayuda más que nada para los chicos”, y concluyó tajante: “Nos vamos a quedar acá”.