Jueves 3.10.2024
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El 3 de octubre de 1884 murió en Viena el pintor Hans Makart, un “faro” del movimiento historicista del siglo XIX, una corriente del siglo XIX centrada en la evocación y reinterpretación de estilos del pasado. Tal vez su obra más representativa sea “Abundancia: los dones de la tierra”, una pintura que sintetiza la exuberancia característica del estilo de Makart, visible en otras piezas como “La entrada de Carlos V en Amberes”.
Museé d’OrsayMakart, nacido en 1840 en Salzburgo, donde 44 años antes había nacido Mozart, sobresalió por su capacidad de usar elementos históricos desde un abordaje decorativo y simbólico. Fue creador de escenas monumentales y festivas, influenciado por el Renacimiento y el Barroco, pero con la habilidad de adaptar estos estilos a los gustos del siglo XIX.
Esta visión y su dominio del color se evidencian claramente en “Abundancia: los dones de la tierra” (1870), una obra que destaca por su composición dramática y riqueza cromática. En ella, Makart presenta a la diosa de la Abundancia rodeada de frutas, flores y productos de la tierra, evocando fertilidad y prosperidad.
ArchivoLa escena central muestra a la diosa coronada con guirnaldas, rodeada de figuras infantiles que ofrecen los frutos de la tierra. La técnica meticulosa de Makart subraya cada detalle, creando una atmósfera casi teatral.
Helena Celdrán señaló que el artista tenía un sentido del color que hechizaba a la sociedad vienesa. “Cada cuadro era un alarde de suntuosidad, con tonos que envolvían las formas en una nebulosa y personajes que disfrutaban con descaro del paraíso sedoso del pintor. Su estudio era un santuario al que acudían miembros de la nobleza y la burguesía para verlo en pleno proceso creativo, y donde se celebraban las fiestas más exclusivas”.
ArchivoConocido como el “mago de los colores”, Makart influyó profundamente en Gustav Klimt. Aunque murió joven, a los 44 años, fue idolatrado por una generación de artistas que transformaría el arte a finales del siglo XIX.
Museé d’OrsayEn una era dominada por lo visual, la teatralidad y riqueza de detalles de Makart siguen teniendo resonancia en la cultura contemporánea. Es interesante imaginar que, si hubiera tenido una cuenta de Instagram, habría congregado a miles de seguidores en torno a su obra.