Lunes 20.2.2023
/Última actualización 16:25
“Carnaval viejo loco vendió su colchón para comprar pan y vino espaguetis y salchichón. Como un glotón comió un montón de roscas fritas le creció tanto la panza que parece una balanza tomó, tomó y al rostro el rojo se le subió. La barriga le explotó, comió, comió y no paró. El martes termina el Carnaval y le hacen un funeral, porque del polvo nació y al polvo regresará”. Este fragmento de “Carnaval viejo loco” del italiano Gabriel D’Annunzio, pone de manifiesto lo que se pone en juego durante las fiestas de carnaval: esa sensación de permisividad, descontrol, desenfreno, hedonismo. Para volver después, al decir del cantautor Joan Manuel Serrat, “con la resaca a cuestas”, a la vida cotidiana.
Lo cierto es que esta celebración -que alcanza a varios países cristianos y también no cristianos- incluye una mezcla de disfraces, música, desfiles y festejos callejeros. Su color, su despliegue, su intensidad, su movimiento constante sirvieron a lo largo de los siglos como inspiración para artistas de todas las disciplinas, pero en particular a los pintores. Se pueden encontrar registros en diversas épocas, pero en las líneas que siguen fueron seleccionados algunos representativos.
“El combate entre don Carnal y doña Cuaresma”. Foto: ArchivoPieter Brueghel de Oude, llamado el Viejo está considerado como el pintor holandés más importante del siglo XVI. Realizó “El combate entre don Carnal y doña Cuaresma”, en el año 1559. Se trata de un óleo sobre tabla que trabaja sobre la relación entre el tiempo sagrado de la Cuaresma y el periodo festivo de carnaval, ubicado temporalmente un poco antes. Para los especialistas, se trata más de una reflexión respecto a la condición humana que de las fiestas en particular.
“El entierro de la sardina", de Goya. Foto: ArchivoOtro de los grandes pintores que profundizó sobre la temática fue Francisco Goya (1746-1828). “El entierro de la Sardina”, es un cuadro de formato pequeño ambientado en la instancia final del período de “mundo al revés” que implica el carnaval. En la representación de Goya, la gente (curas, monjas, soldados, campesinos ladrones) baila enmascarada como si fuera el fin del mundo. Se incluye esta obra dentro de un conjunto que incluye también “Corrida de toros en un pueblo”, “Procesión de disciplinantes”, “Auto de fe de la Inquisición” y “Casa de locos”.
“Carnaval en Montmartre” de Gino Severini. Foto: Archivo“Carnaval en Montmartre” es de Gino Severini y data de principios del siglo XX, aproximadamente 1913. Severini fue un pintor italiano y miembro destacado del movimiento futurista. Se lo asoció con el neoclasicismo y el “retorno al orden” en la década posterior a la Primera Guerra Mundial. También de las primeras décadas del siglo XX es “El Carnaval de Arlequín” de Joan Miró, pintor, escultor, grabador y ceramista español asociado al surrealismo. Precisamente esta obra es una de las principales de su época surrealista y se encuentra en la colección de Albright-Knox Art Gallery en Estados Unidos. Allí Miró mezcla sueño, delirio y recuerdos de la infancia. “Intenté plasmar las alucinaciones que me producía el hambre que pasaba”, aseguró en 1938.
"Arlequín con espejo" de Pablo Picasso. Foto: ArchivoEn “Arlequín con espejo” de Pablo Picasso toca también colateralmente el tema del carnaval. Combina personajes del mundo circense y de la commedia dell´arte. Y trabaja sobre la idea del disfraz, tan propia de las fiestas carnestolendas. “Este cuadro iba a ser un autorretrato. Picasso se identificaba con el temperamento de Arlequín, pero al final decidió vestir a la figura de saltimbanqui y ponerle el rostro-máscara de Pierrot, mirándose al espejo con actitud melancólica”, aseguró sobre esta pintura la especialista Emilia Bolaño.
“El Carnaval de Arlequín” de Joan Miró. Foto: Albright-Knox Art GalleryTambién cabe incluir en estas líneas “Carnaval en Flandes”, un óleo sobre lienzo de James Ensor, un pintor y grabador belga fallecido en 1949, que tuvo una importante influencia en el expresionismo y el surrealismo. Y “Carnaval” de Arturo Souto, que reproduce una serie de personajes con máscaras.
“Carnaval en Flandes”, de James Ensor. Foto: Archivo