Jueves 2.11.2023
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Evocar la figura de Juan Arancio no requiere, si se piensa en un público santafesino, demasiado esfuerzo. Es que su vida y obra están tan internalizadas en el imaginario de la región como esos paisajes ribereños, cuya iconografía él mismo contribuyó a construir y a eternizar. Sin embargo, este artista nacido en Santa Fe el 24 de agosto de 1931 y fallecido el primer día de marzo del año 2019, dejó tras de sí un legado que se construyó en torno a diversas disciplinas. A sus más conocidos roles de pintor, dibujante e ilustrador, le agregó el historietista y argumentista, dentro del cual demostró un compromiso especial por la temática gauchesca.
Archivo El Litoral / Mauricio GarínDesde temprana edad, Arancio demostró su amor por el arte y la narración visual. En una entrevista que le realizó Ramiro Rossi, expresó: “ya a los 6 años, me recuerdo dibujando en la arena de la isla, a la que me llevaban mis hermanos Salvador y Felipe”. En ese mismo momento, Arancio ubica su primer vínculo con la historieta: “Ellos, además, me pedían que fuera a comprarles las revistas de historietas como El Tony, por ejemplo. A mí me gustaba leer Pif Paf, Sansón y su hijo y me gustaba representar escenas y situaciones de la vida de la gente de mi barrio, a la manera de un Evaristo Carriego, pero a través del dibujo”.
ClarínSu temprana inclinación por las historietas contribuyó a su pasión por ilustrar las vidas y aventuras de los gauchos. Un artículo de Carlos R. Martínez en Mil plumines de la Historieta Argentina, recuerda que el nombre de Juan Arancio se hizo conocido en el mundo de la historieta en la década de 1960 cuando, tras la partida de Carlos Roume a Europa, asumió la serie “Patria Vieja” en “Hora Cero Extra” y otras revistas de temática similar, como “Invasiones”. Fue en esta etapa que empezó a consolidarse como historietista de renombre. Además, en Editorial Frontera, creó el personaje “Santos Bravo” bajo la dirección de Héctor Germán Oesterheld, el creador de “El eternauta”. Arancio contribuyó al enriquecimiento de la historieta argentina, aportando su estilo único y realista a estas narrativas históricas.
ClarínEn 1961, realizó una adaptación de “Martín Fierro” y colaboró con Editorial Columba, destacándose en las adaptaciones históricas y gauchescas. A lo largo de la década de 1960, publicó "Santos Bravo" y realiza dibujos en la revista D’Artagnan para “Pehuén Curá”, creada por Julio Alvarez Cao. Su influencia en el mundo de la historieta no se limitó a Argentina. Arancio colaboró con editoriales de Inglaterra, Australia, Canadá e Italia, y trabajó para los Estudios Disney en los Estados Unidos. Durante la década de 1970, ilustró obras de autores clásicos como Salgari, Julio Verne y Stevenson en la revista “Anteojito”. Además, se encargó de la tira diaria “El Chumbiao” para el diario Clarín y, posteriormente, de “El Capitán Ontiveros”. Su versatilidad se hizo evidente en estas obras.
Archivo El LitoralEn 1973, en coincidencia con los 400 años de la ciudad, Diario El Litoral publicó, en entregas semanales, la historia de Martín Fierro con ilustraciones de Arancio. En ese contexto, el viernes 9 de noviembre de 1973 fue publicada una entrevista con el artista plástico, donde cuenta cómo nació en él la inclinación por los temas gauchescos y de islas. “Desde muy chico sentí profunda admiración por el centauro de la pampa, leyendo sobre las montoneras, sobre el gaucho que defendía nuestras fronteras y que era llevado a los fortines para detener la furia salvaje de los malones que a uña y diente defendían sus tierras, que perdían ante el avance de la civilización. Había una sola figura que podía detener esa furia endemoniada: era el gaucho que con un mate y una galleta era capaz de aguantar tres días”.
Archivo El Litoral“¿Esa pasión lo llevó a ilustrar a Martín Fierro?”, le pregunta el cronista en ese mismo reportaje. “No -contesta Arancio-, a ilustrar Martín Fierro me llevó no sólo su historia propiamente dicha sino la historia de muchos gauchos. Porque hubo muchos Martín Fierro, como Juan Santana, un hombre de fuerza descomunal y el gaucho Molina que vivía en las tolderías y que dejó de malonear para defender las costas argentinas en el sur que eran atacadas por los ingleses”.
Finalmente, cuando se le pregunta sobre su éxito en la historia gauchesca, Arancio dice: “se debe principalmente al cariño y al realismo con que trato de vestir a mis personajes, además de una importante documentación de la época que es de mi propiedad. Cada dibujante tiene su estilo personal que determina su éxito. Yo dibujo por imaginación. La expresión sale de adentro y mis manos obedecen a una necesidad interior”.
Archivo El Litoral / Hemeroteca Digital CastañedaEn el tramo final de su carrera como historietista, Arancio se dedicó a proyectos como “Montez” y “Timber Lee”. Pero, su amor por la plástica lo llevó a abandonar la historieta en la década de 1980. Desde entonces, se dedicó por completo a la pintura, realizando numerosas exposiciones y obteniendo importantes premios en el ámbito artístico. Juan Arancio tuvo entre sus atributos, una enorme capacidad de observación de su entorno, que fue capaz de asimilar y llevar a sus dibujos. Algo de esto se observa en la obra “Canillita repartiendo diarios”, que también pone de relieve el rol de El Litoral como pieza clave de la identidad santafesina del siglo XX. En 1993, Arancio fue honrado como Ciudadano Ilustre por el Concejo Municipal de la ciudad de Santa Fe. Su obra incluye pinturas y esculturas que representan la historia y la cultura gauchesca.
Obra de Juan Arancio que integra la colección de Santa Fe Arte. Foto: Santa Fe ArteSu óleo “La Fundación de Santa Fe” adorna la Sala de Sesiones de la Cámara de Senadores, y “El Brigadier López” el Palacio Municipal, ambos en Santa Fe. Además, Arancio ilustró portadas de libros de autores santafesinos y sus obras fueron reproducidas en una variedad de superficies, desde cristal hasta cuero, representando la idiosincrasia argentina en todo el mundo. “El conocimiento de nuestra historia es fundamental y creo que, a la inmensa mayoría, nos gusta la historia”, había señalado en la mencionada entrevista con Ramiro Rossi. Fue uno de los pilares de su labor.