Sábado 31.8.2024
/Última actualización 1:06
La Bolsa de Comercio de Santa Fe se convirtió en un punto de encuentro para el arte, la historia y el comercio con la inauguración de la muestra “Horizontes de Intercambio: Puertos, Arte y Comercio”. Este evento, se llevó a cabo en el marco del 140° aniversario de la institución y contó con la colaboración de entidades privadas, como Santa Fe Arte, y de diversas asociaciones culturales locales, entre ellas la Asociación de Amigos del Museo Rosa Galisteo de Rodríguez, la Asociación Museo y Parque de la Constitución Nacional, y la Asociación Amigos del Museo Histórico Provincial de Santa Fe “Brigadier General Estanislao López”.
La muestra, que comenzó a las 18:30, celebró el rol fundamental que los puertos han desempeñado a lo largo de la historia como centros de intercambio cultural y comercial. A través de una cuidada selección de obras, los asistentes pudieron explorar la evolución de la representación artística de los puertos, desde visiones clásicas hasta interpretaciones contemporáneas más abstractas.
“Estas dinámicas quedan representadas a través de una selección que abarca desde expresiones clásicas hasta interpretaciones más abstractas y contemporáneas. Artistas como Benito Quinquela Martín, Osvaldo Imperiale o Armando Ronchetti capturan de forma costumbrista la vibrante vida de los muelles, donde el bullicio de la actividad comercial se entrelaza con la dureza y el coraje de los trabajadores. En contraste, las obras de artistas como Bruno Venier o Juan Del Prete ofrecen una reinterpretación del puerto: un espacio simbólico donde los muelles y barcos se desdibujan, convirtiéndose en formas que evocan el movimiento y la transformación”, reza la presentación de la muestra.
Este evento, se llevó a cabo en el marco del 140° aniversario de la Bolsa de Comercio. Créditos: Manuel Fabatía.Así, el óleo “Rincón boquense” (1960) de Quinquela Martín fue una pieza central de la exposición, acompañado por “Barcos viejos” de Imperiale; “Puerto”, de Ronchetti; “Sin título” (1955) de Venier; y la serigrafía “Serie del Litoral - #106/700” de Del Prete. También formaron parte de la sección más clásica de la muestra los óleos “Riachuelo” (1965), de Oscar Vaz, y “Rincón del muelle” (1975), del austríaco radicado en Argentina Otón Ringer.
Este evento, se llevó a cabo en el marco del 140° aniversario de la Bolsa de Comercio. Créditos: Manuel FabatiaLa exposición se completó con cinco obras actuales del santafesino Mariano Arteaga dentro de la misma temática: la acuarela “Puerto bruma” (2022), las carbonillas “Muelle 02” y “Muelle 03” (2018), y las carbonillas mixtas “Puerto con azul y rojo 01” y “Puerto con azul y rojo 02”. o
Del desarrollo a la creación
Después de la inauguración, comenzaron las exposiciones con las palabras del presidente de la Bolsa de Comercio, Martín Vigo Lamas, quien destacó la decisión de celebrar el aniversario con un evento “que sea cultural y abierto a los socios y a la sociedad”.
Agradeció a los socios de la Bolsa y a las asociaciones de amigos de los museos, dedicando un apartado especial “a quien fue el ideólogo o factótum de este evento cultural, que es Gustavo Vittori, y al disertante Guillermo Aleu, que nos llevará al mundo de los maestros de la pintura santafesina Supisiche, Godoy y Espino”.
Sobre las obras expuestas, afirmó que “nos permiten un viaje desde el pasado hasta el presente, siempre mostrando a quienes se dedicaron a la producción y a la comercialización”.
Martín Vigo Lamas, destacó la decisión de celebrar el aniversario con un evento “que sea cultural y abierto a los socios y a la sociedad”. Créditos: Manuel FabatiaPor su parte, Vittori no estuvo del todo ausente, ya que se leyó un ensayo suyo en el que reflexionó sobre la conexión intrínseca entre el comercio y el arte santafesinos, y cómo ambos han contribuido al desarrollo de la región.
Tres maestros decisivos
Al inicio de su ponencia Aleu, determinó cómo el arte moderno estaba orientado “al qué y al cómo”: a un universo temático y su expresión en la praxis. De los tres artistas elegidos, afirmó que son “tres maestros que representan tres momentos fundamentales: por la singularidad de su expresión y lo que hicieron por la vanguardia plástica santafesina”.
Guillermo Aleu ofreció una conferencia sobre Ricardo Supisiche, Armando Godoy y Fernando Espino. Créditos: Manuel FabatiaAl abordar a Supisiche, además de agradecer la presencia de Maria Clara Supisiche, hija del artista, mostró cómo desde los albores de su obra su universo es el mundo islero, comenzando en los años 40 con una representación realista aunque con “un cromatismo edulcorado: pinta una isla embellecida”, y “sin consumar un lenguaje artístico que trascienda la excelencia del oficio”.
“El raigón” ya fue una obra de quiebre, que le valió un viaje a Europa en 1951, al encuentro de las vanguardias. “Se encuentra con dos artistas en Italia, Mario Sironi y Carlo Carrá, primeramente, futuristas y posteriormente metafísicos. ‘Supi’ cuenta que esos fueron sus maestros”, quienes “le impregnaron un giro absoluto en su marco conceptual", llevándolo a su regreso a “la conversión al arte”, con la revisión metafísica de la isla y su viaje hacia la síntesis y la abstracción, alcanzando una “metafísica del Litoral” con el correr de las décadas.
De Godoy refirió su pertenencia a la pintura surrealista, para pintar un mundo propio: “Reúne el qué y el cómo, creando un alfabeto propio”. Se refirió a “Mundo en formación” de 1956: “Tenía 23 años cuando hizo este cuadro, y todavía no había egresado de Bellas Artes; le faltaba un año. Ya a los 23 años tenía el discurso visual consumado”. Godoy “nos enseña a mirar de otra manera, y este es el comienzo de la modernidad en Santa Fe”.
El cierre fue con Fernando Espino, “un artista difícil” y una cita clave: “La cuestión no es pintar lo que uno ve, sino lo que está detrás, escondido bajo las apariencias”. “Si Godoy nos enseñó a mirar de otro modo, Espino nos enseña a cuestionar lo que miramos; y si Godoy instaló la modernidad en Santa Fe, Espino es pionero del arte contemporáneo". De tal modo, el artista instala una reflexión sobre el arte desde la abstracción y la experimentación material, en una obra que "no es para todo público”.
La Arq. Marta Perticará del Museo Provincial de Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodríguez, al final, agradeció en nombre de las asociaciones de museos. Crédito. Manuel Fabatía“El arte contemporáneo pone al observador en la situación de duda e incomodidad. Pide que realice un esfuerzo para dar una respuesta, y por lo general es incompleta, dejándonos una sensación de incomodidad o frustración”, sostuvo Aleu. “El qué en Espino es el arte, la pintura, no un tema; y el cómo la abstracción. Pero realiza un tratado visual: cada obra de Espino cabalga sobre la otra, cuestiona a la anterior, y profundiza. No hay que ver una obra sino el conjunto”.