Nicolás Loyarte
A María José le tocó censar a los ocupantes de 46 viviendas del macrocentro de la ciudad. Cómo comenzó la jornada. Y cómo la recibe la gente.
Nicolás Loyarte
-Buen día, señor. Como sabrá usted, estamos censando a la población -comenzó diciendo este miércoles por la mañana María José Valdéz, una de las censistas, tras tocar el primer timbre de una vivienda del barrio Centro, a donde le tocó censar a la población.
Eran poco menos de las 9 de la mañana cuando la censista comenzó la que aparentaba ser una larga jornada de trabajo, puerta a puerta, timbre a timbre, pregunta a pregunta, hasta las 18. Pero terminó siendo más breve, gracias a que muchos contestaron previamente de forma digital.
“Mi zona es el macrocentro, entre las calles Primera Junta, Saavedra, La Rioja y Tucumán”, le dijo María José a El Litoral, antes de arrancar con la labor. “Son 46 viviendas, a algunas chicas les tocó menos cantidad”.
Antes de ello, la jornada se inició para la censista a las 8 de la mañana, en la escuela López y Planes. “Allí nos entregaron a cada una el kit de censistas”, explicó María José. Incluye etiquetas, útiles (lápiz, sacapuntas, goma, una tabla para apoyar y poder escribir, una bolsa, la pechera, la credencial y el sticker para pegar en cada vivienda. Todos estos elementos de trabajo recibió cada una de las y los 55 mil censistas desplegados en toda la provincia, de acuerdo a la cifra dada a conocer por el Instituto Provincial de Estadísticas y Censos (Ipec) pasadas las 9.30, en una rueda de prensa.
“Tenemos dos planillas. Una es la de las preguntas que les hacemos a las personas en cada vivienda y otra en la que volcamos todos los datos resumidos de cada planilla domiciliaria”, explicó María José, y continuó su jornada, tocando timbre en la segunda vivienda a censar.
Durante la primera hora de trabajo, María José avanzó a gran velocidad con el censo. “La mayoría de las diez primeras viviendas que censé tenían el código, porque ya lo habían hecho en Internet. Sólo dos mujeres, una mayor de edad, lo habían intentado hacer a última hora y tuvieron inconvenientes para realizarlo, por lo que las tuve que censar de forma personal”, contó.
Antes del mediodía ya había censado a las personas que viven en las 13 viviendas que le tocó visitar sobre calle Primera Junta. “Sólo dos no lo habían hecho digital, y uno solo se negó a responder”, detalló María José. Y dobló la esquina para continuar por calle Saavedra con las últimas 28 casas.
“A este ritmo calculo que en una hora y media terminaré, todo depende de la cantidad de gente que ya lo haya completado de manera digital, hasta ahora fueron muchos”, dijo la censista, y agregó luego: “Todos fueron muy amables, ninguno me hizo problemas”. Por último María José dejó una anécdota de la jornada histórica. “A una compañera le tocó visitar a una familia con ocho hijos que no habían realizado el censo digital, por lo que le demandó muuucho tiempo para completar con la respuesta a cada pregunta”, dijo y sonrió.
Por suerte para las y los censistas, la jornada en Santa Fe es a pleno sol, para atemperar un poco la ola de frío que impera en la ciudad desde hace varios días.
Una vez finalizada la jornada, María José tenía previsto entregarle todas las planillas con los resultados del censo a la Jefa de Radio, quien luego de recoger cada una de las planillas de todas las censistas de la zona las debía colocar en una caja con identificación y así se terminaba la jornada.