Sábado 19.10.2024
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“¡Quisiera borrar todos los valores que conocí y que estoy perdiendo de vista, rehacer, reconstruir sobre nuevas bases! Todo el pasado, maravillosamente grande, me oprime ¡Quiero lo nuevo! Y me faltan elementos para concebir dónde se está y qué se necesita”. Hace justo 142 años, el 19 de octubre de 1882, nació el autor de las líneas anteriores, Umberto Boccioni, un artista que, de acuerdo a los datos sobre su persona que constan en el sitio oficial del Museo Thyssen Bornemisza de Madrid, “representó un papel fundamental en la difusión del movimiento futurista italiano en el campo de las artes plásticas, tanto a través de sus obras como de sus escritos teóricos”.
Boccioni creció en distintas ciudades italianas, como Forli, Génova y Catania. Esta circunstancia vital enriqueció su visión sobre el mundo. Pero fue en Roma donde se encontró ante la experiencia crucial que supuso asistir al taller de Giacomo Balla (uno de los fundadores del movimiento futurista) quien le enseñó la técnica divisionista y el uso del color complementario, elementos que Boccioni más adelante incorporaría a su obra.
Metropolitan Museum of ArtOtra instancia que marcaría la impronta de su carrera ocurrió en 1909, cuando conoció a Filippo Marinetti, el poeta que acababa de lanzar el manifiesto del futurismo. Actuaba influenciado por Friedrich Nietzsche, Giuseppe Mazzini y sobre todo por su colega, el poeta Gabriele D'Annunzio. Marinetti fue el que escribió: “es desde Italia que lanzamos al mundo este nuestro manifiesto de violencia arrolladora e incendiaria con el cual fundamos hoy el futurismo porque queremos liberar a este país de su fétida gangrena de profesores, de arqueólogos, de cicerones y de anticuarios”.
Así, la obra de Boccioni se destacó por sus pinturas, sino también por sus escritos teóricos. Impulsó la simultaneidad de formas y el dinamismo plástico, influenciado por el cubismo que había estudiado en París. Esta etapa, hasta su prematura muerte, fue de gran creatividad para el artista, que experimentó también con la escultura, con el fin de plasmar en tres dimensiones sus ideas revolucionarias sobre el movimiento y la modernidad.
MoMaSus contactos con figuras como Pablo Picasso y Guillaume Apollinaire en París, ambos contemporáneos suyos, ampliaron las miras de su obra y lo posicionaron como uno de los líderes del futurismo. Pero el estallido de la Primera Guerra Mundial, tras el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria, heredero al trono del Imperio Austrohúngaro, cambió todo. Inicialmente, apoyó la participación de Italia en la contienda, pero pronto se desilusionó con el conflicto. En 1916, mientras servía en el ejército, sufrió una fatal caída de su caballo cerca de Verona.
Víctor Manuel Mendiola escribió en Milenio que “los futuristas son, si no los primeros, sí los principales intelectuales y artistas que reflexionaron profundamente sobre los efectos de las máquinas en la sensibilidad y, de manera radical, propusieron un cambio de valores no sólo estéticos sino vitales. Entendieron la velocidad, no como una sucesión de líneas o planos, al modo de los cubistas, sino como la comunicación entre el espacio y los cuerpos”.
Pinacoteca de Brera Italia“Son muy conocidos los excesos a los que llegaron: propusieron la destrucción a martillazos de los museos y exaltaron los nubarrones de la guerra como una oportunidad de autenticidad humana y creación de verdadera fuerza dinámica en contra, en su opinión delirante, de la debilidad femenina. Exageraban lastimosa y lamentablemente. Apollinaire, que no era machista, vivió en carne propia el error. Pero haciendo a un lado la exageración, no cabe duda de que ellos vieron con claridad cómo el hombre moderno y su arte contaban, por un lado, con un nuevo recurso bajo las formas del tren, el automóvil, el teléfono y el avión y, por el otro, con la idea de la correspondencia o no correspondencia entre distintas velocidades. En este punto, Boccioni es esencial porque, en textos rápidos, meditó sobre esta cuestión y en su trabajo plástico creó varias obras singulares, en particular Formas únicas”, agrega Mendiola.
En el mismo sentido, Miguel Calvo Santos opina que el antiacademicismo fue otra de las señas de identidad del movimiento futurista en general y de Boccioni en particular. “Desarrollaron un virulento ataque a la academia y los museos, que eran considerados cementerios de arte, llegando incluso a situaciones violentas. Este radicalismo permitiría que el futurismo acabara por acercarse al recién llegado fascismo. Dos corrientes absolutamente novedosas, fascinantes, juveniles y enérgicas que quizás muchos miembros no adivinaron la repugnantes formas que adoptaría en el futuro”.
MoMaJulián González Gómez, en un texto generado para la Universidad Francisco Marroquín, sostiene por su parte que “para Boccioni fue inevitable sentirse influenciado por el cubismo, aunque criticaba lo que consideraba un excesivo énfasis de esa vanguardia en la línea recta y por ello siempre realizó sus obras con base en curvas y superficies ondulantes, representando movimiento y dinamismo espaciales”.
Para Gómez, “fue uno de los pocos artistas futuristas que experimentaron con la escultura, para la cual utilizó siempre materiales que consideraba modernos como el hierro, el cemento o el cristal. Boccioni fue reconocido además como notable teórico al desarrollar conceptos claves del futurismo como el de líneas-fuerza, compenetración de planos, simultaneidad y expansión de los cuerpos en diversas superficies. De acuerdo a los conceptos que desarrolló se advierte que la idea fundamental de todos ellos es la reciprocidad de las relaciones que existe entre los objetos y entre éstos y el ambiente que los circunda”.
Colección privadaLas obras y los escritos de Umberto Boccioni, con sus claroscuros, son un mojón que permite comprender mejor la evolución que tuvo el arte durante el siglo XX. Su capacidad para teorizar y llevar al límite las formas plásticas hizo que su obra trascendiera mucho más allá del universo futurista.