Lunes 12.6.2023
/Última actualización 12:53
El pasado sábado 20 de mayo, en el marco del Proyecto Ballena (un espacio de diálogo entre referentes de la política, la intelectualidad, las organizaciones populares y la vida cultural tanto argentina como latinoamericana) que se lleva adelante en el Centro Cultural Kirchner se realizó la charla “El cuadro de Alfredo Bettanin: un viaje hacia la historia política argentina”, a cargo del artista Daniel Santoro (experto en la estética del peronismo) y el escritor Gabriel D. Lerman (autor de la novela “Fuera de serie”, que aborda el recorrido del cuadro).
La presentación de la disertación planteaba: “¿De qué nos habla un cuadro? ¿Podemos observar y pensar los conflictos políticos históricos desde el presente? Las épicas y las pesadillas de la Historia Argentina tienen algo para revelarnos. ¿Es posible contar algo que aún no sucedió? Personajes, paisajes, símbolos, instituciones. ¿Adónde nos llevan esas escenas? Las figuras de los líderes argentinos que presenta el cuadro ‘San Martín, Rosas, Perón’ de Alfredo Bettanin, incluso aquellos que despertaron y despiertan pasiones y polémicas, tal vez nos permitan renovar las preguntas políticas”.
La obra del artista e ilustrador santafesino Alfredo Atilio Bettanin (nacido en San Javier en 1920, tío del periodista Juan Carlos Bettanin, fallecido en Buenos Aires en 1974) puede apreciarse en el CCK desde marzo, gracias a un comodato firmado con la Uatre (Unión de Trabajadores Rurales y Estibadores), sindicato que posee la obra, que supo estar en el Museo del Bicentenario hasta la asunción de Mauricio Macri. Gracias a un proceso de documentación y restauración, y al apoyo de la familia Bettanin, la obra (que relata los procesos políticos y sociales de nuestro país, en formato mural y panorámico.) se encuentra desde marzo exhibida en el Centro Cultural Kirchner, puesta en valor por equipos técnicos del Ministerio de Cultura de la Nación.
Fragmento del cuadro, en el ángulo superior izquierdo, donde se recorre el período colonial, las Invasiones Inglesas y la Revolución de Mayo. Foto: Gentileza Gabriel LermanMiradas
Sobre la misma, escribe Tristán Bauer, ministro de Cultura de la Nación: “Esta obra, concebida en el invierno de 1972, es testimonio del debate que se respiraba en aquellos años, al calor de la campaña del ‘Luche y vuelve’ por el regreso a la Argentina del general Juan Domingo Perón, tras dieciocho años de exilio y proscripción política.
Nos encontramos frente a un recorrido visual que ofrece un conjunto de escenas emblemáticas enlazadas por los tres líderes históricos que dan nombre a este óleo. Cada uno aparece rodeado por los arquetipos de su tiempo: granaderos, paisanos, indios, gauchos, hacendados, sindicalistas y jóvenes revolucionarios. Se despliegan en momentos que afirman nuestra soberanía, como el nacimiento de la Patria en el Cabildo, el Cruce de los Andes o las cadenas de Vuelta de Obligado; y desenlaces trágicos, como los fusilamientos de José León Suárez, que marcan una historia atravesada por dictaduras militares.
En la palma izquierda de la figura predominante, una Nación herida y desnuda, está parada Evita, mirando el horizonte y surgiendo del protagonismo del pueblo en las luchas por la emancipación nacional y por la construcción de una patria justa, libre y soberana.
Estamos frente a uno de esos casos en los que el arte del pintor nos invita a ejercitar la memoria, ligando las luchas de nuestros antepasados con el porvenir”.
El despliegue de la obra recuerda a “El jardín de las delicias”, la célebre pintura de Jheronimus Bosch (el Bosco). Así lo describe Dani Mundo, en un artículo sobre la novela de Lerman para la Agencia Paco Urondo: “Es un cuadro monumental, no solo por su tamaño de 2 metros por 3, sino por los hitos históricos que presenta y que están representados como en un tríptico de El Bosco o un Brueghel surrealista”.
Infografía descriptiva de las referencias del cuadro, que lo acompaña en su exhibición en el CCK. Foto: IAAInfografía descriptiva de las referencias del cuadro, que lo acompaña en su exhibición en el CCK. Foto: IAANacimiento
Cuenta Daniel Gigena, a partir de una entrevista con Lerman para La Nación: “Bettanin -que además de artista visual fue escenógrafo, ilustrador, director teatral y militante político- terminó de pintar la obra de tres metros de alto y dos de ancho en 1972, en su casa del barrio de Congreso. Durante la dictadura de Alejandro Agustín Lanusse, ese lugar era sede de reuniones políticas y proyecciones clandestinas del Cine Liberación, en las que participaban Pino Solanas y Octavio Gettino, los escritores y periodistas Rodolfo Walsh, Paco Urondo y Pedro Orgambide, y Cristina Bettanin, fotógrafa del diario Noticias e hija del artista, entre muchos otros. Una vez que terminó la pintura se la vendió a Tulio Jacovella, dueño del semanario Mayoría. Bettanin murió el 26 de agosto de 1974, semanas después que uno de los personajes de su obra: el presidente Juan Domingo Perón, que figura en el panel inferior junto al héroe máximo de la emancipación americana, José de San Martín, y el gobernador y caudillo Juan Manuel de Rosas.
En la novela se informa que Bettanin iba a mostrar la pintura a inicios de julio de ese año; la trascendencia que tuvo en el país la muerte del líder peronista se lo impidió. Desde ese momento, su familia perdió contacto con la obra y, desde 1976, hijos, yernos y nueras del artista (militantes de Montoneros) fueron secuestrados y torturados. ‘Conocí a las nietas del pintor, quienes además tienen una relación trágica con el cuadro porque allí están retratados su padre y sus tíos -dice el autor-. La obra fue realizada poco antes del primer regreso de Perón. En algún sentido, el cuadro reproduce escenas históricas de distintos siglos y, a la vez, prefigura otras, tan dramáticas unas y otras’”.
Finalmente, “con el retorno de la democracia, se recobró el interés por esta pintura. Los herederos de Jacovella le entregaron en consignación la pintura al dirigente político Felipé Solá, que la mantuvo a resguardo en su casa durante varios años. Según el narrador de ‘Fuera de serie’, la obra fue testigo de las reuniones entre “cuadros” del peronismo renovador, que perdieron la interna con Carlos Menem, como Antonio Cafiero y el mismo Solá. Pero recién se expuso públicamente en 1997, en el Teatro Roma de Avellaneda, en el marco de una muestra de arte y política organizada por el municipio”.
Fragmento en el que se representa a José de San Martín, con su uniforme blanco de Protector del Perú. Foto: Gentileza Gabriel LermanFamilia trunca
El devenir de los hijos de Alfredo Bettanin estuvo marcado por la historia de violencia que el cuadro retrata.
Leonardo Bettanin (31 de agosto de 1945, Buenos Aires, 2 de enero de 1977, Rosario) cursó estudios secundarios en La Escuela San Andrés de Olivos. Tras un breve paso por la Facultad de Arquitectura, recaló en Derecho y se recibió de abogado. Militó en las filas universitarias y juveniles del peronismo revolucionario. En 1973 es postulado como diputado nacional del Frente Justicialista de Liberación (Frejuli) y asume su cargo conjuntamente con Miguel Zavala Rodríguez y Rodolfo Ortega Peña, luego de la renuncia de ocho jóvenes legisladores peronistas en marzo de 1974, disconformes con las reformas represivas sumadas al Código Penal.
Cristina Bettanin de Colmenares (4 de abril de 1947, Capital Federal, 2 de enero de 1977), estudió en la Facultad de Filosofía y Letras a partir de 1972 y se incorporó de lleno a la militancia política en el peronismo revolucionario montonero. Trabajaba como reportera gráfica en la revista El Descamisado de la Juventud Peronista, en la revista “Ya” y en el diario Noticias. Allí publicó la famosa portada que muestra a Helena Villagra viuda de Ortega Peña (años más tarde se casaría con Eduardo Galeano) junto al féretro y la bandera que dice: “La sangre derramada no será negociada”.
El 2 de enero de 1977 es allanada la casa de Leonardo, ubicada en la Calle 2 Nº 626, del Barrio Gráfico de Rosario. El operativo estuvo a cargo del comisario Agustín Feced. Leonardo fuer ejecutados junto a sus amigos y compañeros Julio Maggio y Clotilde Rosa Tosi, mientras que Cristina (que también estaba allí) se suicidó tomando una pastilla de cianuro; su esposo, Jaime Colmenares, fue secuestrado.
Guillermo Juan Bettanin (10 de mayo de 1954, Buenos Aires, secuestrado desaparecido 7 de mayo de 1976). Hermano de Leonardo y Cristina. Cursó estudios en el colegio jesuita “Del Salvador” para ingresar luego a la Facultad de Filosofía y Letras donde fue el responsable de la Juventud Universitaria Peronista (JUP). Militó asimismo en Montoneros, en la Columna Norte. También fue redactor del diario Noticias.