Miércoles 23.8.2023
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La trayectoria y la obra del pintor Juan Sol implican un travesía para el que accede a ellas. Que implica arrancar en el impresionismo y pasar por las vanguardias del siglo pasado, con escalas en el medio. Nacido a finales del siglo XIX en Barcelona, halló más tarde su ámbito artístico propicio en Argentina. La formación de Juan Francisco José Sol comenzó en la Academia Nacional de Bellas Artes, donde estudió dibujo y modelado. Ahí sentó las bases de su comprensión de variables como la forma y la composición.
Estuvo estrechamente vinculado con la ciudad de Santa Fe, donde además de ser docente también ocupó roles de influencia en diversas instituciones culturales. Además de utilizar, obviamente, la geografía del litoral como fuente de inspiración para sus trabajos.
Foto: Arte de la ArgentinaSu participación en exposiciones y salones fue prolífica: el Salón Nacional lo tuvo como asiduo concurrente a lo largo de las décadas de 1930 y 1940. Su estilo evolucionó desde un enfoque impresionista que capturaba los matices de la naturaleza santafesina hasta una incursión en las expresiones vanguardistas, donde la geometría y la coloración audaz dominaban sus lienzos.
En sus trabajos, Sol demostró un dominio de su oficio alimentado por el afán de innovar. Sobresalientes son, de acuerdo a la fuentes consultadas, sus representaciones del manto vegetal de la llanura santafesina y los rincones históricos impregnados de vestigios coloniales. Cómo escribió Jorge Taverna Irigoyen aludiendo a Sol, “inquieto en su efervescencia creadora, ha ido evolucionando expresivamente dentro de diversas orientaciones”.
Textos como “El Riachuelo inspirador de artistas” de Carlos A Foglia y el “Diccionario de Artistas Plásticos de Argentina”, de Adrián Merlino, describen a este pintor fallecido en Buenos Aires en 1987 como un paisajista dentro de la tónica impresionista con un desenlace colorista en su obra de los últimos años, y lo destacan también como un hábil creador de naturalezas muertas.
Foto: Arte de la Argentina“Sus obras no sólo reparan en el sugestivo manto vegetal de la llanura santafesina sino en el pintoresquismo de sus viejas poblaciones y rincones con vestigios del mundo colonial. Más tarde se enroló en expresiones de vanguardia y comenzó a buscar coloraciones que dieran fuertes notas con armonías tonales que algunas veces distribuye en un dibujo insinuado, derivando hacia una expresión geometrizada”, señala el sitio web coleccionmose.com.ar, en base a los citados textos.
Un relevamiento en las antiguas ediciones de El Litoral permitieron hallar referencias respecto a una exposición de Juan Sol, que fue concretada en 1969 en el Museo Municipal de Artes Visuales. Que implicó, de acuerdo a las crónicas de la época, el regreso a Santa Fe de este artista, que como se dijo previamente estuvo ligado a la vida cultural de la ciudad.
Foto: Arte de la ArgentinaEn la edición de El Litoral del viernes 9 de Mayo de 1969, un artículo firmado por Jorge Taverna Irigoyen a través de sus siglas T.I., señala que en general, toda obra de un artista verdadero funciona en su conjunto. “Y si bien las fisuras que en ella puedan irse dando conspirarán en la calidad total, su correspondiente deslinde no tendrá otra importancia que la de marcar, o intentar hacerlo, hitos en una labor de creación determinada. Valgan estas reflexiones para acercarse a la muestra que ha inaugurado el pintor Juan Sol”.
Tras recordar el vínculo con Santa Fe, Taverna indica que “para quienes siguieron con interés su obra pictórica realizada entonces, tal vez sorprendan un tanto algunas de sus realizaciones actuales. La tónica impresionista, algunos planteos entre realistas y naturalistas, han ido dando paso a otra necesidad de expresión de Juan Sol. Seguramente, esta necesidad de cambio que el pintor siente en su interior (y que le salva de no caer en el doloroso engaño de terminar “imitándose a sí mismo”), no faculta a nadie para afirmar que aquello era superior a esto, o viceversa”.
Archivo El Litoral / Hemeroteca Digital Castañeda“Frente a esta muestra de Juan Sol tornamos a ubicarnos ante toda su labor de creación. Y para ello, nos ayudan las dos primeras pinturas de su catálogo: ‘Luna del descanso’ y ‘Brazo Blest’. Paisajes ambos: uno de puerto, el otro de Bariloche, elaborados hace varios años. Es innegable que allí Sol disponía de otra óptica para distribuir sus colores, para rotundizar las formas. Y que su naturaleza -tan abierta como hay- gozaba de una luz distinta”, agrega.
“En sus pinturas actuales, el color asume una protagonización de otro orden. De a ratos, son colores ‘fauve’, con sensibles reminiscencias de Vlaminck, que en ‘Magnolia’, ‘Profundidad’ o ‘Tarde apacible’ desarrollan otro intento de estructurar el paisaje a través de una verdadera ‘vertebración’ de los amarillos, los azules y rosados. De a ratos, en cambio, la orientación expresionista, a través de una paleta agrisada, da otra validez (un tanto melancólica) al paisaje”.
Archivo El Litoral / Hemeroteca Digital Castañeda“De este módulo expresivo, se distinguen especialmente las ventanas marinas. En general, se advierte que Sol oscila en sus obras desde la mayor determinación lineal y dibujística de las composiciones, hasta un desvaimiento de las formas, que casi en sordina parecieran estar vistas a través de un velo. Sin embargo, su paisaje continúa ofreciendo registros personales, demostrando por sobre todo un permanente hálito de vitalidad. Vitalidad que, sin duda, es la mejor lección que nos da Juan Sol con esta muestra”, finaliza.