Francisco Puccinelli: el auténtico transcriptor de lo simple
Descripto por Jorge Taverna Irigoyen como “el último pintor de caballete al hombro que atravesó las calles de Santa Fe”, se formó en la Escuela de Bellas Artes de Marsella, en la Francia de sus ancestros, venidos de Córcega. Retrató como pocos los paisajes santafesinos, como así también de sus muchos viajes por América y Europa.
Acuarela, postal de 9 de Julio esquina Amenábar. Foto: Archivo El Litoral
Francisco Clemente Puccinelli, más conocido como “Totó”, fue un eximio pintor acuarelista que con sus pinceles, colores y caballete se abocó durante 70 años a reproducir los paisajes de nuestra comarca y del mundo. Sobre él escribió Jorge Taverna Irigoyen en las páginas de El Litoral: “Fue el último pintor de caballete al hombro que atravesó las calles de Santa Fe. El más fiel transcriptor del espíritu de iglesias, paseos, viejos edificios, barrios. Su obra lo representaba como huella digital, pero él estaba más allá de su obra. Refinado, sencillo, profundamente humano, era ese amigo prudente y confiado que estaba presto para dar la mano. Y el buen consejero del artista joven. Y el viajero incansable...”.
Aljibe e iglesia de San Francisco, acuarela que integra el patrimonio de El Litoral. Foto: Archivo El Litoral
También destacó que “Puccinelli representó una época cultural y artística de singular relieve. Sin pretender protagonismos, Santa Fe lo ubicó en un lugar distintivo. Y en verdad, su figura y su obra nutrieron muchos de los capítulos fundamentales de la historia ciudadana de intelectuales y creadores de la región.
Perteneció a la segunda generación de pintores santafesinos, junto a Enrique Estrada Bello, César Fernández Navarro, José Domenichini, Raúl Schurjin, Ricardo Supisiche, César López Claro, Matías Molinas, Pedro Logarzo, Julio Lammertyn, José Planas Casas, Lausen Freyre Beñatena. Y fue un admirable ejemplo en lo que a consustanciación y receptibilidad popular de su pintura refiere”, destacó el crítico.
El artista, en una muestra. Foto: Archivo El Litoral
Cruzar el mar
Puccinelli nació en 1905 en Grutly, Santa Fe; su apellido italiano pertenecía a la Córcega francesa: su familia era originaria del pueblo de Fozzano. A la edad de 10 años, ingresó como pupilo en la escuela del convento franciscano de Villa Diego, localidad cercana a Rosario. En esa escuela un sacerdote de origen alemán lo inició a la pintura.
Luego de la Primera Guerra Mundial viajó por primera vez a su querida Francia, afincándose en el puerto de Marsella. En esa ciudad completó el bachillerato y estudió durante tres años en la Escuela de Bellas Artes, donde adquirió un espíritu francés, heredero del posimpresionismo, que le permitió convertirse en un retratista de lo sencillo de la naturaleza. De allí partió para Marruecos donde realizó su servicio militar en el ejército francés.
Acuarela que retrata el Colegio Nacional, donada por el artista a la escuela. Foto: Archivo El Litoral
Regresó a Santa Fe en 1930 junto a sus hermanas Antoinette y Marie (Niní). Trabajó en la Compañía Francesa de Ferrocarriles hasta los años 70, cuando decidió dedicarse exclusivamente a la pintura. También fue secretario de la biblioteca francesa, miembro de la comisión directiva de la escuela francesa y vicepresidente de la Alianza Francesa. Fue socio fundador del Foto Club Santa Fe y llegó a ocupar la presidencia de la Asociación de Artistas Plásticos Santafesinos.
Hombre de vastísima cultura fue también un viajero infatigable. Recorrió varios países de América y Europa, siempre con sus elementos de pintura. Las célebres tarjetas postales de los lugares que visitaba, realizadas desde luego por él mismo, eran esperadas por familiares y amigos.
Una instantánea portuaria. Foto: Archivo El Litoral
Hombre al agua
En sus trabajos predominan los paisajes y especialmente los puertos. Solía justificar esa preferencia afirmando que “la acuarela pide agua”. Prefería los lugares de clima cálido porque el frío seca la acuarela. “Aunque frecuentó el óleo, fue un fervoroso cultor de la acuarela: una técnica que dominaba como pocos y por la cual más de una vez se lo asoció con el gran Jorge Larco. Pero Puccinelli poseía lo propio: fluidez en las aguas, precisión del efecto caracterizador, sensualidad de atmósfera. Su pincel, sin buscar el au plain air de los impresionistas, aplicaba las leyes ópticas de Chevreul y de Newton con una perspicacia y precisión admirables. Es que sus paisajes rezumaban luminosidad, poseían brisas propias”, contaba Taverna.
Un paisaje de campo, retratando la atmósfera del lugar. Foto: Archivo El Litoral
Su obra, muy prolífica y fácilmente reconocible, se distingue por la luminosidad y el color particularmente a partir de los años 70, porque hasta esos años solía pintar con colores más apagados.
El secreto de su técnica, decía, estaba en su muñeca, que ejercitaba especialmente en forma diaria. Sus obras eran resueltas muy rápidamente; por lo general no más de 20 minutos eran necesarios para que completara una obra de tamaño mediano. Otro signo distintivo de su arte es que casi no dibujaba lo que iba a pintar; un simple esbozo era suficiente para aplicar directamente los colores.
Su lugar en el mundo fue Santa Fe, especialmente el barrio Sur y San José del Rincón, donde estableció su taller en la esquina de las calles San Martín e Independencia. Jamás intentó lucrar su obra, que en muchos casos regalaba. Su propósito era que su arte llegase a la gente y por eso aún hoy es posible encontrar sus acuarelas en muchísimas instituciones y domicilios particulares.
Dibujo del Château Rose de la Alianza Francesa. Foto: Archivo El Litoral
Participó del Salón de Artistas Plásticos Santafesinos desde 1932 a 1953; del Salón Santa Fe de 1934 a 1950; y del Salón Municipal Santa Fe en 1941 y 1942. Realizó exposiciones individuales en Galería Müller (Buenos Aires, 1936); Museo Municipal de Santa Fe (1948-50); Galería Anteo (Santa Fe, 1953); Amigos del Arte (Rosario, 1953). Obtuvo premios de los Salones de Artistas Plásticos Santafesinos, Litoral y Santa Fe. Falleció en la capital provincial el 27 de noviembre de 1986.
“Los alquimistas”, una experiencia en acrílico sobre tela perteneciente a la Escuela Industrial Superior. Foto: Gentileza MAC
Rescate
El 15 de septiembre de 2022 se presentó la muestra “Tras los pasos de Puccinelli. El patrimonio de Rincón en las acuarelas del artista que pintó el pueblo”, en el espacio La Teja. Se trató de una iniciativa del colectivo Creadores de la Costa, con el objeto de socializar el movimiento y abrirlo a todas las personas vinculadas a la actividad creadora que deseen conformarlo para afianzar la sensibilidad artística de este enclave singular de la costa santafesina.
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