Miércoles 30.6.2021
/Última actualización 18:48
Martín tiene 45 años y le llegó el turno de vacunación contra el covid-19. Está en la fila de gente citada en La Esquina Encendida. Lo hacen pasar, chequean su identidad y lo derivan hacia un puesto donde lo espera Nadia, una enfermera. Su rostro está "escondido" detrás del kit sanitario. Tiene una cofia en la cabeza, guantes, barbijo, un camisolín y un cubre calzados. Martín se sienta, descubre su brazo derecho y ella extrae una jeringa, toma del frasquito la vacuna, se la aplica al enésimo paciente de la jornada. Le tocó la Sputnik V. Agradecido por "el increíble operativo de vacunación", dice, Martín se va a otra silla a esperar 10 minutos antes de volver a su casa. Mientras que Nadia, quien ya vacunó desde temprano a cientos de santafesinos, activa una vez más su protocolo que repite tres veces al día y se vuelve a cambiar con otro kit sanitario. El que tenía puesto va a parar a una bolsa roja, al igual que el tarro con la aguja, el frasquito y todo lo usado para vacunar. Lo mismo repiten el resto de las 100 enfermeras y demás trabajadores que vacunan allí, en el gimnasio frente a Don Bosco.
El operativo de vacunación contra el coronavirus que se viene llevando a cabo en gran parte del mundo debido a la pandemia no tiene precedentes. Sabido es el cuidado que deben tener quienes transportan las vacunas que llegan al país y luego a la provincia desde distintas partes del mundo. Vacunas que terminan en el brazo de las y los santafesinos, como ocurrió con Martín. Todo en pos de salvar vidas.
Guillermo Di Salvatore Camisolín. Se lo cambian hasta tres veces al día, por protocolo, mientras vacunan. Y lo desechan.Camisolín. Se lo cambian hasta tres veces al día, por protocolo, mientras vacunan. Y lo desechan.Foto: Guillermo Di Salvatore
Otra de las implicancias que tiene el enorme operativo es el material de desechos que se genera a diario. Porque cada vez que se coloca una vacuna hay una caja, un frasco, una aguja, una jeringa, una gasa, una cinta y otros elementos que deben ser descartados mediante un protocolo sanitarios muy cuidadoso, ya que se trata de residuos patológicos que están biocontaminados y son considerados peligrosos, por lo que no pueden ir a para al tacho de basura.
Se consideran residuos biopatogénicos (peligrosos) a aquellos con actividad biológica que pueden ocasionar enfermedad (alérgica, infecciosa o tóxica) en huéspedes susceptibles (humanos o animales) o contaminar el ambiente. Lo que se busca con el manejo de dichos residuos peligrosos provenientes de la campaña de vacunación contra el covid es evitar que causen algún daño a la salud de los trabajadores o al resto de la población. A su vez, también se persigue minimizar los impactos ambientales generados.
El 7 de junio pasado, por ejemplo, en un solo día de vacunación en La Esquina Encendida "se despacharon 28 bolsas rojas (se las identifica por su color) de 40 litros precintadas, con 84 kilos de residuos patológicos cada una en su interior", cuenta la enfermera Carla Nazaruk, que es una vacunadora del hospital Sayago, y desde hace un año atrás integra el equipo de gestión montado para el operativo de vacunación provincial contra el covid. Las 28 bolsas rojas llenas representan un total de 2.352 kilos de residuos descartados durante una jornada en un solo vacunatorio de la provincia.
Es preciso imaginar entonces el volumen del total de los residuos que se generan a diario en todos los centros de la provincia, del país, del mundo entero. Sólo en la ciudad de Santa Fe hay en la actualidad 11 centros vacunatorios -algunos más grandes que otros-, mientras que en la provincia son 336, en 323 localidades. Otro dato: hasta el lunes 28 de junio, eran 1.645.183 las vacunas contra el Covid aplicadas en dichos centros provinciales. Todo ello genera un volumen estimado en aproximadamente unas 6 toneladas mensuales de residuos peligroso, según la estimación realizada por el Ministerio de Salud provincial ante la consulta de El Litoral. ¿A dónde va a parar esa basura?
Guillermo Di Salvatore Roja. Es a bolsa en la que se depositan los residuos peligrosos.Roja. Es a bolsa en la que se depositan los residuos peligrosos.Foto: Guillermo Di Salvatore
En las bolsas rojas viajan también otros residuos: cofias, barbijos, camisolín, guantes y cubre calzados, que varias veces al día las enfermeras y enfermeros deben colocarse y renovarse una y otra vez, al igual que las demás personas que trabajan en los vacunatorios. Todos deben cambiarse los kits sanitarios, como indica el protocolo de cuidados sanitarios. Y en consecuencia, todo ello va a parar también a las bolsas rojas, que tienen un espesor ultra resistente y lleguen sin dañarse a destino.
"Todo elemento cortopunzante, como los frascos o ampollas de las vacunas y las jeringas, se colocan primero dentro de un recipiente denominado descartador, que es un tarro especial con paredes de gran espesor y una tapa con traba inviolable -aclara la enfermera-, y luego estos frascos van a la bolsa roja precintada", explica quien además es una de las tres coordinadoras del plan vacunatorio en La Esquina Encendida.
Guillermo Di Salvatore Operativo. Sólo en el vacunatorio de La Esquina Encendida trabajan a diario 100 personas, que generan estos residuos. En la ciudad hay 11 vacunatorios y en la provincia, 336.Operativo. Sólo en el vacunatorio de La Esquina Encendida trabajan a diario 100 personas, que generan estos residuos. En la ciudad hay 11 vacunatorios y en la provincia, 336.Foto: Guillermo Di Salvatore
En Santa Fe, las bolsas rojas llenas de residuos peligrosos debidamente precintadas para su seguridad son recogidas de cada centro vacunatorio por un camión perteneciente a alguna de las empresas encargadas del manejo de los mismos en cumplimiento de una correcta gestión dispuesta por la norma vigente. Estas son principalmente la Ley General del Ambiente (N° 25.675); y la Ley de Residuos Peligrosos (N° 24.051), además de otras resoluciones. Los operarios transportan luego lo recolectado a una planta de tratamiento, donde es incinerado, y se encargan más tarde de la disposición final en rellenos sanitarios habilitados al efecto.
"En el caso de los desechos generados en el vacunatorio de La Esquina Encendida, por ejemplo, es la empresa Soma la encargada de retirarlos -cuenta Nazaruk- y trasladarlos a su planta de tratamiento" ubicada en Rosario, para su disposición final.