Miércoles 14.2.2024
/Última actualización 14:09
Aunque nació en la “otra orilla”, en Uruguay, el pintor Modesto Gómez Graff llegó siendo muy joven a Buenos Aires, donde finalmente optó por la ciudadanía argentina. Combinó, a lo largo de su vida, el estudio más formal, en la Academia de la Asociación Estímulo de Bellas Artes, pero a la vez amplió sus conocimientos pictóricos a través de las clases particulares.
Los datos biográficos sobre Gómez Graff que sobreviven más de un siglo después de su nacimiento, lo mencionan como un hábil paisajista, en cuyas obras ponía en juego sus conocimientos respecto a las perspectivas, a la gestación de atmósferas y a la superposición de imágenes. De hecho, entre los años 40 y 50 concretó varias muestras centradas en temas del Parque Nacional Lanín.
Arte de la ArgentinaEl Portal Arte de la Argentina, destaca por ejemplo sus pinceladas con buena carga de material con las cuales era capaz de iluminar las obras a través de colores y tonos claros. Lo describe como un colorista, más allá de la ausencia, a veces, de colores vivos en la totalidad de la superficie.
En el contexto de un redescubrimiento, en términos artísticos, de la Patagonia argentina, que enarbolaron varios pintores al promediar el siglo XX, Gómez Graff cumplió un rol. Al igual que Américo Panozzi, Juan Sol, José Roig, Lals Correale y Francisco Puccinelli, cada uno de ellos en su estilo y de acuerdo a su valoración estética.
Arte de la ArgentinaEn 1950, Gómez presentó (en forma conjunta con Nusimovich y Heredia) una selección de 33 obras inspiradas en los paisajes patagónicos, que se exhibieron en el Museo Municipal de Bellas Artes de Santa Fe.
La recepción fue entusiasta: “cuando nos llega otro pintor con sus telas desde esa zona del silencio y del viento, tenemos que remontarnos a la grandeza del paisaje y captar las esencias telúricas y emocionales”, expresó El Orden en su edición del 4 de septiembre.
Arte de la Argentina“Este pintor, nuevo para esta ciudad y nuestro ambiente, nos impresiona favorablemente. Es un plástico bien dotado, dueño de sus acentos y vigoroso en la visualización panorámica de los temas “plein air” que acomete con audacia. Todo cuanto nos trae, es cierto como, realidad física y resonancia telúrica”, añadió el autor de aquellas líneas.
“Su paleta variada y opulenta, se ciñe a veces, para darnos la albura de los paisajes nevados y otras, nos lleva a escenarios abiertos donde la soledad atesora milagros para el espíritu del hombre. El objetivismo de los motivos es recio, sustantivo y logra alianzas de verdes con azules y grises que nunca se desequilibran. El ha ido al paisaje a poner el alma y la retina y esta que es atenta y fiel no le traiciona”, indicó luego.
Archivo El Orden / Hemeroteca Digital Castañeda“Sin amor no se hubiera pintado eso y no se hubiera escalado la montaña para fracasar. La imponencia de las masas pétreas, puede gravitar en el placer y anularlo. Eso no ha ocurrido en Gómez Graff. No obstante esta afirmación, a veces la grandilocuencia del escenario es más poderosa que sus propias fuerzas y se vuelve expeditivo y no ahonda en su quehacer”, señaló en otro párrafo.
Finalmente, el cronista de El Orden apuntó que “nadie puede negar que en este plástico existe un acento, que va madurando, apegándose más a la belleza, la que aún ofreciéndole esencias documentales, le servirá para, proyectarse y darnos de la Patagonia la orquestación cromática que necesita para validarse artísticamente”.