El siglo XX ―en nuestra ciudad― concluye con el surgimiento de la pintura abstracta en su completa dimensión: una forma de expresión que prescinde de toda figuración y propone una nueva realidad sin referencias visuales con el mundo real. Fue necesario un salto generacional para dejar atrás el arte figurativo, los posicionamientos artísticos que procuraban la identidad litoraleña centrada fundamentalmente en la representación del hombre en su paisaje y las expresiones afectas a influencias de las vanguardias europeas que hibridaron importantes desarrollos artísticos locales.
Julio Botta “Eclipse” 1990 acrílico s/tabla 150 x 150
Los artistas Julio César Botta y Álvaro Gatti asumen la modernidad como condición del momento histórico en que les toca actuar y, a finales de la década de los años 1980, irrumpen en nuestro medio con sólidas propuestas artísticas cuyos lenguajes visuales consolidan la abstracción en Santa Fe.
Álvaro Gatti "Masa crítica" 1995 óleo s/tela 150 x 150
Haciendo un poco de historia, señalaré sucintamente algunos antecedentes que considero relevantes como caminos hacia la abstracción. En primer lugar, como ya he comentado (*1), Armando C. Godoy fue el primer artista no figurativo en la ciudad de Santa Fe. En 1956 sale a escena con un alfabeto visual nunca visto dando comienzo a la modernidad local, pero su obra es de carácter surrealista antes que abstracta. Godoy mismo se definía como un artista surrealista no figurativo.
En 1958 el maestro rosarino Oscar Herrero Miranda ―miembro fundador del Grupo Litoral― viene a dictar cursos de pintura y trae consigo el fruto de experiencias artísticas ligadas a la abstracción geométrica. Propone reforzar aspectos teóricos, técnicos y compositivos. En lo formal, el foco de atención estuvo puesto en la organización visual, lo que llamamos sintaxis de la composición; en lo técnico, se preocupó por el preparado de superficies pictóricas incorporando nuevas técnicas, tales como el cromoyeso, y en lo teórico el tema principal fue pensar críticamente la nueva estética planteada por las vanguardias en vigencia. Esta inquietud dio frutos al poco tiempo con la creación del Grupo Setúbal.
Las enseñanzas de Herrero Miranda fueron determinantes para muchos artistas locales que se enfrentaban a un nuevo tiempo llamado arte moderno. Como resultado de estos talleres ha quedado un pequeño legado de obras que son verdaderas joyas tanto por su calidad pictórica como por el valor histórico de las mismas. Observamos piezas de Ernesto Fertonani y José Domenichini ―entre otros― que reflejan este cortísimo período de producción vinculadas a la abstracción.
Ernesto Fertonani “Composición” 1959 óleo 50 x 70
José Domenichini S/T 1965 óleo 60 x 50
El maestro rosarino deja un importante legado de enseñanza teórico-práctico de pintura abstracta como experimentación, pero sin fecundar en firmes caminos por parte de los artistas que asistieron a sus cursos. La abstracción no fue por entonces una opción artística de considerable significación.
En 1959 se funda el Grupo Setúbal (*2) en nuestra ciudad. Miguel Flores (integrante y fundador) influenciado por los cursos de Herrero Miranda, comienza un proceso de síntesis geométrica sin llegar a la abstracción. Luego, su obra se inclinará hacia el informalismo (*3).
Durante la década de los años ‘60 encontramos en la misma línea informalista: la obra de los artistas Rubén Sedlacek y César López Claro, este último fuertemente influenciado por el artista español Antoni Tapies.
Rubén Sedlacek “Composición” 1968 óleo 64 x 83
Fue inevitable que la ya internacionalizada primera vanguardia llegara a Santa Fe. Tanto Fernández Navarro como López Claro se mostraron seducidos por la tendencia “geometrizante” del Cubismo. Los resultados pictóricos fueron estéticos antes que artísticos; una moda carente de concepto que hibridó lenguajes visuales manteniéndose muy lejanos a la abstracción.
La modernidad también llegaría a la escultura. Wenceslao Sedlacek, persiguiendo nuevas figuraciones producto de su imaginación y fantasía, elabora formalizaciones espacialmente sintéticas ligadas a la abstracción, conservando al mismo tiempo rasgos figurativos.
A finales de la década de los años ‘60, Oscar Esteban Luna ―Primer Premio de Grabado Salón Nacional y Gran Premio de Honor Salón Nacional en 1972― se encuentra en los talleres de grabado experimentando arte abstracto en una serie de intaglios (*4) a color. Si bien la producción es de variedad y volumen notable, Luna no fue un artista dedicado a la abstracción.
Oscar Luna “Plano seccionado” 1968 intaglio color 60 x 40
Entrando en la década de los años ‘70, se destaca la figura del artista Carlos La Cava y su taller de formación artística. Allí se desarrolla una línea de trabajo ligada conceptual y estéticamente al “constructivismo rioplatense” (*5). Dicho taller define un método de trabajo que reúne la creación de un alfabeto visual flexible con capacidad combinatoria y la estructura tomada del constructivismo como una red sobre la que se distribuyen y componen los elementos de dicho alfabeto. El concepto de estructura universal es la clave poética y, siendo el alfabeto visual predominantemente figurativo, se observan referencias al mundo real alejándonos de la abstracción pura.
Carlos La Cava "Caballo, ave, árbol" 1982 collage y acrílico 23 x 32
Finalizando con este recorrido, no podemos dejar de mencionar la gran obra de Fernando Espino (*6) quien percibió como pocos un nuevo tiempo y lo que el arte moderno, en su vertiente abstracta, proponía estéticamente. Adopta la abstracción como lenguaje al servicio del espacio pictórico. Su obra admite varios calificativos: primitivismo, abstraccionismo lírico, arte constructivista, americanismo geométrico, informalismo, tachismo. El conjunto de su obra realizada a partir de los años ‘60 conforma un tratado visual sobre pintura moderna. Lo realizado a partir de los años ‘80 es decididamente arte contemporáneo.
Álvaro Gatti "Marzo" 1989 acrílico 148 x 166
Como corolario de este relevamiento, podemos decir que fueron numerosas las búsquedas de expresiones locales para un “arte nuevo” y debieron pasar más de treinta años para que la pintura abstracta se imponga con fuerza propia.
La obra de Julio César Botta y de Álvaro Gatti representan el paradigma de la abstracción local y a partir de 1980 se instalan como grandes referentes de un discurso visual naciente en nuestra ciudad.
Julio Botta "Áreas urbanas" 1984 técnica mixta 210 x 160
Lo notable es que ambas propuestas artísticas surgen contemporáneamente y son dos formas contrapuestas de la abstracción. Dentro del arte abstracto existe una gran variedad de expresiones, estilos y tendencias que, sintéticamente, podemos agrupar en dos grandes orientaciones: la abstracción geométrica y la abstracción lírica.
Julio Botta representa la “Abstracción Geométrica”; la misma persigue lo racional, objetivo y universal. Álvaro Gatti representa la “Abstracción Lírica” que persigue lo emocional, subjetivo y singular.
Toda creación artística tiene su precedente. La historia del arte siempre es una referencia ineludible. Rastrear en ella echa luces sobre producciones que ciertamente han colaborado en su formación. Rudolf Arnheim (*7) decía: “lo que la imaginación artística crea podría definirse más correctamente como el hallazgo de una nueva forma para un viejo contenido”.
De este modo, podemos observar en ciertos referentes pictóricos los conceptos que así lo demuestran: en Botta encontramos el orden y la aspiración universal de Malevich, Mondrian, Newman y Rothko; en Gatti descubrimos lo primitivo, intuitivo y singular de Klee, Tapies, Kline y fundamentalmente Espino.
Gentileza
La abstracción en la obra de Botta es rigurosa, aspira a la universalidad. Por dominio de la razón y la clara aplicación de leyes geométricas procura un absoluto visual. Persigue la objetividad artística expresada en el deliberado control del todo y las partes. Mediante un canon o módulo de medida, establece relaciones de armonía entre los elementos de la composición. Donde rige la geometría nada queda librado al azar. El estricto orden sintáctico que organiza los elementos de la composición no permite improvisaciones que alteren la armonía del conjunto. Cada elemento ocupa su preciso lugar y, cuando aparecen gestualidades, las mismas están subordinadas a la estructura preconcebida. Las principales características de las obras de Botta son: la simetría, el equilibrio, lo estático, el canon, lo metódico, uso del plano, el gran formato y la estricta sintaxis compositiva.
Gentileza
La abstracción en la obra de Gatti es libre, de carácter expresionista y se define como abstracción lírica. Sus composiciones contienen una fuerte componente subjetiva y emocional. Por dominio de la técnica y el protagonismo gestual de la línea, configura un propio universo plástico. El plano pictórico de Gatti es el campo de batalla de los pares dialécticos:
razón - emoción
control - libertad
geometría - azar
orden - caos
Los mismos son gobernados por el oficio y la excelencia del dibujo como base de toda composición. Gatti persigue armonías visuales con licencia para la improvisación. Se vale de los elementos constitutivos de la geometría en procura de un orden preestablecido y se libera del mismo mediante el azaroso procedimiento de la aplicación matérica. La resultante es una rica textura visual donde juegan formas geométricas en el espacio. Las características principales en las obras de Gatti son: la tensión, lo dinámico, el azar, el espacio, uso de la línea, la alquimia y el sistemático procedimiento técnico expresivo.
Gentileza
Julio César Botta falleció en el año 2008 a la edad de 60 años. Se despidió artísticamente el día 24 de agosto del año 2006 con la mega-exposición titulada “Pinturas” que tuvo lugar en las instalaciones del Museo Municipal Sor Josefa Díaz y Clusellas. En dicha muestra presentó sus últimos trabajos (2005/2006) preanunciando el triste desenlace. Los títulos de las obras son significativos y abona la tesis del arte como auto referencialidad: “Crucifixión rota”, “La caída”, la serie “Eclipse” y “El otro” como único autorretrato que se hay visto en la obra del artista.
Julio Botta “Crucifixión rota" 2007 técnica mixta 250 x 150
Álvaro Gatti, a sus 85 años de edad, sigue en actividad produciendo obras. Lleva adelante un taller al que concurre regularmente una importante cantidad de artistas buscando perfeccionarse y al que también asiste un mayor número de aficionados atraídos por la obra mayúscula de este admirado maestro santafesino.
(*2) El Grupo Setúbal estuvo conformado por: Ricardo Supisiche, Armando Godoy, Matías Molinas, Ernesto Fertonani, José Domenichini, Miguel Flores y Jorge Planas Viader.
(*3) Informalismo: arte no figurativo, rechazo de la construcción premeditada, exaltación del azar y la improvisación; pintura con presencia matérica y gestual.
(*4) Intaglio: técnica artística en donde se crea una imagen por corte, tallado o grabado en una superficie plana de madera, plástico o metal.
(*5) Constructivismo Rioplatense: corriente estética creada por el artista plástico uruguayo Joaquín Torres García. Busca expresar la tradición ancestral, americana y universal a través del lenguaje moderno.
(*7) Rudolf Arnheim. Escritor, historiador de arte, psicólogo, crítico de cine, pedagogo y periodista. Especialista en teoría cinematográfica, teoría de medios, historia del arte y psicológica del arte.
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