La inseguridad en la provincia de Santa Fe, sigue dando qué hablar. Y dentro de esa realidad, la ciudad capital, no es la excepción.
La frase pertenece a un vecinalista preocupado por la situación actual. Barrio Sur y Siete Jefes, las zonas más afectadas.
La inseguridad en la provincia de Santa Fe, sigue dando qué hablar. Y dentro de esa realidad, la ciudad capital, no es la excepción.
Hay dos zonas puntuales en la capital provincial que vienen siendo, en el último tiempo, las “más elegidas” por parte de los vándalos que pareciera que no tienen nada ni nadie que los frene.
La vecinal zona sur “Pedro A. Candioti”, abarca todo desde Moreno al 3500 hasta Cruz Roja Argentina; el Parque del Sur, J.J. Paso, Dr. Zavalla vereda este, y parte del predio del Mitre, hasta calle San Juan.
Laura D´Andrea es una de sus referentes y vecina de la zona. Es una de las que siempre lleva la voz ante los distintos escenarios que se están viviendo en la actualidad.
“Tenemos muchos hechos de inseguridad en toda el área que comprende nuestra vecinal. Situaciones que nos preocupan mucho porque en realidad nunca se dieron de esa manera. Sí arrebatos o entraderas en las viviendas, pero no lo que sucede hoy con las motos”, le dijo a El Litoral.
“Estamos trabajando con el Ministerio de seguridad para intentar palear lo que está pasando. Nos solidarizamos con los vecinos porque es muy difícil vivir esos momentos. Y tenemos de todo tipo de situaciones. Es una zona con mucha afluencia de gente”, explicó D’Andrea.
La entrevistada manifestó también que “no es fácil el lugar donde estamos, pero nuestro objetivo es trabajar para el vecino. No obstante, nunca sabemos lo que nos va a pasar cuando salimos de nuestras casas”.
Daniel Frutos es otro de los referentes de barrio Sur. En el diálogo con El Litoral, también se refirió a lo que se hacía, se dejó de hacer y que es necesario poner otra vez en funcionamiento.
“Se venía realizando un operativo conjunto entre Ministerio de Seguridad y Municipalidad con el tema de las motocicletas. Ese control, notamos que disminuyó, y eso lo vemos reflejados en el aumento de salideras que se ven beneficiados por el uso de estos moto vehículos. Es muy necesario que vuelvan a realizar ese tipo de inspecciones sobre las motos. Porque si eso demostró que se bajaron los casos de inseguridad, que adviertan que se debe volver a hacer para que vuelvan a bajar estos hechos”.
Frutos comentó también que “en reiteradas ocasiones le dijimos a las autoridades que se valgan de los vecinos que son los que más saben. Si quieren hacer inteligencia, que se apoyen en nosotros. Siempre queremos colaborar con ellos, se lo ofrecimos muchas veces. Le podemos contar todo lo que pasa en el barrio y eso sería un trabajo en equipo”.
Los vecinos del Sur están decididos a pedirle a las autoridades que hagan una prueba piloto para detectar la delincuencia. Aseguran que es “una experiencia en la que podrán observar si eso disminuye o crece”.
“Tenemos casas tomadas que tienen electricidad y agua en forma gratuita. Es algo inentendible –continuó Frutos- quien sobre el final dejó preguntas muy claras y una afirmación con “sabor a súplica”.
“¿Cómo se hace con estas cuestiones, no se dan cuenta? Pareciera que desconocen este tipo de prácticas ilícitas y nadie toma partido de ello ¿Qué tenemos que hacer los que acá vivimos para resolver esos problemas? ¿Somos nosotros, es la justicia, los fiscales, la policía? ¡Por favor hagan algo!”, reflexionó.
La otra zona muy golpeada últimamente por “robos piraña”, arrebatos y vandalismo es el tradicional barrio Siete Jefes.
Desde la vecinal, Néstor Cuayatti habló con El Litoral, con la misma preocupación que sus pares de barrio Sur.
“No se refleja toda la realidad del barrio. Solo se informan los hechos más sobresalientes, los que tienen la denuncia hecha. Como los robos piraña. Pero hay muchas otras cosas que suceden en el barrio que quizás no tienen una denuncia hecha por el cansancio de la gente porque no va a recuperar lo robado y tampoco porque no hay respuestas ni seguimientos de los robos”, arrancó Cuayatti.
La descripción es muy clara: “Hay muchos arrebatos a los adolescentes, a quienes le roban los celulares, zapatillas o camperas. Le roban a los ancianos que van a hacer las compras con el bollito de dinero en la mano. También padecen aquellos que trabajan en el Ministerio de Infraestructura. Ahora también a aquellos que van a realizar una actividad física en la Costanera, dejan los autos en las dársenas y los roban. Saltean los jardines, las cocheras, roban ruedas auxiliares, rompen lunetas para sacar lo de adentro de los autos. Eso más el daño rompiendo espejos. Hay más gasto en el vandalismo que en el robo propiamente dicho”.
“Las autoridades tienen reacciones espasmódicas ante los hechos. Mandan una semana controles y después queda todo diluido. Es lo que va a pasar ahora: por los robos piraña hay algo más de patrullaje, pero dentro de quince días estoy seguro que eso vamos a quedar nuevamente sin la custodia que necesitamos”, manifestó con resignación.
Otra cosa que ven a menudo es el permanente deambulamiento de gente en la madrugada. Caminando, tocando picaportes, robando todo lo metálico que puedan encontrar, hasta los números de las casas. “Particularmente –explica Cuayatti- me han entrado al jardín, y tengo alarma, cámaras...Te roban en cinco segundos, tiran cartones arriba de los pinches para pisar y ya los tenés adentro”.
Los vecinos de Siete Jefes están preocupados “por la falta de reacción por parte de las autoridades, hay poco patrullaje. Además, la nocturnidad es otro tema, es una locura lo que sucede. Los accidentes en motos que ocurren”.
“No es necesario leyes ni ordenanzas nuevas, está todo inventado. Solo hay que aplicar lo que está, nada más. En su momento tuvimos la Comunitaria y también las TOE. En nuestra vecinal guardaban los móviles y tenían su base. Era una custodia permanente. Y prácticamente no había robos y ni deambule de gente. Porque sabían que estaba. Y eso es una decisión política”, concluyó Cuayatti
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.