Santa Fe recuperó La Josefa, una antigua casa patrimonial
Se trata de la vivienda ubicada en La Rioja y San Luis, a donde residió la pintora costumbrista Sor Josefa Díaz y Clucellas. Pasó décadas de abandono y corrió riesgo de derrumbe. Hoy reabre sus puertas como un nuevo espacio cultural provincial.
Santa Fe recuperó La Josefa, una antigua casa patrimonial
Con una muestra pictórica de la obra de Sor Josefa Díaz y Clucellas, el gobierno provincial reabre las puertas de "La Josefa, espacio cultural de las mujeres santafesinas", una antigua casa patrimonial de la ciudad de Santa Fe, ubicada en la esquina de La Rioja y San Luis, que fue restaurada. Allí residió en el siglo XIX esta artista visual santafesina que es considerada la pintora costumbrista con firma más antigua de Latinoamérica. Desde ahora el espacio, que depende de Cultura de la Provincia, estará destinado a los eventos culturales y muestras de arte, con especial hincapié en las mujeres.
La inauguración de La Josefa está prevista para este lunes 5 de agosto, desde las 18 horas. Ese día quedará abierta la casa al público y se podrá visitar la muestra. Se trata de 10 obras de Sor Josefa que son patrimonio de tres museos santafesinos.
"Este es un nuevo espacio cultural que, como lo dice su nombre, estará destinado a honrar esa doble condición que tiene Sor Josefa Díaz y Clucellas, como primera pintora latinoamericana con firma y como joven mujer, porque fue una ciudadana muy activa para su época, siendo pintora y haciéndolo saber, porque se dedicó de forma profesional", destacó Paulo Ricci, secretario de Desarrollos Culturales del Ministerio de Cultura de la Provincia.
"Este es un nuevo espacio cultural que, como lo dice su nombre estará destinado a honrar esa doble condición que tiene Sor Josefa Díaz y Clucellas, como pintora y joven mujer", destacó el secretario de Cultura, Paulo Ricci. Créditos: Fernando Nicola
Josefa Raimunda Hermenegilda Díaz y Clucellas (Santa Fe, 13 de abril de 1852 - Villa del Rosario, 24 de septiembre de 1917) heredó de su padre la casa y la habitó durante gran parte de su vida. De los datos biográficos se desprende que desde sus techos miraba el río Santa Fe y pintaba sus cuadros. También iba a diario a la Iglesia del Carmen, que hoy contiene una de sus obras. Otras piezas están en el Santuario Nuestra Señora de los Milagros, frente a Plaza de Mayo, y en los museos de bellas artes de la ciudad. Todas ellas estarán presentes ahora en La Josefa, para la inauguración.
"Será una muestra patrimonial de toda su obra reunida por primera vez. Habrá casi 20 obras que son parte del patrimonio municipal y provincial de Santa Fe y de coleccionistas privados", dijo Ricci. Y mencionó luego que también participarán de la inauguración "un colectivo de artistas jóvenes que realizarán una presentación dialogando con la obra de Josefa", al tiempo que anticipó que están trabajando con el área editorial de Cultura provincial en la publicación de un libro que comprenda toda la obra pictórica y varios ensayos historiográficos y artísticos sobre la figura de la artista.
La casa
En cuanto a la casa se sabe que data de aproximadamente 1850 y es Patrimonio Histórico Provincial desde 1998. Fue declarada de Interés Cultural Municipal en 2002 y fue sujeta a expropiación por ley en 2006. Se trata de uno de los pocos ejemplos edilicios que se conservan en la ciudad de la arquitectura domestica del periodo republicano. Pasó décadas de abandono, corrió riesgo de derrumbe, hasta ser beneficiada con una trascendental obra de restauración que la mantendrá en pie. Para ello fue necesario realizar un refuerzo estructural de la vivienda.
"En sus orígenes, esta casa pertenecía a Diego Díaz (padre de Josefa), que era un armador de barcos y comerciante santafesino que trasladaba productos hacia Buenos Aires y Paraguay", detalló la historiadora Magdalena Candioti. "La ubicación de la casa era estratégica para su trabajo, frente al Puerto, a donde se desplegaba toda la actividad comercial de la ciudad".
"Josefa correteaba de niña por esta casa cuando acompañaba a su padre en las labores, mientras que la familia -su madre fue Mercedes Clucellas- residía en otra casa frente a la plaza principal, la Plaza 25 de Mayo", contó Candioti, a donde hoy está el Palacio de Tribunales. "Luego, ya de adulta, Josefa se mudó a esta casa a donde residió hasta el final de sus días, y a donde pintó la mayoría de sus cuadros".
"En sus orígenes, esta casa pertenecía a Diego Díaz (padre de Josefa), que era un armador de barcos y comerciante santafesino", detalló la historiadora Magdalena Candioti. Crédito: Fernando Nicola
Josefa tenía 15 años cuando comenzó a tomar clases de pintura con el maestro Héctor Facino -inmigrante italiano- junto a otras dos jóvenes de la ciudad: Ana Galán y Rosario Pujato. Apenas dos años más tarde el gobierno provincial le encargó obras a Josefa "y en 1871 sus pinturas fueron enviadas a un concurso internacional", mencionó Candioti. Luego fue monja de las Adoratrices y continuó pintando, incluso arte sacro. Una de estas obras está hoy en la Iglesia del Cármen. El gobernador Crespo le encargó que pinte retratos de toda su familia "y luego hace lo mismo con su propia familia. Estas obras se pueden apreciar en el Museo de Bellas Artes". Por último, cabe mencionar que también realizó pinturas costumbristas de gauchos, chinas y "uno de sus cuadros más célebres, que es La negra y el niño, que está en el Museo Histórico Provincial", señaló Candioti.
La recuperación
"A mi me gusta pensar la recuperación de estos espacios públicos como una tarea que empezó hace muchos años y que tiene que ver con recuperar el orgullo patrimonial de ser santafesinos y santafesinas", dijo Ricci, y la comparó con la recuperación de la Casa de la Cultura, la Estación Mitre, la Belgrano, El Molino o la Estación Mitre. "Son espacios que supieron ser muy importantes para la vida política, cultural, pública e institucional de la ciudad de Santa Fe que se habían abandonado y se dejaron de usar para lo que originalmente se usaban y permanecieron 'apagados' durante muchos años, hasta que por decisión de estos Estados, en sus tres niveles, se volvieron a 'encender' para 'iluminarse' y abrir sus puertas para que la gente los disfrute".
-¿Qué uso tendrá La Josefa?
-Será un espacio a donde las artes visuales tengan especial protagonismo, no sólo la pintura sino todos los formatos actuales. Y también un espacio en el que las mujeres sean las protagonistas. Se debe pensar también en la creación, el desarrollo y la investigación. Es un espacio de escala media, más amigable para las y los artistas, para experimentar; no como un espacio museístico sino a donde las cosas sucedan, con una buena programación cultural en todos los lenguajes.
La restauración
Se trata de una casa que en el siglo XIX era modesta, del suburbio, de la periferia. Pero con el crecimiento de la ciudad y el avance de la modernidad, tiene hoy una ubicación privilegiada frente al Palomar y el Puerto, en una de las manzanas más codiciadas de Santa Fe, y con una de las pocas calles de adoquines que persisten, al frente.
Se trata de una casa que en el siglo XIX era modesta, del suburbio, de la periferia. Créditos: Fernando Nicola
La vivienda presenta "un planteo simple en "L", de habitaciones corridas y abriendo a una galería. Los sucesivos cambios de usos a través del tiempo produjeron transformaciones importantes en su distribución interior. Sin embargo, hacia el exterior su configuración conserva los rasgos de la época, de un importante valor histórico y patrimonial.
"Para restaurar la casa debimos realizar un relevamiento, diagnóstico, estudio de patología y una ingeniería parar resolver los problemas que tenía la casa", dijo Luciano Hernández, el restaurador del histórico inmueble.
"Lo primero que se hizo fue un cateo del suelo y tuvo que hacerse un recalce de la cimentación", detalló Hernández. "Después investigamos con qué materiales se construyó durante los diferentes períodos en los que fue intervenida". Tras la restauración se dejaron huecos en el revoque de las paredes internas para poder apreciar dichos procesos constructivos con los distintos materiales, desde el barro hasta el cemento y madera.
La vivienda presenta "un planteo simple en "L", de habitaciones corridas y abriendo a una galería. Créditos: Fernando Nicola
"Para recuperar el frente debimos armar las piezas para generar los moldes originales. Había varias capas de diferentes pinturas. Llegamos a contabilizar hasta 12 manos. Ello impide la transferencia de vapor entre el interior y el exterior que ocasiona una des cohesión del material original", explicó Hernández.
Por otra parte, "hubo que hacer una ingeniería de pre moldeados para replicar la cornisa con las metopas y los medallones", dijo Hernández. "Debimos confeccionar varios moldes hasta alcanzar el diseño original".
-¿Qué elementos modernos le incorporaron a la casa?
-Lógicamente es una casa de 1850 que había que aggiornarla. Fue construida muy básicamente para lo que era la época, no tiene cemento, por lo que tiene problemas congénitos, como la falta de capa aisladora. Entonces se le instaló un zócalo ventilado para evaporar la humedad, a lo que se suma un proceso inalámbrico para revertir el proceso de electro ósmosis. Por otra parte, antes no había calefacción, wifi, ni nada. Hubo que instalarle la calefacción y refrigeración, sistemas de iluminación para exposiciones y tecnología.
-¿Qué deberá tenerse en cuenta para preservar la casa a futuro?
-Toda obra de restauro requiere mantenimiento, así lo indica la Carta de Venecia de 1964, en su artículo 4, cuando dice que todo edificio patrimonial debe ser mantenido porque el paso del tiempo influye en su deterioro que, si no se atiende a tiempo, demanda una restauración integral, como ocurrió en este caso. Pero si se mantiene nunca se llegaría a esa instancia.