Lunes 16.10.2023
/Última actualización 15:44
Es mucho más fácil encontrar datos biográficos e históricos sobre el que fuera su marido, el escultor José Fioravanti, quien posee entre otras credenciales el Monumento al Lobo Marino en la Rambla de Mar del Plata y las esculturas ubicadas en el Monumento a la Bandera en Rosario, que concretó con Alfredo Bigatti. Esto es explicable por la subestimación que tuvo la mujer en el mundo del arte hasta no hace muchos años. Sin embargo, Ludmila Feodorovna de Fioravanti fue muchísimo más que musa de su marido, a pesar de que inspiró una bella escultura de bronce en 1937. Fue una artista dotada de una personalidad que le permitió seguir sus propios lineamientos más allá de modas, tendencias y vanguardias.
Museo Quinquela MartínNació en Moscú en 1896 y desembarcó en Argentina durante el paréntesis que hubo entre las dos guerras mundiales del siglo pasado, en 1928. Antes, se había formado en talleres de París tras abandonar estudios de medicina. Fue en esa ciudad francesa donde se cruzó con Fioravanti con quien se casó y junto a quien se estableció en Buenos Aires.
Se abocó centralmente en la naturaleza muerta y a los paisajes y a partir de ahí sus muestras personales en las galerías Viau, Witcomb y Müller, entre otras, le otorgaron cierta visibilidad, al igual que el Premio Único a Extranjeros que alzó en el Salón Nacional de 1937 y el Premio Adquisición Ministerio de Instrucción Pública de la Nación en el Salón Nacional. Pero todo eso, anclado en un contexto donde las mujeres no solían ocupar un rol central.
Arte de la ArgentinaRevalorizar su contribución
En 2021 se realizó la muestra “El canon accidental: mujeres artistas en argentina (1890-1950)” en el Museo Nacional de Bellas Artes, donde se presentaron más de 80 obras y muchísima documentación de 44 mujeres en su mayoría desconocidas para el público y los especialistas. Ludmila Feodorovna de Fioravanti formó parte de la lista, junto a Raquel Forner (de quien nos ocupamos en este mismo espacio), Léonie Matthis, Mariette Lydis, María Obligado, Emilia Bertolé, Julia Wernicke, Paulina Blinder, Eugenia Belín Sarmiento, Lía Correa Morales, Rosalía Soneira y Josefa Díaz y Clucellas, esta última santafesina y considerada la “primera pintora con firma del continente”.
En una nota firmada por Juan Batalla que publicó Infobae en 2021, en relación a la mencionada muestra, la especialista Georgina Gluzman explica que “la historia del arte, como todos los relatos sobre la cultura en general, coloca a las mujeres en un lugar marginal, en el lugar de las musas, las ayudantes. La idea de la muestra es ponerlas en primer plano, destacar todo lo que hicieron, su formación, las obras que expusieron y todo lo que implicó para ellas decidirse por una vida de artista”.
"Ludmila Feodorovna", escultura de José Fioravanti realizada en 1937. Foto: J. C. NaónOcres, amarillos y verdes
¿Cuáles fueron las notas sobresalientes de Feodorovna como artista plástica integrada al estilo post impresionista? El portal Arte de la Argentina destaca sus paisajes realizados con “sutil cromatismo” donde predominan ocres, amarillos y verdes. “Su producción pictórica está dentro de los tradicionalistas que desoyeron las apelaciones de la modernidad de entonces. Supo gozar del público que por años miró con desconfianza a las vanguardias. Se destacó mayoritariamente por su personal estilo paisajístico verista y narrativo”, señala el sitio.
Arte de la ArgentinaLudmila Feodorovna murió en Buenos Aires, la ciudad que eligió ya en su adultez para reemplazar a su Moscú natal, en el año 1973, cuatro años antes que su marido. En la actualidad, su obra se halla resguardada en el Museo Nacional de Bellas Artes, el de La Boca, en el Museo Provincial de Santa Fe y en el Museo Municipal Juan Bautista Castagnino de Rosario.