Jueves 16.11.2023
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En mayo, en este mismo espacio, se dedicó espacio a la pintora argentina Lía Correa Morales, considerada hoy, en perspectiva, una pionera. Hoy, en cambio, el foco estará puesto en su segundo marido (se casaron cuando él tenía 57 años y ella 43): Rogelio Yrurtia. ¿Quién fue? Uno de los escultores más conocidos del país desde principios del siglo XX, cuyas obras permanecen tanto en museos como en el espacio público de la ciudad de Buenos Aires. A su vez, la figura de Yrurtia es relevante en la historia de las artes plásticas en la medida en que se convirtió en el primer escultor argentino en desarrollar este oficio de manera profesional, en paralelo con condiciones más favorables emanadas desde las instituciones tanto públicas como privadas.
Museo Casa de YrurtiaYrurtia nació el 6 de diciembre de 1879 en Buenos Aires. Desde temprana edad, su interés por la pintura y la escultura lo llevó a la Sociedad Estímulo de Bellas Artes, donde comenzó sus estudios bajo la tutela de Lucio Correa Morales. En 1898, obtuvo una beca para continuar su formación en Francia. En París, Yrurtia no solo tuvo la oportunidad de estudiar con el escultor Auguste Rodin, sino que también estableció vínculos con figuras como Pablo Picasso y el poeta Rubén Darío. Es ahí donde crea su obra fundacional, “Las pecadoras”.
Museo de la CárcovaA lo largo de su carrera, continuó la tradición escultórica de la Generación del 80, pero introdujo ideas y propuestas estéticas renovadas que reflejaban el auge cultural de la sociedad porteña a principios del siglo XX. En efecto, realizó monumentos que buscaban mantener viva la memoria nacional.
"Mausoleo de Bernardino Rivadavia". Foto: Museo Casa de YrurtiaSegún datos extraídos de la página del Museo Yrurtia, el escultor creía en el arte como “instrumento de acción y desarrollo cultural”, algo que se percibe en cada una de sus obras. Entre las más conocidas figura “Las pecadoras”, de la cual solo sólo se conserva la cabeza de una de las figuras. También el monumento al coronel Manuel Dorrego, que le demandó muchos años y está emplazado en la plazoleta de las calles Suipacha y Viamonte. En la obra, aparece el prócer montado en su caballo y lo acompañan una serie de figuras alegóricas que ponen de relieve su compromiso con la causa patriótica y su injusta muerte.
Museo Casa de YrurtiaOtro de sus trabajos emblemáticos es “Canto al Trabajo”, que se halla en Paseo Colón e Independencia de CABA. La propuesta de esta escultura es un grupo de hombres, mujeres y niños que arrastran una pesada roca. Miguel Jurado, en un artículo publicado en 2020 por Clarín señala, respecto a la obra “Canto al Trabajo” que allí el escultor se sintió libre y desarrolló una obra sin alegorías clásicas. El mausoleo de Bernardino Rivadavia, que se halla en Plaza Miserere, es otro de sus grandes logros, realizado con 1.600 bloques de granito traídos desde Alemania.
En el prólogo de Rogelio Yrurtia, una biografía artística de Erika Loiácono, recuerda que Yrurtia fue el primer escultor argentino que se dedicó a esta actividad de manera profesional en Buenos Aires. “La supervivencia de sus antecesores
"El pueblo de Mayo en marcha". Foto: Museo Casa de Yrurtiahabía girado alrededor del dictado de clases en alguna escuela de bellas artes o el desempeño en un empleo ajeno a sus intereses artísticos. Yrurtia abrazó la práctica escultórica como una carrera de dedicación exclusiva y reconocimiento público.
Sus esfuerzos por sobresalir en el ambiente cultural de la metrópoli y Europa se sustentaron en la individualidad como condición central de su personalidad moderna”, apunta.
Arte de la Argentina“Igualmente, su perfil moderno se caracterizó por la conciencia clara que poseía de su profesión, su decisión de vivir de las ganancias provenientes exclusivamente de la venta de sus esculturas y su adhesión a un programa estético a tono con los lenguajes plásticos de moda en el viejo continente. La legitimación de su figura coincidió con la formación paulatina de un entramado institucional que permitiría enaltecer el prestigio social de los escultores. Si bien este proceso había comenzado tímidamente a fines del siglo XIX, la consolidación oficial del sistema de entidades acabó concretándose en las primeras décadas de la centuria siguiente”, agrega.
La poesía que alienta la materia
En 1938, Yrurtia fue invitado de honor en el XV Salón Anual de Santa Fe. En ese marco, el jueves 7 de julio, El Litoral publicó un artículo firmado por Horacio Caillet-Bois. “Yrurtia es, sin duda alguna, el más alto exponente universal del arte argentino en el género de la escultura. Su nombre hace ya mucho tiempo que trascendió de las fronteras nacionales para representarlo con dignidad y jerarquía en los grandes centros artísticos del Continente y de Europa antes, quizá, que en su país de origen, como ocurre casi siempre”, manifestó Caillet-Bois.
"Cabeza de Dorrego". Foto: Archivo / Museo Rosa Galisteo“El dominio de la escultura no tiene secretos para Yrurtia, como no los tenía para los grandes estatuarios griegos y del Renacimiento. Su concepción total y genial de todos los problemas dentro de la masa arquitectónica: planos, luces, forma y volumen, le permite esos alardes plásticos que reúnen originalidad, fuerza armonía e intención. Estos son los cuatro signos internos y externos que definen su escultura. Yrurtia los posee inmanentes en su estilo poderoso y por eso se aísla y se le percibe inconfundible dentro del naufragio de la hora presente”, añade el especialista.
Arte de la Argentina“Comentemos brevemente aquellas cualidades de excepción que señalábamos en Yrurtia. La originalidad, el primer ejemplo, no necesita encarecimientos tratándose del maestro que es hoy el invitado de honor de Santa Fe. Todas las concepciones de Yrurtia, desde las más delicadas cabezas femeninas hasta sus grandes simulacros plásticos, ofrecen ese sello del estilo inconfundible en el modelado y del logro inequívoco de la idea generatriz en la imagen. Los temas más clásicos, aquellos que ya parecen obedecer a una interpretación inapelable, adquieren un acento nuevo bajo su buril milagroso. Así la Justicia, así Moisés, así la Fatalidad. Yrurtia vive en perpetua inquietud renovadora. A pesar de que podrían servirle de almohada los laureles, cada nuevo intento es objeto en él de una búsqueda ansiosa que es el mejor testimonio de la eterna juventud de su espíritu”, escribe en otro párrafo.
Archivo El Litoral / Hemeroteca Digital Castañeda“El Monumento a Dorrego, el Monumento a Rivadavia, el Canto al Trabajo, para no citar sino sus obras más conocidas, tienen esa misma elocuencia patética que les viene de la grandeza con que están concebidos y realizados. Es, en suma, la poesía que alienta por encima y más allá de la temporal objetividad de la materia. El mensaje del artista a la posteridad que se apoya en la fuerza proteica de sus criaturas”, cierra.