Jueves 6.7.2023
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Santiago Eugenio Daneri, pintor postimpresionista argentino, construyó una obra artística de tal jerarquía que todavía tiene vigencia a nivel nacional. Producto, sobre todo, de la sensibilidad con la cual fue capaz de representar su ambiente, de clase media, y sus elementos cotidianos.
"Rincón del bosque de Palermo". Foto: Museo Nacional de Bellas ArtesNacido en Buenos Aires en 1881, se especializó en paisajes urbanos y retratos. Sus obras se exhiben en prestigiosos museos como el Nacional de Bellas Artes y el Sívori. Fue uno de los “pintores de la Boca”, pero con ciertos matices, dado que forjó una visión diferente a los demás artistas que se movieron en el mismo barrio porteño y con intereses afines.
Los “artistas de La Boca” estuvieron unidos por la necesidad de construir una identidad a partir de la imagen. El entorno: el barrio de La Boca del Riachuelo de los primeros años del siglo XX, fuertemente caracterizado por la inmigración.
"Autorretrato". Foto: Museo Nacional de Bellas ArtesEn este sentido, Ana María Telesca apuntó que Daneri, “a lo largo de su carrera cultivó los mismos temas: los paisajes de la Boca y Palermo, pero siempre sin el bullicio de la gente. Volcó toda su pasión de pintor en los objetos de sus naturalezas muertas, es decir, los cacharros y las flores, y, por último, en la pintura de las figuras y los retratos y autorretratos”.
"Puente viejo". Foto: Museo Nacional de Bellas Artes“Buscó los rincones humildes de Buenos Aires y puso su pintura a tono con ellos, extrayendo poesía de motivos aparentemente insignificantes. No hubo en su pintura brillos ni notas chillonas. Solo un deleite muy grande en el manejo de la materia, de los jugosos empastes”, agregó Telesca.
"Peras con taza". Foto: Museo Nacional de Bellas ArtesDaneri obtuvo diversos reconocimientos, cabe resaltar la Medalla de Bronce en la Exposición Internacional del Centenario en 1910 y la Medalla de Oro del Senado en 1965. Además de su carrera como artista, se desempeñó como docente en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Falleció en 1970, pero sus pinturas, que se preservan en museos y colecciones privadas, son testimonio vivo de su quehacer.
“La década de 1940 es la de la consolidación institucional de Eugenio Daneri, prácticamente a cada Salón nacional o provincial que envía obra esta es premiada (Riachuelo, El puente, La pérdida del hijo, Obrera descansando, Naturaleza muerta, Autorretrato)”, apuntó el especialista Roberto Amigo.
"La pérdida del hijo". Foto: Museo Nacional de Bellas Artes“Así, ‘Viviendas obreras’ pertenece a una etapa nuclear de su producción, en la que el lenguaje plástico figurativo está ya perfectamente afirmado en sintonía con la denominada Escuela de La Boca”, añadió.
En el mes de noviembre de 1965, el Museo Provincial de Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodríguez se convirtió en el marco para una exposición dedicada a Daneri. Así consta en los archivos de Diario El Litoral pertenecientes a ese año.
Foto: Archivo El Litoral / Hemeroteca Digital CastañedaA la inauguración, el 12 de noviembre, asistieron Eugenio Malaponte, entonces vicegobernador de la provincia; José Pedroni, que cumplía la función de director general de Cultura y Córdova Iturburu, crítico de arte y presidente de la SADE, entre otras autoridades, escritores, plásticos y público.
Precisamente Córdova Iturburu, fue el encargado de una alocución destinada a ubicar a Santiago Eugenio Daneri en el panorama pictórico nacional de principio de siglo junto a maestros de la calidad de Sívori, Della Valle y de la Cárcova.
"El puente". Foto: Museo Nacional de Bellas ArtesDe quienes, según el crítico, “asimiló sus técnicas y una probada honestidad artística, que fue sin duda la faceta más importante de su larga carrera”. Cabe señalar que, en el momento en que se realizó esta exhibición Daneri seguía pintando “con patriarcal aire de ensoñación”, a sus 84 años.
Más adelante, el orador expresó: “su sentimiento de la vida, el ambiente boquense en que vivió su propia humildad, lo inclinaron a volcarse fiel a su condición a un temática humilde en la cual el color adquiere también un sorprendente y poético tono de humildad en las gamas bajas de sus tonos franciscanos parecidos a los tonos y humildes sayales del místico y poético Santo de Asís”.
"Calle de la Boca". Foto: Museo Nacional de Bellas ArtesAfirmó luego que “pocos artistas como Daneri supieron insuflar un arte poético, no sólo al paisaje y a los paisajes de hábitat, sino también a los mil elementos humildes de la vida doméstica representados en sus numerosas naturalezas muertas con frutas, verduras, panes, pescados, botellas, plantas y flores, de cuya materia hacía nacer un mágico aire de poesía que señalaba a un artista sensible al mundo que lo rodeaba”.
"Barcas". Foto: Museo Nacional de Bellas ArtesFinalmente, Córdova Iturburu destacó la importancia de la tarea cumplida por el museo Rosa Galisteo a través de su director, Isaac Aizenberg, “cuya personalidad y dinamismo en este aspecto, ubican a Santa Fe con resonancias de jerarquía cultural y artística, como uno de los centros más importantes del interior del país”.