Sábado 29.4.2023
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Gustavo Cochet fue pintor, grabador y escritor. De madre santiagueña de ascendencia indígena y padre francés, nació en 1894 en un pueblo del interior de la provincia de Santa Fe. Pero a lo largo de su vida vivió en distintas ciudades. Entre ellas, la propia capital provincial donde no solo se dedicó a la docencia, sino que realizó varias muestras y realizó retratos.
Foto: Museo Nacional de Bellas ArtesGuillermo Vega Fischer resume su biografía de la siguiente manera: “Su padre trabajaba como maestro primario. Siguiendo los destinos laborales de su progenitor vivió en zonas rurales de Santa Fe, Esperanza, San Jerónimo y Maciel. Residió luego en Rosario, en Santa Fe; en Montevideo, Barcelona, París; en el pueblo francés Collioures, y de regreso en Argentina, en Luján, nuevamente en Santa Fe y finalmente en Funes, a pocos kilómetros de Rosario, donde construyó su casa-taller”.
Foto: Museo Nacional de Bellas ArtesCochet se formó con maestros como César Caggiano, Thibon de Libian y Walter de Navazio. Vivió en Barcelona, donde fue restaurador, expositor y hasta trabajó en los pabellones de la Exposición Universal que se realizó en esa ciudad en 1929. Su interés por Europa, tal como relataría muchos años después, estaba focalizado en el arte. “No soy turista, nunca lo he sido ni lo seré. En 25 años de residencia europea solo conocí París y Barcelona”.
Foto: Museo Nacional de Bellas ArtesA mediados de la década de 1930, en Barcelona, se vinculó a la Federación Anarquista Ibérica y focalizó la temática de sus obras en fábricas, obreros, muelles y suburbios. Durante la Guerra Civil Española realizó la colección de “Caprichos”, integrada por aguafuertes, donde aborda “los horrores de la guerra, sus miserias y angustias”, que exhibe con xilografías de “Estampas populares”.
Foto: Museo Nacional de Bellas ArtesLuego de la Guerra de España, vivió en Francia y luego volvió a la Argentina. Durante los años ‘40 vivió en Santa Fe, donde se dedicó a la enseñanza de artes plásticas. En la misma época llegaron también a Santa Fe César López Claro, José Planas Casas, César Fernández Navarro y Casas Ocampo.
Foto: Museo Nacional de Bellas ArtesEn 1943, Cochet realizó una muestra en el Museo Rosa Galisteo de Rodríguez integrada por 70 cuadros que merecieron el elogio de los críticos y del público. En setiembre de 1943, El Litoral publicó una reseña sobre la exposición. Entre otros conceptos, señala: “
En 1968 el Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino de Rosario le rindió homenaje con una exposición retrospectiva. En los años siguientes realizó diversas muestras retrospectivas y en 1979, tras estar postrado por algunos meses, falleció en Funes.
Foto: Museo Nacional de Bellas ArtesRegistros de un artista excepcional
En la década de 1940 el nombre de Gustavo Cochet aparece con frecuencia en las páginas de Diario El Litoral. Tanto en sus facetas de escritor (hay artículos de su autoría sobre diversos temas relacionados con la cultura) como de artista plástico.
Vale la pena reproducir un fragmento de la nota de opinión de Horacio Caillet-Bois publicada el 18 de septiembre de 1943 dedicada a Cochet. “Como aquellos artesanos de la Edad Media, que realizaban con amor y con fe la humilde artesanía anónima que iba a resplandecer en la catedral, Gustavo Cochet realiza con alegría y entusiasmo su trabajo de todos días, sujeto con honrada paciencia al dogal de su tremendo destino”, dice.
Foto: Archivo El Litoral / Hemeroteca Digital Castañeda“No tiene prisa ni se da descanso. Sabe, como artista auténtico que es, que sus días son de jornalero, como se dice en las escrituras, y que tiene una faena por llenar. Y la llena y la llenará siempre como un hombre, es decir, como un héroe, hasta que la muerte cierre sus ojos. Porque de tal manera ha aprendido del obrero a cumplir con su jornada, que tiene distribuidas sus horas para la vigilia y el descanso, como primera condición para la fecundidad del trabajo”, añade.
Foto: Archivo El Litoral / Hemeroteca Digital CastañedaTambién es de interés recordar en estas líneas detalles de una entrevista que Cochet concedió a El Litoral en mayo de 1967. Allí, entre otras cosas, le preguntan su opinión sobre la función social del arte. “Pienso, y éste es un concepto muy personal, que el artista como hombre cumple mayor función social que el arte como producto en sí. Ya ha pasado el tiempo de un Courbet, por ejemplo, cuyo realismo conceptivo fue en mucho una verdadera respuesta a los constreñimientos de una sociedad cerrada. Hoy, la libertad del hombre para hacer y para elegir, es la fuerza más potente y entera para la comprensión de sí mismo y del medio en que le toca realizarse. Esto, por supuesto, también se aplica para el arte: expresión y testimonio a la vez”, contesta Cochet.
Foto: Archivo El Litoral / Hemeroteca Digital CastañedaTambién le consultan sobre el arte argentino de ese momento. “Considero que todavía no existe una absoluta liberación de ciertas influencias, sobre todo las europeas. Pero se advierte hoy una mayor flexibilidad en nuestros artistas, respecto de épocas pasadas. Creo que vamos adelantando mucho en lo que a arte se refiere, y es de destacar, también, el gran interés del público por conocer a los artistas de su país, así como de divulgar su obra”, contesta.
Foto: GentilezaPor último, le piden su opinión sobre medidas a tener en cuenta ante los problemas del grabado en la Argentina. Cochet, con neta alma de grabador responde: “Simplemente, jerarquizándolo desde las diferentes esferas: oficiales y privadas. Y no sólo de ellas sino también de parte de los grabadores mismos, trabajando con más amor y ‘sin trampas’. En grabado, mucho más que en pintura, no deben admitirse trucos. Debe ser, por lo artesanal mismo, un medio expresivo eminentemente noble”.