La alcoholemia cero es un hecho en Santa Fe. A partir del 16 de febrero comenzarán los controles y ya no se podrá tomar ni un vaso de alcohol antes de conducir. (Ordenanza N° 12.643)
Un especialista explica la ruta que sigue la bebida en el cuerpo y el proceso para metabolizarlo. ¿Cuánto demora en ejercer sus efectos y cuánto tiempo lleva eliminarlo?
La alcoholemia cero es un hecho en Santa Fe. A partir del 16 de febrero comenzarán los controles y ya no se podrá tomar ni un vaso de alcohol antes de conducir. (Ordenanza N° 12.643)
Carlos Mastandrea es bioquímico y responsable del área de toxicología del laboratorio del hospital Cullen. En diálogo con El Litoral explicó qué pasa con el alcohol una vez que ingresa al organismo y por qué cualquier bebida que se ingiera horas antes del control podrá ser detectada por los dispositivos.
Lo primero que hay que saber es el alcohol es una sustancia que se absorbe fundamentalmente por la vía digestiva, una parte en el estómago, pero la mayor parte en la primera porción del intestino.
Una vez que llega a la circulación sanguínea es metabolizada de diferentes maneras: un muy pequeño porcentaje se excreta por orina; otro, menor al 10%, por sudor, lágrimas o saliva y por el aire exhalado. Como el alcohol es una sustancia con características volátiles, cuando la sangre llega a los pulmones para hacer el intercambio gaseoso de oxígeno y dióxido de carbono, está sustancia volátil que está en la sangre y ha sido absorbida por la vía digestiva, pasa a los alvéolas pulmonares con el aire exhalado. “Esto es lo que justifica el uso de alcohotest -alcoholemia en el aire exhalado-, porque hay una relación directa con lo que está circulando en sangre que ha pasado a las vías respiratorias. Por eso es imposible que dure más tiempo en el aliento que en la sangre”, aseguró.
Pero el 90% del alcohol es fundamentalmente metabolizado por diferentes rutas enzimáticas en el hígado.
—¿Cuánto demora en activarse el alcohol dentro del organismo? ¿Cuándo empieza a ejercer los efectos?
—Es bastante rápido, obviamente que depende de la graduación alcohólica, de la bebida que se tome y de la cantidad. No es lo mismo ir tomando un vaso de cerveza cada media hora, que media botella de vino en media hora. Varía según la dosis ingerida y el tiempo.
—¿Sirve intercalar con agua?
—No, porque independientemente con qué lo mezcles, la cantidad de alcohol se absorbe igual, lo que sí puede cambiar es la velocidad con que es absorbido el alcohol según el tipo de alimento que se consuma. Si uno acompaña la ingesta de alcohol con comidas ricas en grasas se hace más lenta la absorción, sin nada de alimentos, es más rápida.
—¿Y cuánto tiempo lleva sacar el alcohol del organismo?
—Entre 3 y 4 horas, máximo 5, el alcohol ha sido metabolizado.
De todos modos, hay que tener en cuenta que esta capacidad metabólica varía con muchísimos factores: la edad, el peso, el sexo (porque en la mujer, como tiene mayor distribución grasa, cambia la distribución del alcohol en el organismo), la raza (la europea tiene mayor capacidad que las amarillas). “Es difícil establecer un valor promedio de esa capacidad metabólica en las personas”, enfatizó el especialista.
En el consumidor habitual de bebidas alcohólicas se genera un fenómeno de “inducción enzimática”. ¿Qué quiere decir? “Que el mismo alcohol hace que el hígado lo metabolice más rápido, desaparece más rápido del organismo. Entonces un individuo abstemio tiene una capacidad metabólica mucho menor que uno que está acostumbrado a consumir las bebidas alcohólicas”, aseguró Mastandrea.
Además, el alcohol (etanol), así como muchas otras drogas de abuso, “genera un fenómeno de tolerancia, por un mecanismo por el cual es necesario, al pasar el tiempo, tomar una mayor dosis para lograr el mismo efecto”. En el caso del alcohol, hay una tolerancia mixta, (se llama farmacocinética o toxococinética) -explicó el bioquímico-: esta tolerancia consiste en que la misma sustancia produce que el hígado lo metabolice más rápido, porque se activan los sistemas enzimáticos.
—¿Y qué produce en el sistema nervioso?
—A esto se suma una tolerancia que se llama farmacodinámica o toxodinámica, que es ya donde el alcohol ejerce el efecto a nivel del sistema nervioso central; como es un depresor del sistema nervioso, al aumentar la dosis se incrementa el grado de depresión. En el alcohólico crónico los efectos depresores le van generando un mecanismo de neuroadaptación, donde para lograr el mismo efecto necesitan mayores dosis. Con un nivel de alcoholemia de 5 gramos por litro, una persona puede estar muerta en un estado de coma, pero hace menos de un mes hubo un caso en Buenos Aires de un hombre que saturó el alcoholímetro en un control, ¡y estaba manejando cuando una persona normal estaría en un estado de coma profundo! Eso muestra la tolerancia de un individuo que seguramente era un alcohólico crónico. La tolerancia, por estar acostumbrado a tomar esas dosis de bebida, le permitió aguantar esos niveles que a una persona normal le sería imposible.
Así, la recomendación general es siempre “no tomar si uno tiene que conducir, hay que contratar un servicio de transporte o designar un conductor que no tome nada. Es un problema de conducta y de tomar conciencia de los riesgos que se están corriendo por la vida de uno y por la ajena”.