En el acceso a la isla de Alto Verde desde la ruta nacional 168 se encuentra abandonada la antigua estructura de madera robusta del viejo Puente Palito, que fuera inaugurado en el año 1962, luego de tres años de obras, que demandó su construcción.
Su estructura de madera está apunto de cumplir 70 años de vida. En 1995 fue reemplazado por el puente Héroes de Malvinas y dejó de utilizarse. Desde entonces se desmorona. Una perlita sobre su historia.
En el acceso a la isla de Alto Verde desde la ruta nacional 168 se encuentra abandonada la antigua estructura de madera robusta del viejo Puente Palito, que fuera inaugurado en el año 1962, luego de tres años de obras, que demandó su construcción.
El puente se fue cayendo a pedazos, año tras año, y pasó casi al olvido cuando en el año 1995 fue reemplazado por un nuevo viaducto de hormigón armado levantado a un costado -a 18 metros de distancia-, el que fue designado con el nombre “Héroes de Malvinas”, en homenaje a los ex combatientes de la guerra.
La construcción de este nuevo puente se inició en 1990, durante la gestión del gobernador Víctor Reviglio. El "Héroes de Malvinas" fue inaugurado el 4 de marzo de 1995. Aquella tarde El Litoral tituló en su portada “Jubilaron al Viejo Palito”. El corte de cintas lo protagonizaron el gobernador Carlos Reutemann y el intendente Jorge Obeid.
Desde entonces se garantizó la conexión vial con Alto Verde, que por aquellos años se encontraba en peligro debido al deterioro del Puente Palito. Con el nuevo viaducto de hormigón, más seguro, la antigua estructura de madera quedó como paso peatonal y poco tiempo después fue inhabilitada, por el riesgo de que se derrumbe. “En los últimos años el colectivo ya no pasaba. Había que bajarse de un lado, caminar por sobre el puente y subir al otro colectivo que aguardaba en la cabecera opuesta, para continuar así el viaje”, recordó el vecino Hugo Cabrera, en una entrevista realizada años atrás.
Cuando el puente ya no servía como tal, durante los veranos algunos pibes que iban a la playa ubicada en el acceso al distrito costero y a la Costanera Este utilizaban el puente de trampolín para tirarse al río, con el riesgo de sufrir un accidente durante la travesura.
Transcurrieron más de dos décadas de abandono. Con el paso del tiempo los pedazos de puente fueron cayendo al río, otros quedaron colgando o fueron retirados. Su estructura así se fue desmoronando hasta transformarse en un peligro para los navegantes, quienes precisan circular por debajo, desde las guarderías y astilleros de Varadero Sarsotti (también conocido como Zapata), en la desembocadura del riacho Santa Fe, hacia el río homónimo, junto al Yacht Club. Por allí pasan botes a remo, lanchas y yates.
El Puente Palito tiene 90 metros de largo, 3,70 de ancho de calzada, y nueve metros de altura. “Este puente era fundamental para estar conectados”, aseguró el carpintero Domingo Zapata, un vecino de Alto Verde que fue un constructor del puente, en una entrevista realizada por El Litoral algunos años atrás. La obra estuvo a cargo de los militares de Pontoneros y demandó tres años.
Sobre su historia se recuerda también que fue un antiguo vecinalista de Alto Verde el que convenció al gobernador Sylvestre Begnis (1958-62 y 1973-76) que construyera el puente. Aquel hombre era Demetrio Gómez. Hoy su nombre atraviesa de punta a punta el distrito costero. La única calle que serpentea el albardón desde el Puente Palito hasta la rotonda de La Boca, al fondo, se llama así. Y un tramo de la misma -en corazón del barrio- fue pavimentada, al igual que el ingreso.
La historia da cuenta de que fue un trabajador de la Secretaría Privada de la gobernación de Begnis quien una mañana convenció al mandatario de acercarse hasta el lugar para tomar contacto directo con la necesidad que tenían los pobladores de esa isla, en su mayoría pescadores, changarines, jornaleros y estibadores. “Yo iba todas las semanas a recorrer Alto Verde con Demetrio. La única forma de llegar era remando en canoas”, recordó aquel trabajador en una entrevista realizada en 2009. Su nombre era Alberto Maguid, quien fue titular del gremio UPCN hasta su muerte, en 2013. “Aquella mañana convencimos a Sylvestre para que vaya a la isla, lo llevamos remando en canoa y lo hicimos caminar todo Alto Verde -rememoró-. Ese día en la vecinal nos dio la razón y anunció que levantaría el Puente Palito”.
Sobre su particular nombre hay que decir que fue el ingeniero Luis Barletta quien, en una ocurrencia dijo: “Esto más que un puente parece un palito”, y bautizó la estructura. Barletta fue también el constructor del puente vecino, el Nicasio Oroño.
Corrió mucha agua por ese río y hoy las cabeceras del puente están bloqueadas con barreras de metal tipo guardarrail que impiden la circulación y evitan así que ocurra un accidente. Todavía se pueden divisar los maderos sujetados con grandes clavos y tornillos, y los vestigios de la última carpeta de hormigón armado que se le había volcado para beneficiar el tránsito vehicular.
Al puente le faltan partes. Algunas quedaron colgando y debieron ser retiradas. Otras cayeron al riacho y se perdieron en la espesura marrón, de limos y arcillas.
Por debajo de la estructura abandonada un pequeño cartel indica a los navegantes a través de qué columnas atravesarlo. Desde las mismas salen como chuzas los pedazos de madera y se transforman en un riesgo durante la oscuridad de la noche. Da miedo navegar allí. Da la sensación de que el Puente Palito se va a caer encima de la embarcación. Por ello hay que hacerlo con mucha cautela.
En pos de tratar de salvarlo, a mediados de los noventa se había firmado un convenio de comodato entre el Yacht Club Santa Fe y la Dirección Provincial de Vialidad (DPV), a través del cual se estableció que el club náutico tenía el derecho de usufructo del puente. De aquel acuerdo quedó su cabecera norte para ser utilizada como estacionamiento de vehículos, adentro de la institución.
La idea de las autoridades del club era utilizarlo como paso peatonal para ir de un sector a otro, concretamente hacia donde se ubica la marina de veleros, y no tener que buscar las embarcaciones en lancha. Pero ese proyecto quedó en la nada, al igual que la idea de convertirlo en ciclovía, años después. Hoy el puente no se puede atravesar. Apenas se sostiene en pie.
Futuro
Hace un tiempo atrás, desde la Vecinal Pro Mejoras Alto Verde le pidieron a la Municipalidad de Santa Fe que “salve” lo que queda del Puente Palito. “Tuvimos una reunión pero hasta ahora no pasó nada”, dijo su presidenta, Emilce Camargo. “Nuestro pedido es que se recupere, al menos para que se haga un puente peatonal, ya que es un patrimonio histórico de nuestro barrio”, agregó. “Sabemos que se está armando un proyecto, pero la pandemia frenó todo”, finalizó.