"La sopa de los pobres", la obra maestra que resuena un siglo y medio después
Concebida por el pintor ítalo argentino Reinaldo Giudici, expone con dolorosa precisión la pobreza, el hambre y la desazón en la Venecia de 1884. El recuerdo de un artista clave para las generaciones del 80 y 90 del siglo XIX.
“La sopa de los pobres (Venecia)”, óleo sobre tela de 1884. Foto: Museo Nacional de Bellas Artes
Hace pocos días en este mismo espacio, con motivo del aniversario del fallecimiento del pintor impresionista Pierre-Auguste Renoir se recordaba su obra “Baile en el Moulin de la Galette” (Bal du Moulin de la Galette) donde se plasmaban la celebración de la vida en la París de las últimas décadas del siglo XIX. La pintura que da pie a estas líneas expresa la contracara de esa misma Europa, cuyas complejas condiciones sociales y económicas nutrieron de inmigrantes a países como Argentina, y se titula “La sopa de los pobres”.
"Playa de los Ingleses" óleo realizada en 1901. Foto: Zurbarán
La misma muestra una escena de fuerte contenido social, donde un grupo de personas de distintas edades accede en una especie de “olla comunitaria” ubicada en el acceso a una fonda, a un plato de sopa. Conviven en la escena una mujer con un bebé en brazos, una niña pequeña, dos ancianos y otra persona que se intuye como un hombre de mediana edad. Todos ellos están unidos por la pobreza, el hambre y la desazón, que el autor realza a través de diversos detalles.
El autor de la obra
El cuadro fue pintado por el italiano Reinaldo Giudici, artista que cumplió una considerable función en Argentina, durante una de sus instancias de formación, mientras era discípulo de Giacomo Favretto, en Venecia en 1884. Giudici había nacido en Lenno, Lombardía en 1853. Inició su viaje artístico a temprana edad, con destino a Montevideo y después a Buenos Aires. Ingresó al taller de Juan Manuel Blanes a los ocho años y a los 17 años pintó “La traicionada”, obra premiada en Turín y más tarde adquirida por el gobierno italiano.
"Paisaje serrano", óleo sobre cartón. Foto: Arte de la Argentina
En 1878 fue becado para perfeccionarse en Italia, donde estudió con César Maccari. Un contratiempo económico lo obligó a volver un tiempo a Buenos Aires, pero en la década siguiente regresó a Europa y recorrió Alemania y Suiza. Más tarde, contribuyó a la formación artística en Argentina: fue fundador de la Sociedad Estímulo de Bellas Artes, precursora de la Academia Nacional de Bellas Artes y compartió su conocimiento con discípulos como Quirós, Lynch, y Victorica.
Participó en exposiciones nacionales e internacionales, consolidándose como un referente en el panorama artístico. En 1910, sus obras, como “Cacería de Arcabuces”, “El Paso de Uspallata” y “Toldería India”, se destacaron en la inauguración del Museo de Historia Natural de La Plata.
"Subiendo la cuesta", obra de Giudici. Foto: Archivo
Los últimos años de Giudici estuvieron marcados por su conexión con la naturaleza argentina. Los paisajes de las sierras de Córdoba, las costas de Mar del Plata y los campos de Pacheco fueron el epicentro de su inspiración. Su última exposición individual en 1915 fue un tributo a su prolífica carrera, que terminó con su fallecimiento en Buenos Aires en 1921. Ignacio Gutiérrez Zaldívar sostuvo que “tanto en los retratos como en los paisajes del natural, son notables el vigor constructivo y la energía cromática”.
"La hilandera", óleo sobre tela de 1884. Foto: Arte de la Argentina
Su obra más recordada
“La sopa de los pobres (Venecia)”, pintada durante su segundo viaje a su tierra natal, es una de sus obras más reconocidas. En un artículo de Infobae que data de 2020, que a su vez cita el archivo del diario La Nación, es posible hallar más datos respecto a las condiciones de producción que rodearon a Giudici y al impacto que tuvo la obra cuando se presentó en Argentina. “La escena pasa en Venecia en uno de esos fondines donde se hace sopa especial, preparada con todos los desperdicios de los mercados. Esta sopa se vende a cinco centavos de lira la taza y allí acuden los indigentes a restaurar sus escasas fuerzas”.
"Muchacho de la sierra". Foto: Castagnino Macro
“En un estilo naturalista que recuerda hasta cierto punto el lenguaje de su maestro Giacomo Favretto, con pinceladas visibles y efectos lumínicos de intenso dramatismo, Giudici presenta como en un friso una serie de personajes miserables” señala Laura Malosetti Costa en un artículo que consta en el sitio web del Museo Nacional de Bellas Artes, donde se conserva la pintura. Un siglo y medio después, las pinceladas del creador ítalo-argentino conservan una turbadora actualidad.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.