La Plaza de las Banderas es uno de los más antiguos y tradicionales espacios públicos de la ciudad de Santa Fe. Lugar de encuentro de los vecinos de barrio Candioti y de otros cercanos como Sargento Cabral y San Roque.
Bolsas, cartones y hasta una silla están desde hace varias semanas debajo del puente que surca el espacio público.
La Plaza de las Banderas es uno de los más antiguos y tradicionales espacios públicos de la ciudad de Santa Fe. Lugar de encuentro de los vecinos de barrio Candioti y de otros cercanos como Sargento Cabral y San Roque.
Por estos días, el lugar ha sido “tomado” al parecer por un individuo que pasa las noches allí. Tal y como contó El Litoral en los últimos meses, la situación con las personas en situación de calle es una problemática que preocupa en distintos sectores de la capital provincial.
Un mensaje en redes sociales advirtió la triste novedad en la plaza. “Así se encuentra hace un mes y medio. “Es verdaderamente un asco, los niños no pueden jugar tranquilamente, hay moscas, un olor nauseabundo. Es increíble el estado de abandono, indiferencia y poca (nula) voluntad por parte de las autoridades”, publicaron.
Este lunes 9 de septiembre un equipo de El Litoral se acercó hasta el lugar para emitir el vivo de Instagram y comprobó el preocupante panorama. Bolsas, cartones, ropas y hasta una silla. También botellas plásticas y otros elementos que dan a entender que allí pernocta gente.
Este medio dialogó con un vecino de la zona, quien reconoció que “se ha quedado a vivir un señor que estimamos que está en situación de calle e hicimos la denuncia a la Municipalidad. Vinieron, llevaron toda la mugre, porque acumula cosas, y creemos que lo trasladaron a él. Pero al otro día estaba de nuevo acá”.
“Sigue acumulando mugre, hace sus necesidades y a veces grita. No sabemos en qué condiciones de salud está”, agregó el entrevistado.
Al mismo tiempo, el vecino mostró inquietud porque “hay bolsas de residuos rotas con comida que desechan y este señor va juntando todo y lo lleva debajo del puente de la plaza”.
“Nos preocupa la mugre, no se puede circular, ni hablar por debajo del puente. No ha tenido problemas con los chicos. Hay una cooperativa que mantiene la plaza y lo hacen muy bien, pero hay gente desaprensiva que vienen a tirar la basura acá”, agregó.
“Vamos a volver a llamar a la Municipalidad. En el anterior reclamo al municipio también advertí porque la calle donde vivo (Juan del Campillo) parecía olvidada, pasaban los barrenderos de la empresa de recolección de residuos (Cliba) pero ‘seguían de largo’. 24 horas después pasaron, ahora sí cumplen, sobre todo en otoño e invierno donde hay más hojas en las veredas y calles”, cerró.
La historia
Antes de ser plaza, en este sector de la ciudad había una cava al llenarse de agua los vecinos la apodaron “laguna Felipe”. La zona estaba habitada por trabajadores del puerto y la cervecería. Crónicas de 1930 advertían por los peligros de la acumulación de basura y residuos en la laguna. “Las emanaciones de las aguas estancadas y de las basuras y residuos descompuestos son una amenaza constante para la salud”, publicó el diario El Orden ese año.
En la gestión de Francisco Bobbio se inició en la ciudad una significativa transformación edilicia, que incluyó la remodelación de varios paseos públicos (Alberdi, Garay y Cívico del Sur, se gestionó la construcción del Palomar y el equipamiento de las plazas Constituyentes, 25 de Mayo, Pueyrredón, y paseos y avenidas como el Bv. Gálvez, Costanera, Alem, Freyre y Gral. Paz). En esa época aparecieron nuevas plazas, como la “Simón de Iriondo” (hoy plaza de la Bandera).
Precisamente, el cambio de nombre ocurrió en 1944 cuando por decreto se cambió la nomenclatura de este espacio verde y pasó a llamarse Plaza 20 de Junio; con el tiempo los vecinos la apodaron “de las banderas”.