Foujita: el japonés que cautivó a la bohemia parisina
Con un estilo que unió tradición nipona y modernidad occidental, Tsuguharu Foujita, que en su madurez adoptó el nombre de Leonard, fue un ícono del arte del siglo XX.
“Burdel en Montparnasse”, obra de Foujita de 1928. Foto: Petit Palais, Ginebra, Suiza
Tsuguharu Foujita fue un pintor japonés que triunfó en París durante la primera mitad del siglo XX, cuando la efervescencia generada por las vanguardias se apoderó de la capital francesa. Con su estilo muy particular, en el cual unía tradición japonesa y modernidad occidental, fue un puente entre dos mundos artísticos que parecían incompatibles. Se hizo especialmente conocido por sus pinturas sobre mujeres desnudas y gatos.
Colección particular
Kate Kangaslahti señala que Foujita “se distinguió por su búsqueda de originalidad ex nihilo y su convicción de que la verdadera innovación estaba más allá del alcance tanto de la tradición japonesa, en la cual él en un principio había sido educado, como de la mera emulación de las técnicas europeas practicadas por sus pares”. Según la especialista, “desarrolló un estilo simétrico que fusionaba el medio tradicional de la tinta china –sumi– con la pintura al óleo occidental, definido por la crítica como “una amalgama entre la estética oriental y la occidental”.
Tsuguharu Foujita nació en Tokio en 1886, en el seno de una familia acomodada. Siendo muy joven, decidió estudiar pintura occidental en la Escuela de Bellas Artes de Tokio. Pero su consagración llegó cuando se trasladó a París en 1913, al corazón del barrio de Montparnasse, donde se relaciona con Amedeo Modigliani, Pablo Picasso y Henri Matisse. En ese contexto, comenzó a desarrollar su estilo distintivo, basado en la precisión lineal de las estampas japonesas y las técnicas pictóricas occidentales, como el óleo y los pasteles.
Colección particular
Un excéntrico
Según Greg Robinson y Seth Jacobowitz, “el estilo distintivo de Foujita fusiona elementos de técnicas de pintura al óleo occidentales con las finas líneas y sombreado de los grabados japoneses en madera y la pintura con pincel y tinta india (sumi-e), respectivamente. Foujita desarrolló una pintura blanca excepcionalmente opalescente a la que llamó grand fond blanc, la cual, cuando tiene superpuesta sus dibujos de líneas negras perfectamente ejecutadas, le confería un efecto que deleitaba a audiencias bohemias y burguesas por igual”.
Arthive
Foujita alcanzó la fama en la década de 1920 gracias a sus retratos femeninos y representaciones de gatos, que destilan elegancia y delicadeza. Además de sus pinturas, incursionó en el diseño de libros ilustrados, destacándose en la corriente del Art Déco. Su capacidad para unir dos tradiciones artísticas diferentes lo convirtió en un fenómeno de la época. Notoriedad que el también profundizó con su aspecto personal: su corte de pelo en forma de hongo, lentes grandes, bigotito y trajes raros.
Conversión
En 1959, a los 73 años, Foujita se convirtió al catolicismo y adoptó el nombre de Léonard en honor a Leonardo da Vinci. Este cambio marcó un giro en su obra: comenzó a abordar temas religiosos. Su contribución más notable en este período fue la Capilla de Nuestra Señora de la Paz. Falleció en 1968, pero sigue vigente: actualmente, sus pinturas se exhiben en museos de todo el mundo, desde el Museo Nacional de Arte Moderno de Tokio hasta el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Además, su nombre reaparece en el mercado del arte con regularidad, con subastas que alcanzan cifras millonarias.
Museo de Bellas Artes de Reims
Como dato de color, en 2011, el Museo de Arte Pola de Hakone, una localidad montañosa situada al oeste de Tokio, halló 37 piezas de Foujita, que formaban parte de un regalo de un coleccionista privado. “Eran completamente desconocidas hasta ahora, así que nos quedamos bastante sorprendidos por el regalo", dijo en aquel momento un portavoz del museo. Y agregó: “antes se pensaba que París fue el principal lugar de trabajo de Foujita en sus últimos años, pero las notas en la parte posterior mencionan que algunas se pintaron en otros países. Nos dice cosas nuevas sobre lo que hizo”.
Las piezas eran óleos sobre papel grueso montado en paneles y pintados entre 1956 y 1958. Algunas parecen tener temas religiosos, mientras que otras muestran a niños haciendo varios tipos de trabajos, como limpieza de casas o freír huevos y pueden estar relacionadas con la serie de pinturas “Pequeños artesanos” de Foujita.
Museo Nacional de Bellas Artes
Su visita a la Argentina
María Luque, en un artículo publicado por Página 12 en junio de 2021, recuerda que en los años ‘30 Foujita visitó la Argentina. “Después de pasar varios meses en Buenos Aires se fueron a Rosario. Llegaron en la semana del 25 de mayo, había muchos festejos en distintos puntos de la ciudad. Alguien lo invitó a la cancha de Central porque un equipo de japoneses iba a jugar un partido de béisbol. Era un partido amistoso pero al ganador le daban un premio. Ganó el equipo japonés y le pidieron a Foujita que entregara la copa. Después jugaba Central contra Independiente y Foujita se quedó a mirar el primer tiempo”, recuerda Luque.
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