Viernes 6.12.2024
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“Mis pinturas no tienen objetos, ni espacio, ni tiempo, ni nada. No hay formas. Sólo hay luz, claridad”. Agnes Martin, fallecida hace 20 años, en diciembre de 2004, es reconocida por su contribución al minimalismo y su mirada centrada en la abstracción geométrica. Nacida el 22 de marzo de 1912 en Canadá, se trasladó a Estados Unidos en 1931, donde inició su carrera artística en un contexto en el cual varios de sus pares combinaban la búsqueda espiritual con la expresión visual.
ArchivoEstudió en el Teachers College de la Universidad de Columbia en Nueva York durante los años 40, donde se involucró en el expresionismo abstracto. Sin embargo, su estilo evolucionó hacia un enfoque más personal y minimalista en la década de 1950. Su trabajo se caracteriza por el uso de cuadrículas delicadas y franjas de color suave.
MomaSegún María Guadalupe Costa en Arte al Límite, “la mayor parte de sus telas estaban divididas en celdillas cuadriculadas y, aunque las formas sean minimalistas, reflejaban muchos de sus aspectos personales y espirituales”. Sus lienzos “representaban formas abstractas en las que pintaba líneas horizontales, bandas de color con pinceladas sutilmente pujantes, cambiando de paleta de una serie a otra”.
MomaLlamado a la introspección
Su obra está profundamente influenciada por su entorno natural y su interés por el taoísmo. Sus lienzos, a menudo titulados con nombres que reflejan fenómenos naturales, invitan al espectador a una reacción emocional y contemplativa. “La naturaleza es como abrir una cortina”, decía Martin, destacando su deseo de generar introspección en quienes observaban su trabajo.
TateEn cuanto a su biografía, Javier Hontoria asegura: “Pintó sola y en silencio durante 70 años. Salvo cortas e intermitentes estancias en la efervescente Nueva York, donde estudió y cultivó ciertas amistades, su vida transcurrió en las escarpadas tierras del Sur. Instalada en los márgenes, aborreció el éxito y malvivió durante décadas. Su relación con el minimalismo al que tiende a adscribírsele es sólo tangencial cuando no puramente casual”.
ArchivoAgnes Martin prefería trabajar con una paleta restringida, utilizando tonos neutros y pasteles. Su técnica incluía grafito y acrílico, creando obras que, aunque minimalistas, estaban cargadas de significado personal y espiritual. Miguel Ángel García Vega escribió en El País que Martin tenía una manera excepcional de entender su trabajo artístico: “Esperaba a tener una ‘visión’. Una proyección mental de la pintura. Luego comenzaba a aplicar fórmulas matemáticas, escalaba la tela, la dividía y usaba lápiz y cinta de carrocero para trazar sutiles líneas en un lienzo enyesado”.
MomaEn sus escritos, Martin insistía en que el arte no debía ser un instrumento para el cambio social. Julia Luzán recuerda: “El valor del arte, decía, residía en la capacidad para contrarrestar pensamientos y emociones negativas, proporcionar orden sobre el caos y dar estabilidad en un mundo de cambios impredecibles”.
MomaA pesar de mantener un perfil bajo durante gran parte de su vida, Agnes Martin fue reconocida como una de las artistas más influyentes del siglo XX. En 1997 recibió el prestigioso premio León Dorado en la Bienal de Venecia y en 1998 la Medalla Nacional de las Artes del Congreso de los Estados Unidos. Su obra se exhibe en importantes museos alrededor del mundo, incluyendo el Museo Guggenheim en Nueva York y la Tate Gallery en Londres.
Archivo“Sin la conciencia de la belleza, la inocencia y la felicidad, uno no puede hacer obras de arte”, afirmó una vez Martin. A dos décadas de su partida, sus líneas y formas siguen siendo un refugio para quienes buscan en el arte un espacio de contemplación y serenidad.