Sábado 15.10.2022
/Última actualización 10:39
Los yacarés emergen y se sumergen entre los camalotes. Es el madrejón de Cachino, cuyo nombre responde a su antiguo habitante, en la isla El Rico. Está a una hora en lancha desde Puerto Gaboto y a otra hora más en auto desde la capital provincial. Es el Parque Nacional Islas de Santa Fe, una reserva natural de 4096 hectáreas que pretenden ampliar a 10 mil.
Sobre los camalotes del madrejón por donde navegan los yacarés también se posan las jacanas. En verano la superficie será invadida por los irupé. Pero todavía es primavera y un hocó colorado picotea y vuela hasta la rama más alta de una sangre de drago, esa hermosa planta de hojas naranjas que sobresale entre tanto verde. El contingente que visita hoy la isla camina por un sendero desmontado por los guardaparques para los paseos y recorridas de rutina. Son cronistas de la región invitados por el ministerio de Ambiente para contarle a ciudadanía sobre este lugar único que pronto se abrirá para que pueda ser visitado por todos.
A lo lejos suena ahora un chajá. El que más tarde alguien divisará con los binoculares en la otra orilla. Al igual que ese gato montés que se escabulle entre los juncos hasta perderse isla adentro. En cambio los yacarés parecen estar más habituados a la presencia humana. Permanecen allí, sus ojazos abiertos al sol, a menos de diez metros del contingente. Una brisa primaveral y un sol radiante hacen más agradable la visita.
El sendero arbolado está plagado de heces de carpinchos, el animal emblema que fue utilizado como imagen ícono del Parque. También hay lobitos de río. La pollona azul, gallinetas y diversas especies de patos y garzas habitan el lugar. Entre los camalotes saltan los peces para evitar ser cazados. Hay sábalos, bagres, bogas y dorados.
Ampliación. Se espera que el Congreso Nacional amplíe el Parque a 10 mil hectáreas.Sitio Ramsar
El Parque Nacional Islas de Santa Fe fue creado en 2010, mediante la Ley Nacional Nº 26.648. Está emplazado en el sitio Ramsar "Delta del Paraná", a 110 kilómetros al sur de la ciudad de Santa Fe, por autopista. La denominación Ramsar lo categoriza como un humedal de importancia internacional. Protegiéndolo se siembra futuro. La sustentabilidad de la vida en la tierra. Por eso el objetivo es preservar el ecosistema de la zona, tan castigada en los últimos años por las quemas y el avance del hombre sobre la naturaleza virgen: plásticos, desechos químicos, deforestación y modificación del suelo.
En la isla El Rico, la Provincia y la Nación montaron un destacamento que pronto contará con lo elemental para recibir a turistas y otros visitantes. La idea es que se habilite al público a fin de año. Pero antes hay que terminar de construir los sanitarios y dotar de otras comodidades al predio, al que sólo se llega a bordo de una embarcación sobre el río Paraná, porque está lejos de todo, en medio del humedal.
Avistaje. No sólo la gran variedad de aves que habitan el humedal se pueden apreciar, sino también los yacarés que habitan el madrejón El Cachilo. Crédito: Gobierno ProvincialEl viaje hacia la isla El Rico es a bordo de uno de los lanchones timoneados por los Guardaparques. Comienza en la Intendencia del predio ubicado en la localidad de Puerto Gaboto, la primera población hispana del país. Allí a donde Sebastián Gaboto levantó en 1527 el fuerte Sancti Espíritu. Allí donde los arqueólogos hurgan hoy sobre ese pasado para descubrir la riqueza cultural del lugar.
Una hora de navegación desde Gaboto. Primero por el Coronda hasta donde confluye con el Carcarañá. Luego aguas abajo a través del Paraná, por su canal principal y por algunos brazos secundarios, serpenteando islas con sausales cuyas ramas besan el río, con tortugones recostados sobre la arcilla de la orilla y algunos arenales que asoman por la bajante histórica que cursa ya su tercer año.
Otro de los atractivos del viaje hacia el puesto del Parque son los restos que emergen con cada bajante del río Paraná del naufragio del "Favorito Santos Cosme y Damián". Se trata de un antiguo navío de 1898 que se hundió en 1961 y es hoy una increíble postal.
El barco hundido está en la desembocadura de un brazo secundario del Paraná, un atajo a la altura del kilómetro 496 de la hidrovía. Los restos herrumbrados asoman al sol y de tan bellos son también un peligro para los navegantes desprevenidos. Es que no hay balizas que adviertan su presencia.
Yacaré. El habitante del madrejón, en la isla El Rico, a donde se levanta el complejo para recibir a los visitantes.Crédito: Gobierno ProvincialAire puro
Junto al vuelo de una garza mora que acompaña el paso de la lancha. Se respira río, isla, aire puro en el Parque. El sol se siente fuerte y hay que proteger la piel. El oleaje del viento sur mece la embarcación que viaja rauda rumbo al destacamento. Allí espera su único habitante, parado en la orilla del Paraná. Es el guardaparques permanente Diego del Río. Sí, del Río, quien sonríe cómplice al mencionar su apellido. "Este lugar es un paraíso", es lo primero que va a decir antes de contar maravillas.
"Lo disfruto desde el primer día que me tocó habitarlo", dice el hombre solitario, de 28 años, que fue designado para cuidar el Parque en 2020, cuando se sucedían las quemas de islas y era necesario monitorear esa situación. "Estar acá es un sueño cumplido, a pesar de ser un lugar tan inhóspito". Y lo dice porque no cuenta con agua potable ni luz eléctrica. Una vida verdaderamente agreste.
"Acá me levanto, disfruto la salida del sol frente a la casa sobre el río mientras me tomo unos mates junto al canto de la gran cantidad de pájaros que aparecen, y con el bicherío", cuenta del Río. "Después hago una recorrida en lancha, más tarde vienen los brigadistas y trabajamos en el predio, hasta que se van y quedo nuevamente solo, tranquilo, al atardecer", comparte ese momento de cada día, y afirma: "Esta vida te da una libertad increíble".
Más tarde el guardaparques va a destacar el estado de conservación de la isla El Rico. "No he visto muchas así, es increíble. Y eso es gracias a que es una reserva de 30 años que no se desforestó y generó monte. Acá hay árboles que no los vas a ver en otro lado. Unos timbozales de 12 metros de altura increíbles -cuenta-. Y está lleno de animales: carpinchos, gato montés… en una noche conté 80 yacarés. Esto es un paraíso, un refugio para la vida. Y es un orgullo estar acá para protegerlo".
Guardaparques. Hasta el momento es uno solo el habitante permanente del complejo en El Rico, mientras que en Gaboto funciona la Intendencia con más recursos humanos e infraestructura. Crédito: Gobierno ProvincialApertura al público
La idea ahora es tener listo el Parque para recibir a los visitantes desde el próximo verano. Se podrá llegar en cualquier tipo de embarcación, siempre por agua, porque está en medio del humedal del Paraná. En medio de la nada.
Hasta hace poco tiempo atrás el Parque Nacional Islas de Santa Fe era custodiado desde la reserva vecina del lado entrerriano, el Parque Nacional Pre Delta, que nace en Diamante y cuenta con servicios para los visitantes y para los guardaparques. Ahora al Islas pretenden dotarlo de todo lo necesario para su autonomía. "Sabemos que este humedal es uno de los más importantes del mundo", dice la ministra de Ambiente de la provincia, Erika Gonnet, quien encabeza la comitiva que llegó a la isla y ahora conversa con El Litoral a la sombra de un aromito. "Es una de las reservas de agua dulce más importantes del mundo", aporta.
"Además de conservar este espacio, queremos darlo a conocer", dice Gonnet, "porque todavía hay mucha gente que ni siquiera sabe que existe el Parque Nacional Islas de Santa Fe. Y uno no ama lo que no conoce. Por ello queremos que vengan a disfrutarlo".
Isla. El viaje embarcados es por el Coronda, su confluencia con el Carcarañá y el Paraná.
-¿Se contará con algún servicio de traslado para turistas y visitantes?
-Estamos planificando junto a Parques Nacionales algún tipo de servicio para que todos puedan llegar, y que no sea privativo. Pensamos en traer a los chicos de los colegios y otras instituciones. El lugar tiene apenas dos años de vida y hay mucho por hacer, y creo que lo vamos a hacer.
-¿Por qué es necesario proteger este Parque?
-La crisis climática nos ha puesto a todos el llamado de atención sobre qué es lo que está sucediendo desde hace tanto tiempo. Y las quema son una señal de alarma de ello. Antes no se ponía atención sobre este tipo de lugares, que cumplen una gran función ecosistémica, y hoy vemos las consecuencias de no haberlos preservado durante tanto tiempo, por no tomar conciencia a nivel mundial. Esto nos interpela a todos. Los jóvenes ya lo tienen incorporado. Los demás debemos aprender todos los días.
Lancha. La embarcación que utilizan los guardaparques del Parque Nacional Islas de Santa Fe para llegar hasta el predio en medio del humedal. Crédito: Gobierno ProvincialSembrar futuro
Entre esas funciones ambientales que cumple el Parque, al igual que el resto del Delta del Paraná, se destacan el control de inundaciones, retención de sedimentos y nutrientes, estabilización de costas, y sobre todo la regulación del clima, en el contexto del calentamiento global.
Fue durante las quemas de islas en 2020 cuando la provincia lanzó el programa Regenera Santa Fe para poner en valor el Parque Nacional Islas de Santa Fe y ampliarlo a 10 mil hectáreas. En agosto de ese año se abrió la Intendencia del lugar en Gaboto y se comenzó a levantar el predio de la isla El Rico, con presencia de guardaparques y brigadistas. "El objetivo ahora es abrirlo al público antes de fin de año", propone Gonnet.
Las quemas de islas de los últimos tiempos llegaron a un sector del Parque y fue necesaria una denuncia penal para tratar de frenarlas. "Sabemos que fueron provocadas", dice la ministra de Ambiente, que acompañó la presentación judicial realizada por Parques Nacionales. "No fueron focos de incendio de la magnitud de los que hubo en el sur (Rosario), pero fueron importantes", menciona, y destaca la presencia de un faro de alerta con brigadistas para actuar de inmediato, por tierra, por agua y por aire. "Antes tardábamos 72 horas para llegar al foco de incendio. Hoy en dos horas estamos en el lugar para actuar".
Mientras la ministra dice esto al otro lado del Paraná, sobre la costa entrerriana, se ve una columna de humo que emerge del humedal. "Yo no se que pasa, pero eso es todos los días", se lamenta el guardaparques Diego del Río. "Desde que estoy acá todos los días se ve alguna quema", se entristece.
Guardaparques. Diego del Río es el único habitante permanente del puesto El Rico, en medio del humedal donde está el Parque. Crédito: Gobierno ProvincialDiversidad
Al recorrer el Parque se puede disfrutar de la gran diversidad de ambientes, fauna, flora y las distintas formas de vida. Hay bañados, bosques, lagunas, arroyos, pastizales, pajonales. Todo esto permitió la vida humana en la zona desde hace por lo menos unos 4 mil años atrás. "Lo que más le llama la atención a la gente son los yacarés", dice Clara Mitchell, directora de Conservación y Regeneración del ministerio de Ambiente de la provincia, "pero además acá tenemos muchísima variedad de avi fauna: caranchos, garzas de diversos tipos, martín pescador… unas 400 especies".
Toda esta vida es la que hay que proteger hoy para tener un mañana posible. "Pero proteger esto solo no va a alcanzar para cuidar el ecosistema", advierte Mitchell. "Es necesario al mismo tiempo tener producciones sustentables en los lugares que no son reserva", y allí es clave "la educación ambiental, es decir, repensar nuestra manera de habitar el planeta".
Paisaje. Un atardecer en el Parque Nacional Islas de Santa Fe, un lugar privilegiado de la provincia. Crédito: Gobierno ProvincialCae el sol en el humedal y se corta el viento. Es la hora de los genenes y hay que volver a Gaboto. El contingente se embarca nuevamente para el regreso. Con la puesta del sol cambia el paisaje, los colores de la isla, ese rojizo al poniente que imprime tonos mas oscuros en la isla, en el río, con siluetas que se alargan.
En Gaboto espera el presidente de Parques Nacionales, Federico Granate. Trajo un "regalito" para los guardaparques. Dos camionetas 4x4, equipamiento e indumentaria para la vida en la isla. Pronto entregarán una tercera embarcación tracker para llegar hasta la isla El Rico, promete el funcionario. "Antes la gente ni sabía que acá había un parque nacional. Ahora hay una intendencia, guardaparques e infraestructura. Y pronto la gente va a poder ir a visitar el lugar y vincularse con la cuestión ambiental para entender qué es lo que se protege", dice.
Más tarde Granate se reunirá con Gonnet y con los demás funcionarios provinciales para planificar los próximos pasos a seguir con el objetivo de abrir lo más pronto posible el Parque a al gente. Y para lograr que el Congreso Nacional sancione una Ley que lo amplíe a 10 mil hectáreas protegidas, como ya lo hizo la Legislatura provincial, tras el pedido del Ejecutivo.
Mientras tanto la vida silvestre fluye en el humedal. Al igual que por su "vena", el imponente río Paraná. Y es en esta isla donde espera el hombre solo. Diego del Río, el guardaparques que ahora alista todo antes de que llegue la noche. Antes, levanta su mano y saluda a la comitiva que se pierde en el horizonte fluvial.