Sábado 2.11.2024
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El bodegón, también conocido como naturaleza muerta, es un género pictórico que representa objetos inanimados en escenarios cuidadosamente compuestos. Este estilo alcanzó su apogeo durante los siglos XVI y XVII, especialmente en los Países Bajos y España. Los artistas deseaban representar con realismo elementos cotidianos (frutas, flores, utensilios de cocina). La precisión en los detalles y el dominio de la técnica eran esenciales para mostrar cada objeto seleccionado.
KarlsruheEl artista francés del siglo XVIII Jean Baptiste Siméon Chardin, que nació el 2 de noviembre de 1699, hace exactamente 325 años, era célebre precisamente debido a la maestría lograda en sus bodegones y pinturas de género. Miguel Calvo Santos sostiene que “su estilo sofisticado y realista tuvo una influencia duradera en algunos de los principales artistas de los siglos XIX y XX, como Henri Matisse y Paul Cézanne”. Chardin se formó observando a los pintores franceses de escenas históricas, pero se inició a través de la realización de letreros comerciales. Más adelante, su representación realista derivó en el apodo de “pintor de animales y frutas”.
National Gallery of ScotlandEl novelista Marcel Proust, según consta en la página web de la Galería Uffizi, señaló: “hemos aprendido de Chardin que una pera es viva como una mujer, que una pieza ordinaria de cerámica es hermosa como una piedra preciosa”. Y agregó, en el mismo sentido, “la vida cotidiana te encantará, una vez que habrás absorbido las pinturas de Chardin en unos pocos días, como una lección. Después de comprender la vida de sus pinturas, habrás descubierto la belleza de la vida”.
El especialista Miguel Calvo Santos opinó sobre Chardin que “su obra brilla por la sencillez en su sentido más sublime, tanto en temática como en técnica. Quizás tenían peso sus orígenes humildes o quizás no le interesaban sus aventuras por palacios y grandes despachos. Sea como sea, fue de esos artistas que consiguen encontrar la belleza en los lugares más insospechados (muchas veces en cocinas o despensas)”.
Staedel MuseumLo cotidiano se hace arte
Por su parte, Mar Borobia, escribió en la página del Museo Thyssen Bornemisza que “la corriente naturalista dentro de la que se inscribe Chardin convivió en Francia, durante el siglo XVIII, con el rococó. El protagonista de los lienzos de Chardin es el objeto; objeto que varía y cambia su papel según la composición y su relación con el resto de los elementos figurados. Se ha dicho que Chardin es el pintor de la burguesía, representada en escenas con figuras de la década de 1730 y en las que los personajes aparecen rodeados de objetos cotidianos que forman parte de su entorno”.
Museo del LouvreRespecto a sus bodegones, Borobia afirmó que “están compuestos con utensilios queridos por el pintor que formaban parte de su intimidad y de su vida privada y de los que se serviría constantemente para elaborar sus pinturas. Son muy pocos los dibujos preparatorios que se conocen, un hecho que encaja con los peculiares métodos del maestro. Mariette, en su texto Abécédario, comentaba que el artista tenía que tener continuamente bajo sus ojos el modelo, desde el primer esbozo hasta el último toque”.
Chardin tomó la esencia de los objetos que poblaban su entorno y los elevó a la eternidad. Donde otros veían simples peras, cerámicas o utensilios, hallaba una riqueza estética, una poética de lo cotidiano. Cada trazo de su autoría es una “ventana” a la intimidad de lo, en apariencia, insignificante, a la manera en que Mario Benedetti lo hizo en la literatura.