Jueves 5.10.2023
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César Fernández Navarro es un pintor argentino inextricablemente unido al litoral, pero nació en realidad en Bahía Blanca en 1909 y luego se formó en España. De hecho, en Bilbao formó parte de la "Asociación de Artistas Vascos" y participó en exposiciones colectivas. Luego de su regreso a Argentina, debutó en “Amigos del Arte” en Buenos Aires antes de establecerse en Santa Fe, a finales de la década de 1930.
Museo Rosa GalisteoUna vez en la “cordial” el paisaje litoraleño se convirtió en su fuente de inspiración. Fue capaz, entonces, de capturar la belleza de las playas, arroyos y la vida cotidiana de sus habitantes a través de una rica paleta de colores. Sus obras de ese período destacan por su habilidad para plasmar la naturaleza de manera poética.
En una entrevista con El Litoral publicada el viernes 14 de febrero de 1975, Fernández Navarro recuerda: “Ni bien llegué a Santa Fe, allá por 1937, tomé conciencia de la imponderable belleza de estas costas”. Tras una larga residencia en España, había regresado a su tierra natal de Bahía Blanca ansioso por encontrar una atmósfera que no le hiciera olvidar del todo al país vasco. Recorrió el norte, parte del sur, y cuando creyó que Salta sería la elegida apareció Santa Fe como “una promesa hecha luminosa realidad”, expresa en ese mismo reportaje.
Colección Club del Orden de Santa FeDetalles de ese vínculo tan estrecho aparecen también en una crítica de arte que publicó también El Litoral, el sábado 30 de octubre de 1943. “El contacto del artista con un paisaje y un clima humano tan cargado de incitaciones y estímulos como el que ofrece este litoral, y con más razón cuando el artista dispone de medios tan diversos y valiosos como los que Fernández Navarro posee, tendrá que traducirse en una obra rica de contenido emocional y de calidad plástica”.
Arte de la ArgentinaEl crítico Jorge Taverna Irigoyen profundizó al respecto en 1964, cuando afirmó que Fernández Navarro “tomó el paisaje del litoral como tema predilecto. Después de haber viajado por Europa y América, se instaló definitivamente en Santa Fe en 1939, y comenzó a pintar motivos costeros tratando de integrar la figura con su entorno físico en un conjunto expresivo. Los críticos destacan la luminosidad de las obras, su paulatina tendencia a la síntesis, sin dejar nunca la figuración, la incorporación de elementos simbólicos que dan clima y atmósfera a sus paisajes y la disposición de los personajes en sus propios espacios”.
Pero podría decirse que desde su reducto santafesino (vivió muchos años en Guadalupe) Fernández Navarro se tornó universal: también dejó su huella en el ámbito internacional, a través exposiciones en Zaragoza, Bilbao, Madrid y Londres, donde su estilo suave y poderoso fue elogiado por la crítica. A lo largo de su carrera, recibió numerosos premios, incluyendo el “Salón Nacional” y el “Salón del Litoral de Santa Fe”.
Arte de la ArgentinaEl contacto con el Viejo Continente, lo mantuvo a través de diversos viajes. El Litoral, en su edición del jueves 7 de julio de 1977, da cuenta de uno de ellos. “Esta vez, junto con su esposa Yoli, residirán un año en la tierra de Cervantes. Tienen proyectado recorrer el país fuera de los itinerarios turísticos habituales, porque cada pueblecito posee su historia y un encanto de renovadas tradiciones. Pero también viajarán a Francia, Italia, Suiza, Grecia, y en Inglaterra, en forma muy especial, a la ciudad de Strafford, donde naciera William Shakespeare, lugar que para Fernández Navarro asume particulares resonancias emotivas”.
Arte de la ArgentinaNo solo el paisaje litoraleño resultó una gravitante inspiración para Navarro. También los grandes maestros cuyas obras frecuentó en sus viajes: Velázquez, Goya, el Greco, Tiziano, Tintoretto y Rembrandt. En una entrevista concedida a El Litoral en febrero de 1975, el pintor dejó reveladoras palabras al respecto: “Muchas veces alguien puede llegar, paradójicamente, a estar más fiel en el lienzo que personalmente. Quisiera explicarme mejor, porque me ocurrió con Unamuno. Primero admiré largamente en España una pintura magistral, que le había hecho Diego Vázquez Díaz. Pasó el tiempo, y le conocí en uno de sus mitines republicanos. Estaba en acción, con su sombrero de ala recortada y su levitón oscuro pero sin embargo aquel retrato decía mucho más de Unamuno que ese hombre que yo tenía frente a mi”.
Arte de la ArgentinaAdemás de su labor como artista, Fernández Navarro compartió su conocimiento como profesor en varias instituciones y contribuyó a la escena artística con murales en edificios públicos.
Archivo El Litoral / Hemeroteca Digital CastañedaJorge Taverna Irigoyen, escribió en El Litoral el domingo 6 de mayo de 1979 que “a lo largo de casi medio siglo de un trabajo fuerte y esperanzado, César Fernández. Navarro ha adquirido un oficio innegable. Lo ha ejercido con verdadera pasión, tratando siempre de llegar a la caracterización de una imagen propia, accesible y comunicativa. Y pinturas, murales, dibujos, grabados, han dado cuenta de este fervor sin caídas, al que supo agregar su condición de maestro, de director de escuelas de arte, de funcionario de cultura”.
Archivo El Litoral / Hemeroteca Digital CastañedaSu legado sobrevive en museos de Argentina y España, siendo reconocido en los museos más prestigiosos del país y en el Museo Municipal de Artes Contemporáneas de Madrid.