Viernes 6.9.2024
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Desde Vincent Van Gogh hasta Virginia Woolf, pasando por la argentina Alfonsina Storni, muchos artistas dejaron una obra de notable repercusión, pero sus vidas terminaron en la oscuridad del suicidio. Este fue también el caso de la pintora y escultora Georgette Agutte, una figura clave del arte moderno francés. Aunque su obra está vinculada a la Belle Époque, su trágica decisión de quitarse la vida el 6 de septiembre de 1922, tras la muerte de su compañero, eclipsó en parte su legado.
Musée des Beaux-Arts de MulhouseGeorgette y Sembat, un influyente político y escritor, crearon un “oasis creativo” en Bonnières-sur-Seine, lejos del bullicio parisino. Su hogar fue un santuario para el arte, por donde pasaron artistas como Henri Matisse. El entorno, cuidadosamente adornado, fue una fuente de inspiración para Agutte, cuyas obras florecieron en medio de la naturaleza que rodeaba su casa.
Juan Carlos BoveriAgutte comenzó su carrera artística como escultora, pero más tarde se dedicó a la pintura. Inicialmente influenciada por el postimpresionismo, un movimiento que surgió en la década de 1890, su estilo evolucionó hacia un fauvismo moderado, que, según Miguel Calvo Santos, implica “liberar el color del dibujo, ignorar claroscuros y perspectivas, y expresar emociones a través del color”. Agutte fue admirada precisamente por su audaz uso del color.
Museo GrenobleSu primer matrimonio con el crítico de arte Paul Flat, en 1893, la conectó con René Piot, discípulo de Gustave Moreau, quien la motivó a estudiar en la Escuela de Bellas Artes de París. Allí, interactuó con figuras como Henri Matisse y Georges Rouault. A partir de 1904, comenzó a exponer regularmente en el Salon des Indépendants y fue una de las fundadoras del Salon d’Automne, consolidándose como una figura relevante del arte moderno.
Juan Carlos BoveriAgutte pintó desnudos, que representan el segundo grupo más numeroso de su obra, después de los retratos. Durante la Primera Guerra Mundial, visitó a Pierre-Auguste Renoir en Cagnes-sur-Mer y conoció a artistas como Amedeo Modigliani (quien la retrató), Jeanne Hébuterne y Pablo Picasso. Como señala Carine Chichereau, "hay un lenguaje estético que le es totalmente propio, donde renuncia a la perspectiva renacentista y transforma los objetos a través del color”, algo que Luciano Sáliche destaca en un artículo para Infobae en 2022.
Juan Carlos BoveriRosa Campos sostiene que la artista “legó una obra en la que vibran los colores y trazos del impresionismo y del fauvismo, utilizando especialmente la técnica del óleo y de la acuarela, para introducirnos en ese instante en el que la emoción plácida se alza en el interior del ser humano, o en el que la belleza aletea en el paisaje. Sólo por la jugosa policromía que consigue con los azules se hace fácil distinguir sus pinturas”.
ArchivoUna luchadora con su propia calle
En su segundo matrimonio con Marcel Sembat, con quien se casó en 1897, Agutte repartió su tiempo entre Bonnières-sur-Seine, su residencia en Montmartre, y un chalet en Chamonix. Estos diversos paisajes influyeron en su arte. La muerte de Sembat en 1922 la dejó devastada, y no quiso sobrevivirle. Se suicidó, dejando una conmovedora nota: “Mi vida se acabó con él. Con él tuve la felicidad, la tuve en abundancia, no tengo nada de qué quejarme, pero sin él, la luz está muerta. Adiós”. Y agregó: “Han pasado doce horas desde que se fue. Voy tarde”.
Galería BallesterosComo menciona Isabel Gómez Melenchón en La Vanguardia, “consiguió hacerse un nombre como pintora gracias a su talento y a su espíritu luchador”. Hija del pintor Jean Georges Agutte, Georgette fue la única mujer en matricularse como oyente en la École des Beaux-Arts de París, en una época en que las mujeres no tenían acceso a estas instituciones. Hoy, el Museo de Grenoble posee más de 40 de sus obras, y su nombre está inmortalizado en una calle del distrito 18 de París, la ciudad más asociada a las artes plásticas.