Domingo 12.11.2023
/Última actualización 12:24
Dentro de la historia de las artes plásticas españolas, el nombre de Martín Rico y Ortega ocupa un lugar central, sobre todo al repasar las diferentes instancias que tuvo durante el transcurso del siglo XIX. Existe consenso entre los especialistas al destacar a este fecundo pintor nacido hace justo 190 años, el 12 de noviembre de 1833, como uno de los pioneros del paisajismo realista decimonónico. La valoración de la obra de Rico y Ortega se da, sobre todo, a partir de su especial maestría para representar paisajes y escenas urbanas. Sus evocadoras miradas sobre Venecia (donde residió) y otros rincones del continente europeo constituyen, en conjunto, un tesoro de incalculable valor.
Museo del PradoAdscrito a la corriente artística que se recuerda como “paisajismo español” o “Escuela de Madrid”, este pintor prestó especial atención, al igual que sus colegas, en los detalles arquitectónicos del entorno seleccionado y puso especial énfasis en representar con la mayor fidelidad posible la naturaleza. Como señalan desde el Museo del Prado, en la página web, “Martín Rico es un pionero en la introducción del paisaje realista en España. Su especial captación de la luz y de las peculiaridades de las ciudades a las que viajó le dieron un gran reconocimiento en su época”.
Colección Carmen Thyssen-BornemiszaDurante más de cuarenta años, Rico vivió y trabajó en París y Venecia. Allí, trasladó a sus lienzos la belleza de ambas ciudades y mantuvo relación con otros artistas europeos e internacionales. Camille Pissarro, uno de los primeros impresionistas, y Charles-François Daubigny, paisajista francés de la escuela de Barbizon, alternan frecuentemente con él durante esos años. Ese intercambio sumado a su habilidad para adaptarse a nuevas corrientes influyeron en su evolución artística. Como señala el Museo del Prado, “el perfil cosmopolita de Martín Rico hizo que sus obras tuvieran mayor éxito fuera de España”.
Museo de Bellas Artes de AsturiasEn el centro de su formación artística se hallan los maestros que lo guiaron: Jenaro Pérez Villaamil, pintor español especializado en paisajes y escenas urbanas, fue uno de sus principales mentores. Eugenio Lucas Velázquez compartió intereses artísticos similares y colaboró en diversos proyectos con Rico y Ortega. También fue considerable la influencia de Francisco Lameyer, pintor belga conocido por su estilo detallado y su maestría en la captura de la luz, elementos que Rico y Ortega valoraba y que incorporó a su propio trabajo.
Colección Carmen Thyssen-BornemiszaSin embargo, el encuentro de Rico y Ortega con los impresionistas franceses durante su estancia en París marcó un punto de inflexión. El acceso a la obra y los procesos de producción de Claude Monet y Pierre-Auguste Renoir se refleja en sus obras posteriores. Este contacto lo llevó a adoptar una paleta de colores más brillantes y una pincelada más suelta, alejándose en cierta medida de su estilo realista temprano y acercándose al impresionismo.
Colección Carmen Thyssen-BornemiszaLa versatilidad de Rico y Ortega se puede observar en las múltiples técnicas que empleó durante su vida. En particular, los expertos indican que sobresalió en el uso de la perspectiva lineal para generar una sensación de profundidad en sus paisajes urbanos. También fue altamente diestro para para representar la luz y la atmósfera a través de la aplicación de capas de color cuidadosamente seleccionadas. Esto lo hizo reconocido. Como señala Paula Arenas en el portal 20minutos.es, “tanta fue su importancia fuera, que Estados Unidos se situó como uno de los países que más relevancia otorgó a sus obras”.
El Museo del Prado destaca también que Rico fue “el paisajista más importante del círculo de Fortuny” y uno de los artistas españoles con mayor éxito internacional durante el siglo XIX. “Su técnica depurada, su dibujo preciso y su visión exaltada del color lo convirtieron en una figura admirada y respetada en todo el continente europeo”, añade.
Colección Carmen Thyssen-BornemiszaPese a su relevancia internacional, Rico sigue siendo un pintor algo subrepresentado en las colecciones institucionales de España. Su carácter cosmopolita y su habilidad para plasmar la belleza de ciudades como Venecia y París, donde se instaló en 1874, encontraron mayor eco en el extranjero que en su propia tierra natal. Falleció el 13 de abril de 1908 en Venecia, la ciudad que dejó plasmada en sus cuadros.
Como dato de color, cabe señalar que en 2022 el mencionado museo ubicado en Madrid, adquirió una obra de otro destacado pintor español, Joaquín Sorolla, consistente en un retrato del pintor Martín Rico y Ortega, quien fuera su amigo.