Luciano Andreychuk
landreychuk
Twitter: @landreychuk
Es porque hubo un tiroteo, y un menor de 11 años fue herido de gravedad.
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Las puertas del centro de salud del barrio Las Lomas, en el noroeste de la ciudad, permanecían cerradas con candado. Es que el lunes se produjo un tiroteo entre bandas en inmediaciones del efector, y en medio de la balacera resultó herido de gravedad Iván Albarengo, de 11 años. Por esta situación y otras similares en un sector donde la violencia es algo de todos los días, los profesionales no brindaron el servicio este martes.
Los vecinos miraban esta mañana el frente del dispensario con preocupación. Una vecina de edad mayor se acercó diciendo que necesitaba urgente una medicación. Es que el lugar brinda asistencia médica y de enfermería a todo el barrio, que está muy alejado de otros efectores públicos.
Esta mañana hubo una reunión urgente entre autoridades de los ministerios de Salud y Seguridad, además de los trabajadores de ese centro de salud y referentes gremiales.
Se resolvió que mañana volverá a abrir de 7 a 13, pero con acompañamiento de un patrullero policial. El efector cubre unas nueve manzanas del barrio Las Lomas -también de Cabal- y asiste estimativamente entre 70 y 80 pacientes por día.
“El próximo lunes habrá una nueva reunión. Los profesionales piden garantías, y es absolutamente lógico. Ellos están muy comprometidos con el barrio, tienen una gran vocación por el trabajo que realizan. Pero también tienen miedo de que la situación de violencia que se padece en ese sector los toque de cerca”, dijo a El Litoral Jorge Stettler, secretario de Gestión Territorial -primer y segundo nivel- de Atención de Salud.
El equipo de profesionales que trabaja en el dispensario de Las Lomas es interdisciplinario. Está integrado por médicos, enfermeras, un psicólogo, una asistente social y un agente sanitario. Son unas 7 personas.
Corredor seguro
Hace unos meses se había firmado un acuerdo con la cartera de Seguridad por el cual se estableció un corredor seguro de la zona, con presencia permanente de un patrullero, el acompañamiento en el ingreso y egreso del efector de los trabajadores.
“Se venía trabajando muy bien. Pero por distintos motivos, dejó de funcionar (el corredor). Es una autocrítica”, admitió el funcionario.
No obstante, ahora se tratará de articular en forma interinstitucional, a través del Plan Abre (del gobierno provincial), al municipio santafesino en un mejoramiento integral de ese sector. Esto implicaría “la reorganización de ese barrio, la reapertura de calles, el desmalezamiento, el ingreso de una línea de transporte, entre otras acciones que apuntan a reducir los niveles de violencia y conflictividad de ese barrio”, adelantó Stettler.
Cómo ocurrió
El Litoral logró hablar con una fuente cercana al episodio en que el niño fue baleado y está ahora en “estado grave” (ver El Dato). Su nombre se reserva para evitar eventuales represalias. El relato de la fuente fue el siguiente: “Todo ocurrió ayer a las 14.30. Él estaba trabajando en un kiosquito que está cerca (del dispensario). Allí hacía algunas tareas, ayudaba”.
Siempre según la versión de la misma fuente, Iván Albarengo “se sentó en una capillita que está por ahí cerca. De repente empezó el tiroteo. Cuando escucha el estruendo de las balas, se esconde detrás de unos árboles. Se queda ahí. En un momento la balacera cesó, y él decidió cruzar la calle. Al cruzar empezaron los disparos de nuevo.
Ahí fue cuando un proyectil le impactó en la cabeza. Quedó tirado en la calle, hasta que alguien avisó a la familia”.
“Acá hay tiroteos todos los días. Como si nada, a cualquier hora del día. Cuando se escuchan los disparos y los vecinos están afuera tomando mates, manotean a sus hijos y se meten corriendo en sus casas. Tenemos miedo, vivimos con miedo”, relató la fuente.
Todo ocurrió cerca de la intersección de calle Boneo y Camino Viejo a Esperanza. Esta mañana había en esa zona un despliegue policial importante. Pero fue tarde: el niño ahora lucha por su vida, con todo en contra.
“Estado grave”
Fuentes confiables dijeron que Iván Albarengo continúa en la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital de Niños, en estado grave y con respirador artificial. El pronóstico es reservado para una víctima más de la violencia, es este caso un niño de tan sólo 11 años.
"El próximo lunes habrá una nueva reunión. Los profesionales piden garantías, y es absolutamente lógico. Ellos están muy comprometidos con el barrio, tienen una gran vocación por el trabajo que realizan. Pero también tienen miedo de que la situación de violencia que se padece en ese sector los toque de cerca”.
Jorge Stettler, Secretario de Gestión Territorial de Atención de Salud.