"Zombies con celular": la nueva era en que la tecnología empezó a caminar e ir en la mano
Por "smartphone zombies" se describen aquellas personas que caminan por la vía pública -o conducen algún vehículo, incluso- mientras al mismo tiempo utilizan su celular inteligente. Para un experto, hay que "medir" la pulsión de la inmediatez que genera internet y las redes. Y apuntar a la alfabetización digital desde las escuelas.
Camino con el celular en mano, luego existo. Postales como ésta se reproducen todos los días y a cualquier hora en cualquier lugar concurrido de la ciudad capital. Crédito: Mauricio Garín
Un hombre cruza la Av. Gobernador Freyre, a la altura de calle La Rioja, hacia la senda peatonal. Se detiene; necesita ver su móvil para chequear una dirección. De repente, siente un choque: era una joven que circulaba en bicicleta por la senda. Manejaba y mientras lo hacía, utilizaba su celular. El hombre se dio vuelta para ver si ella se había caído; al constatar que no, siguió su camino. La joven ni siquiera se dio vuelta, y continuó pedaleando. Ambos siguieron con los ojos sobre sus celulares.
En la lejana ciudad de Yamato, Japón, se dispuso lisa y llanamente prohibir que los peatones usen sus teléfonos mientras caminan, reportó la BBC Mundo. Es que allí se realizó un estudio en dos lugares y se comprobó que cerca del 12% de los 6 mil peatones registrados en esa urbe usan sus teléfonos mientras caminaban.
En Ilsan, Corea del Sur, el ayuntamiento instaló luces parpadeantes y rayos láser en los cruces de carreteras para alertar a los peatones que se desplazaban mirando/usando sus teléfonos. Y en la ciudad china de Chongqing abrieron un "carril de telefonía celular" de 30 metros en las vías para los peatones ocupados con sus móviles. Finalmente, en Honolulu, Hawai, los legisladores están discutiendo una "Ley de Caminata Distraída".
Camino con el celular en mano, luego existo. Postales como ésta se reproducen todos los días y a cualquier hora en cualquier lugar concurrido de la ciudad capital. Crédito: Manuel Fabatía
El mundo post Covid asiste a una nueva era de comportamientos en la vía pública relacionados con el uso de las nuevas tecnologías, y que alguien -algún "tecnogurú" de ingeniosa capacidad de bautizo para neologismos- ya le puso nombre: a esas personas (que no son necesariamente jóvenes) que caminan usando su teléfono móvil se las llama "smartphone zombies", o zombies del celular.
Lejos de caer en la tentadora hipótesis de que asistimos a una "zombificación" de nuestras vidas cotidianas a causa del celular (como si estos aparatos tuvieran la culpa de todo, que no lo es), huelga decir lo obvio: que si alguien camina o circula por la vía pública utilizando en simultáneo su teléfono inteligente, pierde capacidad atencional respecto de lo que ocurre a su inmediato alrededor físico.
Así, podría chocarse con otra persona (tal el testimonio anterior, que es verídico); o tropezarse con una baldosa elevada; o quizás caer en un pozo de la acera donde se está realizando una reparación caños, o ser chocado por un auto al cruzar una calle, y así: la lista a imaginar es larga.
De lo mundano de un tropezón al fenómeno sociológico de la relación con las tecnologías en pleno siglo XXI ya hay un camino de exploración teórica recorrido, con varios autores que con diversas posturas vienen trabajando estos nuevos comportamientos.
Lo interesante es preguntarse hasta dónde llega nuestra relación diaria con los celulares, cómo calmar esa pulsión de responder "sí o sí" si suena, y qué impactos a nivel cognitivo -e incluso de las relaciones sociales "reales"-, traen aparejados esta tendencia.
Equilibrios
"Toda innovación tecnológica genera nuevas conductas y pautas de uso social. Algo 'novedoso', entre comillas, como el cruce entre el teléfono y la movilidad nos llama la atención, pero a veces caemos en un tinte negativo o apocalíptico que tenemos que equilibrar", introduce en entrevista con El Litoral Francisco Albarello, Doctor en Comunicación Social (Universidad Austral), Lic. en Comunicación Social con orientación en Periodismo (Universidad Nacional de la Plata), docente e investigador. (ver Perfil).
Lejos de visiones extremas ("las tecnologías tienen siempre la culpa"), "a veces la velocidad en los cambios tecnológicos no vienen acompañados del cambio social. Creo que en algún momento vamos a tener que volver a un equilibrio donde le daremos al teléfono móvil un lugar balanceado dentro de nuestra cotidianeidad", considera.
Pulsión de instantaneidad
Algunos escritores, a propósito de este fenómeno, hablan de un tipo de "escritura o lectura danzante". La gente va con el móvil moviéndose en la calle, caminando y mirando un dispositivo que no fue pensado originalmente para leer y escribir: se creó para hablar.
Pero sin embargo, el celular "viene a ser el corolario, la consolidación de una cultura de la instantaneidad: de estar en el momento accediendo a información, produciendo información. Esto no obedece reglas espacio-temporales", subraya el especialista.
"Hay una necesidad de ingresar en las redes, de responder mensajes de texto o audio, de dar un like o sobre todo de ver quién lo dio (esto último, según algunos autores, da cierta 'validación social', de "recompensa" o de "pertenencia a un status quo"): Es la necesidad de ver un posteo, un contenido o un feed añadido. Pero todo eso se puede hacer más tarde. Hay como una pulsión ciertamente incontrolable de hacerlo al momento, en lo instantáneo", refuerza su concepto.
Y quizás, esto se potenció en lo peor de la pandemia, cuando la gente estaba encerrada, sin más conexión con el exterior que un celular o una computadora. La pandemia aceleró los tiempos, y "volvió normal la mediatización de cualquier actividad detrás de una pantalla", agrega. De hecho, las monedas digitales (bitcoins), las apuestas deportivas on line, explotaron durante el 2020.
"Creo que en un momento reconoceremos que hay cosas que no está bueno que en el ámbito de la calle algunas conductas persistan, como por ejemplo esta pulsión a ver la pantalla del smartphone todo el tiempo. Mientras manejamos, por ejemplo, no se puede usar un celular, porque hay una vida propia y de terceros en peligro. Ocurre que el uso tecnológico está tan naturalizado que se internaliza: es la idea del caminante zombie", añade el investigador.
Un celular inteligente está creado para llamar nuestra atención todo el tiempo y para que pasemos la mayor cantidad de tiempo usándolo: las luces, los sonidos, las alertas de las apps, las notificaciones de mensajes: "Ahora, uno puede decir: 'Pará. A esto lo dejo para más tarde'", dice Albarello. Quizás se trate de una lucha interna contra la ya aludida pulsión de instantaneidad, que quizás pueda relacionarse también con el reflejo cognitivo y hasta automático de responder ya, ahora mismo.
Alfabetización
-¿Cree que en algún momento, desde las instituciones educativas se deberá apuntar a la alfabetización digital para un uso más adecuado de las nuevas tecnologías?, preguntó El Litoral al Dr. Francisco Albarello.
-Creo que hay que establecer la alfabetización digital en las currículas escolares pero, además, formar en ciudadanía digital, que es un concepto muy interesante: es decir, cómo nos movemos dentro de lo digital.
Necesitamos buenos ciudadanos digitales, en el sentido de qué cosas se comparten, de qué manera evitar el bullying, el grooming, cómo diferenciar lo privado de lo público, por qué no ay que no publicar en redes cosas ofensivas o agraviantes, y cómo evitar a los haters. Hay mucho trabajo por hacer.
Perfil
Francisco Albarello es Doctor en Comunicación Social (Universidad Austral). Entre otras funciones se desempeña en la Maestría en Gestión de Contenidos de la Escuela de Posgrados en Comunicación). También es Lic. en Comunicación Social con orientación en Periodismo (Universidad Nacional de la Plata), docente e investigador. Tiene un postgrado en Educación a distancia a través de redes digitales y recursos de Internet por la Universidad de Murcia (España).
El Dr. Albarello es docente e investigador, y además ha publicado varios libros vinculados con las tecnologías y sus nuevos lenguajes, los usos sociales y la educación.
Además, es profesor adjunto de "Educación y tecnologías de comunicación e información" y "Periodismo Escolar en Internet" para la Licenciatura en Educación en la Escuela de Humanidades de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM).
Ha publicado los libros "Mutaciones: hábitos de información y estudio de jóvenes en universidades argentinas" (UNR Editora, 2022); "Entre libros y pantallas: los booktubers como mediadores culturales" (Editorial de la Universidad del Salvador, 2020) en coautoría con Francisco Arri y Ana Laura García Luna; "Lectura transmedia: leer, escribir, conversar en el ecosistema de pantallas" (Buenos Aires, Ediciones Ampersand, 2019), entre otros.
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