Más de 60 vecinos de Santa Rosa de Lima se reunieron ayer por la tarde en la esquina de Tucumán y Aguado para reclamar por el estado de abandono del barrio. “Estamos peor que después de la inundación. Apenas tenemos luces, no tenemos colectivos, las veredas son intransitables porque están tapadas de agua y barro”, aseguró Javier Pérez al comienzo de la asamblea.
Los vecinos se quejaron de la forma en que se encararon los trabajos de la red cloacal. “La calle Estrada tenía un mejorado, pero con el tema de las cloacas lo arruinaron y ahora es imposible transitar. Es un desastre. A mí me taparon el caño de desagüe de mi casa y ni siquiera me puedo bañar, no puedo usar el agua porque se me inunda la calle”, cuestionó Ivana Tomassi.
“Desde que empezaron con las cloacas rompieron todo. Ni los remises ni las ambulancias pueden entrar por el mal estado de las calles. Lo mismo pasa con el basurero que pasa cuando quiere y por dónde puede”, se quejó Rosa Schmit.
“Esto es un asco. Nos tienen viviendo como chanchos: en el barro”, gritaba un vecino desde el centro de la ronda. El resto asentía con la cabeza.
Cambio de recorrido e inseguridad
Desde hace 3 meses, la línea 18 dejó de circular por calle Aguado y sólo entra al barrio por Mendoza, hasta las 22 hs. “Nosotros tenemos que caminar cuatro cuadras hasta la parada, pero la gente que vive sobre Suipacha o más adentro tiene que hacer 10 cuadras hasta el colectivo. Los chicos que van a la escuela tienen que salir a las 6.30 de la mañana y a esa hora, que todavía es de noche, es imposible dejarlos ir solos. Uno tiene que acompañarlos para que no les roben: las zapatillas, las camperas, los celulares. Después una vuelve caminando y no sabe en qué momento la van a robar”, relató Beatriz Berón.
Varios vecinos coincidieron en los problemas que acarrea el cambio de recorrido del 18; no sólo por los chicos, sino también para las personas mayores.
Otra vecina tomó la palabra para referirse a un problema histórico: el zanjón Suipacha. “Venimos reclamando desde hace más de 40 años y lo seguiremos haciendo porque ese zanjón se va a convertir en la tumba de los que circulan por ahí”, sostuvo la mujer.
Después de casi una hora de debate, los vecinos decidieron redactar una nota para presentar -nuevamente- a la Municipalidad. “Queremos que alguien dé la cara y que se empiecen a hacer los arreglos necesario en el barrio. Vamos a volver a reunirnos y vamos a seguir reclamando hasta que nos escuchen”, concluyó uno de los organizadores de la asamblea.