Sábado 15.7.2023
/Última actualización 14:48
La lancha suelta su amarra temprano en la orilla de Puerto Gaboto, esa orilla sobre la que allá por 1527 un tal Sebastián Gaboto levantó el fuerte Sancti Espíritu. Hace frío y no es impedimento para la aventura. La proa de la embarcación que pertenece a Parques Nacionales corta el río. La potencia del motor impulsa la nave que avanza, hace vibrar la estructura de hierro en V. Se forma una ola que termina con la primera caricia del día del río sobre la orilla. Viajan a bordo guardaparques, cronistas y autoridades. Viajan al mismo lugar. Viajan a la isla El Rico. Una isla en el medio del delta del río Paraná. Una isla a la que sólo se llega en no menos de una hora de viaje en lancha u otra embarcación. No hay caminos terrestres para acceder al área enteramente insular. Allí se levanta el destacamento del Parque Nacional Islas de Santa Fe. Abrigados, con mate o café caliente, el viaje se torna encantador. Da gusto sentir el viento casi helado en la cara. Interactuar con la naturaleza. Con la vida.
La travesía es por la desembocadura del río Carcarañá primero y del Coronda después, rumbo al arroyo El ternero. Desde allí hay que navegar hasta el Paraná de los Reyes. Luego hay que dirigirse hasta el arroyo El Lago y navegar hasta el río Paraná, para finalmente alcanzar la isla "Campo Rico" del Parque Nacional Islas Santa Fe, la más grande de las 7 islas que conforman la reserva.
El canto de los pájaros recibe a los visitantes en la orilla de la isla El Rico. El guadaparques Guillermo Lier salta de la lancha y clava sus botas en la arena húmeda para amarrar la embarcación a unos raigones que se desprenden como dedos de gigante sobre la orilla. Los tripulantes descienden de a saltitos de a uno. No hay muelle ni infraestructura. Todo es virgen, natural. Dejan atrás una huella hasta alcanzar la parte más alta del albardón. "Bienvenidos", dice Lier, que es el intendente del parque. La jornada recién comienza. La aventura promete muchas atracciones.
Embarcados. Al parque sólo se llega a bordo de lanchas, porque es insular. Por el momento no hay servicios de traslados.Crédito: Gobierno provincial.Las visitas
La excusa de la visita es que finalmente la administración de Parques Nacionales abre por primera vez al público la reserva Parque Nacional Islas de Santa Fe. La apertura estaba prevista para el verano pasado pero debió ser postergada. Las visitas serán los sábados y domingos de las vacaciones de invierno, de 9 a 17 horas, con reserva previa y un cupo limitado de 50 visitantes diarios. Para poder acceder al lugar hay que realizar el trámite a través de un formulario que se encuentra publicado en el perfil de las redes sociales del Parque. Las inscripciones se realizarán desde el próximo lunes hasta el miércoles.
Algo importante. Quienes obtengan un acceso al Parque deberán contar con una embarcación particular para viajar hasta la isla El Rico, en donde se encuentra el destacamento, ya que hasta el momento no se cuenta con ningún servicio de traslados. Allí serán recibidos por personal del área y se realizará la verificación de los datos del registro antes mencionado. La entrada es gratuita.
Otra cosa importante. Los guardaparques recomiendan que antes de emprender el viaje confirmen en la web de la Prefectura Naval el estado del río. También indican que en caso de malas condiciones climáticas el Parque no abre. Esto se informará en las redes sociales del área protegida.
Dos senderos. Son los que se pueden caminar en la isla, para avistar las especies. Crédito: Gobierno provincial.En medio del delta
La isla El Rico está ubicada a 31 kilómetros de la localidad de Puerto Gaboto y a 27 kilómetros de Diamante, donde se encuentra el Parque Nacional Pre-Delta. También se puede viajar por agua desde la ciudad de Santa Fe. En cualquiera de los casos se recomienda antes verificar la cantidad de combustible disponible, porque en el entorno no hay nada para abastecerse.
"Tenemos muchas expectativas, nos han llegado gran cantidad de consultas", dice Lier, "nos preparamos bastante para este momento, para brindar todo lo que la gente nos requiera, poder realizar visitas guiadas por los senderos y contar con sanitarios e infraestructura para recibirlos".
Ahora el predio cuenta con sanitarios, un área de uso público con bancos, sombra y una hoguera para hacer fuego. El lugar es ideal para hacer picnic. Y cuando levanten la proveeduría también se podrá acampar. Todo está debidamente señalizado con cartelería. Además del guardaparques fijo hay otros dos que recorren toda el área. Controlan que nadie cace ni pesque. Preservan el lugar.
Hasta que abran la proveeduría hay que llevarse todo lo necesario para la subsistencia. También es importante llevar la ropa y calzado adecuados, gorra, protector solar y repelente, comida y agua potable (un mínimo de dos litros por persona). Y llevar además una bolsa para tirar residuos y no dejarlos en el lugar, que es un área protegida. En el Parque no hay red eléctrica ni wifi, y la señal telefónica es muy baja.
Caminatas. Se pueden recorrer los senderos y también el parque cuenta con un sector de picnic para almorzar, con sanitarios. Crédito: Gobierno provincial.Senderos
El Parque tiene una superficie de 4.096 hectáreas y pretenden ampliarlo a 10 mil. Fue creado en 2010 y tiene la categoría de Sitio Ramsar, es decir que es considerado un humedal de importancia internacional.
La primera recorrida guiada por el guardaparques es por uno de los dos senderos habilitados para realizar paseos. Se llama "El Timbó" y cuenta con cartelería. Al avanzar aparecen las distintas especies vegetales y una gran variedad de aves silvestres. El camino bordea el Madrejón de Cachino. Más tarde se realizará la segunda recorrida por el paseo la "Isla Misteriosa". Cada uno tiene 1 kilómetro de largo -otro de vuelta-. Y el nivel de dificultad es medio.
Sobre los senderos se pueden ver las heces de los carpinchos, el animal emblema del predio. Y en los carteles está su iconografía, la de un animal íntimamente ligado al agua que es considerado el roedor más grande del mundo y un nadador experimentado. Sus patas tiene dedos unidos por una membrana que facilitan su desplazamiento. Se mueven en grupos familiares que marchan en fila a alimentarse de plantas acuáticas y vegetación que encuentran a los lados de estos ríos y arroyos. Si advierten algún peligro, se alertan con un sonido que recuerda a un ladrido, y se arrojan al agua. Es habitual tener contacto visual con estos animales. Pero en esta oportunidad la sorpresa fue el contacto muy cercano con un zorro gris que se acercó "a saludar" al contingente, asombrado por su presencia.
El interior inundable de las islas está dominado por pajonales de paja de techar, canutillos, juncales y camalotales. Los albardones más elevados son ocupados por especies leñosas como alisos de río, curupíes y ceibos. Pero la flor más bella es la del irupé, que es una de las plantas acuáticas más grandes del mundo y llega a medir hasta dos metros de diámetro, con forma de plato y flores blancas y rosadas.
"Habitan el lugar entre 150 y 200 especies de aves", cuenta la licenciada en Recursos Naturales Paula Frassón, encargada del área de Conservación de Parques Nacionales. "El dato se desprende de un relevamiento de especies que venimos realizando".
Además de carpinchos, la fauna tiene lobitos de río. Y se pueden ver el encanto de la pollona azul, la jacana, gallinetas y diversas especies de patos y garzas. Las tortugas de laguna y la tortuga pintada son bastante comunes entre los reptiles. El madrejón está lleno de yacarés. Y los peces más comunes son los sábalos, bogas, bagres y tarariras. También el "tigre de los ríos": el dorado. "Hay relevadas unas 30 especies de mamíferos", apunta Frassón, y de peces "hay muchos más, son cerca de 300".
Contingente. Un grupo de cronistas, funcionarios y guardaparques desembarcó en la isla El Rico para la recorrida previa a la apertura al público. Crédito: Gobierno provincial.Primera experiencia
"Desde el ministerio de Ambiente y Cambio Climático estamos muy contentos con esta apertura experimental", dice otra de las integrantes del contingente, la directora provincial de Conservación, Clara Mitchell. "Ya habíamos hecho otras visitas con fotógrafos y naturalistas, pero ahora, gracias al esfuerzo conjunto del gobierno de Santa Fe con Parques Nacionales, esto es una realidad".
"La propuesta de estas vacaciones de invierno es una cuestión experimental, queremos evaluar el parque, que los servicios estén acordes para el uso público, y que todo esté en condiciones", dice el intendente, y advierte que "ahora que repuntó el río será más difícil ver a los yacaré que habitan el madrejón de Cachino".
En el parque se pueden realizar caminatas, avistamientos de flora y fauna, fotografías, vistas panorámicas y picnic. Por eso recomiendan llevar binoculares. No se puede cazar ni pescar, cortar leña, llevar mascotas, encender un fuego ni arrojar colillas de cigarrillos, arrojar residuos ni bañarse en el río. Hay que evitar los ruidos molestos, no utilizar drones ni molestar a la fauna.
Fue la dinámica del río Paraná la que dio origen a las siete islas que hoy conforman el área protegida. Arroyos, lagunas y el río serpentean entre ellas formando parte del paisaje. "En el Parque hay víboras y otros animales potencialmente peligrosos", advierte el intendente. "Si ven o sienten la presencia de algún ejemplar, aléjense, no lo molesten y den aviso al personal del Parque", indica. También recomienda evitar riesgos y no levantar troncos, piedras, ni meter las manos en huecos o pozos. Toda la fauna es silvestre. No hay que tocarla ni alimentarla.
Antes de que caiga la tarde y el frio se torne más intenso es hora de regresar a Puerto Gaboto. Todavía queda por delante el viaje de una hora en el lanchón de Parques Nacionales. Hay que preparar otro mate caliente para el regreso. Y disfrutar de los colores del atardecer sobre el verde de las islas. El cielo rojizo y el brillo dorado en el agua marrón. Vale la pena vivirlo.