Martes 12.12.2023
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En su edición del 7 de agosto de 2004, El Litoral dedicó varias líneas para reflejar el fallecimiento de Waldemar Castaño, a los 91 años de edad, apodado “Polaco”. Este hombre, que había nacido en la ciudad de Esperanza, cultivó en su vida dos facetas muy definidas, en las cuáles sobresalió. Una fue la deportiva, que lo llevó a practicar fútbol, waterpolo, remo y básquetbol, disciplina en la cual se destacó en su juventud.
Esa predilección por el deporte fue el impulso para una militancia activa en favor del trabajo institucional: fue uno de los fundadores de Rivadavia Juniors, el lugar donde empezó sus prácticas de básquet, que luego prosiguió en el Club de Regatas Santa Fe. Una referencia sobre su actividad deportiva consta en la edición de El Litoral del domingo 25 de julio de 1948. Allí se menciona el retiro de Castaño del básquet tras quince años de carrera y se lo describe como un jugador ejemplar. “En sus años de actuación, nunca fue penado, ni siquiera amonestado”, enfatiza el artículo.
Archivo El LitoralEn 1938, formó parte del equipo que logró el ascenso a la primera división del club Rivadavia Juniors, fue uno de los jugadores santafesinos que llegaron a ser campeones argentinos y representó al país en el Sudamericano 1945.
La otra pasión de Castaño, la que interesa en estas líneas, fue la pintura, disciplina en la cual fue a la vez fecundo y reconocido tanto por el público como por sus pares. A tal punto que en 2017, cuando se realizó la muestra “Familia de artistas. Hacia el centenario” para conmemorar los 90 años de la Asociación de Artistas Plásticos, se incluyó parte de la obra del deportista y pintor.
Archivo El LitoralEn esa oportunidad, sus trabajos fueron colocados junto a la de nombres centrales de las artes santafesinas, como Miroslav Bardonek, Salvador Cabedo, Juan Cingolani (quien fuera uno de sus maestros), Enrique Estrada Bello, César Fernández Navarro, Ernesto Fertonani, Oscar Elías Gigena, Francisco Clemente Puccinelli, José María Reinares, Elsa Rotman, Ricardo Supisiche, Miguel Taverna Irigoyen y Agustín Zapata Gollán, entre otros.
Castaño, que llegó a realizar estudios con Francisco Marinaro, de quien luego fue discípulo, expuso con frecuencia desde la década de 1950. El óleo con espátula fue la técnica que desarrolló con mayor eficacia. Se basa en reemplazar, en el momento de aplicar la pintura, el pincel por una espátula, lo cual da lugar a capas más gruesas que le brindan otra textura.
Archivo El LitoralA lo largo de su carrera artística, mantuvo los ojos posados, sobre todo, en la naturaleza exuberante de los paisajes del litoral, que reflejó en muchas de sus más de mil obras. “Los motivos de su trabajo fueron los paisajes ribereños, la costa, la isla, la naturaleza y especialmente, las flores, donde se reconoce un expresionismo de notable textura”, indica el portal Arte de la Argentina.
En las obras de su autoría cuyas imágenes se conservan en el Archivo de El Litoral, es posible identificar como esa gravitación del paisaje litoral influyó en la obra de Castaño. Es ostensible tanto en “Calle de Rincón” como en “Irupés”, dos óleos con espátula donde el pintor se ocupa de trasladar en el lienzo el abanico de colores de la flora regional.
Archivo El Litoral / Hemeroteca Digital CastañedaEn 2001, tres años antes de su fallecimiento, el Concejo Deliberante de Santa Fe lo declaró Ciudadano Destacado. La distinción fue por los logros obtenidos en las dos pasiones que lo guiaron en su longeva existencia.