Viernes 16.6.2023
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Gracias a sus museos, auténticos faros culturales, los habitantes de la ciudad de Santa Fe tuvieron la posibilidad durante el último siglo de observar en directo obras de grandes artistas plásticos nacionales e internacionales de distintas épocas. En este mismo espacio se repasaron las muestras dedicadas, en espacios de la ciudad, a diversos referentes.
“Musidora" de Julio Romero de Torres. Foto: Museo Nacional de Bellas ArtesUn hito más a destacar en la amplia lista, es la exposición que se realizó en 1927, concretamente en septiembre de ese año, consagrada al arte contemporáneo español. La misma reunió, entre otros, a Joaquin Sorolla Bastida (1863-1923), Julio Romero de Torres (1874-1930), Hermenegildo Anglada Camarasa (1871-1959), Salvador Sánchez Barbudo (1857-1917) y Fernando Labrada (1888-1977).
“Los ópalos" de Hermenegildo Anglada Camarasa. Foto: Museo Nacional de Bellas Artes¿Por qué la relevancia de esta muestra, que tuvo como escenario al Museo Rosa Galisteo de Rodríguez? Es que, tal como consideró el Diario Santa Fe en una columna publicada el 9 de septiembre de 1927, hasta pocos años antes, no se hubiera podido pensar que en Santa Fe “nos fuera dado admirar las obras más características de los maestros de nombradía universal en la pintura”. En efecto, los cuadros maestros como los mencionados antes llegaban “de tarde en tarde, en las revistas metropolitanas o en la página satinada de alguna revista ultramarina que se hojeaba en la sala de lectura de los Centros Sociales”.
“Capturando el momento" de Joaquín Sorolla. Foto: Google Art ProjexctEl conocimiento directo de las obras de arte estaba, según el diario santafesino, poco menos que vedado al público santafesino. “Y las personas que miraban con cierto interés el desarrollo de la vida artística, sólo podían formarse una idea más exacta de su importancia y desenvolvimiento, asomándose al Museo Nacional de Bellas Artes o a las exposiciones de los salones porteños”. Todo cambió cuando el Museo Provincial de Bellas Artes Rosa Galisteo, por entonces dirigido por don Horacio Caillet-Bois, decidió organizar periódicamente, auspiciado por la Comisión Provincial de Bellas Artes, exposiciones para “cumplir ampliamente los fines culturales que inspiraron la fundación del Museo”.
“Interior del Círculo de Bellas Artes de Madrid” de Fernando Labrada Martín. Foto: Academia ColeccionesUna de las cuales fue, precisamente, la primera gran muestra de arte español contemporáneo que se realizó fuera de los límites metropolitanos. Allí estuvieron representados artistas de gran prestigio, con cuarenta telas. “Esta exposición es la más clara y rotunda consagración de nuestro Museo de Bellas Artes, que en los pocos años que lleva desde su fundación ha logrado ocupar, gracias a su inteligente dirección, uno de los puestos más representativos en la vida intelectual y artística del país”, remarcó el Diario Santa Fe.
Las pinturas contenidas en la muestra que se concretó en Santa Fe, constituyen un fiel reflejo de las tendencias y la moda de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Y fue tan solo un antecedente de otras interesantísimas propuestas.
Foto: Archivo Santa Fe / Hemeroteca Digital CastañedaOtro dato que revela el valor que se le otorgó a la exposición de arte español de 1927 quedó registrada en un segundo artículo publicado por Diario Santa Fe, esta vez el día 20 de septiembre de ese año, bajo el título “La exposición de pintura que se celebra en el museo Rosa Galisteo de Rodriguez representa las más altas calidades del arte español contemporáneo”.
Foto: Archivo Santa Fe / Hemeroteca Digital Castañeda“Algunos ensayos del llamado arte modernista, que pueden presenciarse en la exposición que se celebra en el museo Rosa Galisteo de Rodríguez, aparecen revestidos de ciertos pudores, como si la naturaleza hubiera podido y tirado más fantasía del artista. Y aun incluso en los colores de matices subidos, chillones, se advierte un recogimiento de modestia, como no queriendo avanzar hacia los planos extravagantes. Los pintores españoles, en efecto, viven la emoción de España, y no la emoción, cosmopolita y menos la emoción fantasmagórica, que solo pueden entender sus falsos creadores. Es el mérito de un renacer pictórico, netamente español”, dice uno de los párrafos.