El 22 de marzo de 2025, Yayoi Kusama cumple 96 años. La artista plástica japonesa es la dueña de un estilo que incluye patrones de lunares, instalaciones inmersivas y un imaginario que varía entre lo onírico y lo psicodélico.
Desde los años ‘50, la artista japonesa rompe esquemas a través de sus instalaciones que desdibujan límites entre el yo y el universo.
El 22 de marzo de 2025, Yayoi Kusama cumple 96 años. La artista plástica japonesa es la dueña de un estilo que incluye patrones de lunares, instalaciones inmersivas y un imaginario que varía entre lo onírico y lo psicodélico.
Edificó una carrera sustentada en la repetición obsesiva de ciertos elementos visuales: puntos, redes y espejos infinitos. Que están presentes en su pintura, su escultura, en las instalaciones y en las performances.
Los espejos y las salas inmersivas gestadas por Kusama generan en el que observa una sensación de infinitud y alucinación visual, donde predominan rojos, amarillos y azules.
Los elementos que aparecen todo el tiempo en sus obras son calabazas, tentáculos y formas abstractas.
Como indicó Emilia Bolaño: "su trabajo está basado en el arte conceptual y trata temas dispares, a menudo autobiográficos. Desde luego el feminismo, pero también la psicología, la moda, la multiculturalidad y la sexualidad".
Noelann Bourgade explicó que, "fascinada por el infinito y angustiada por la desaparición de la individualidad, la creadora japonesa desarrolla obras que expresan su temor ante 'la anulación del yo'".
"Sus pequeños 'guisantes', repetitivos, atípicos y tan característicos de su obra, cubren piezas, esculturas, piel y ropa, simbolizando al hombre perdido en el infinito", agregó.
Nacida en 1929 en Matsumoto, Japón, Kusama emigró a Nueva York en los ‘50 donde se integró al pop art y el minimalismo. De hecho, trabajó codo a codo con artistas como Andy Warhol y Claes Oldenburg.
En los ‘70 volvió a Japón y, desde entonces, reside en un hospital psiquiátrico en Tokio por propia elección, desde donde sigue produciendo arte de manera incesante.
Su reconocimiento mundial se consolidó en las últimas décadas con exposiciones en los museos más importantes del mundo, incluyendo el MoMA de Nueva York, la Tate Modern de Londres y el Centro Pompidou en París.
En 2013, el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA) presentó "Obsesión infinita", la primera gran retrospectiva de Kusama en América Latina.
La muestra reunió más de 100 obras, incluyendo sus famosas "Infinity Mirror Rooms" y esculturas de calabazas. Fue un éxito, con largas filas de visitantes.
El 10 de julio de ese año, Daniela Blanco escribió en Infobae que las obras de Yayoi Kusama son luminosas, sensoriales y trascendentes.
"No sólo porque use lunares fluorescentes o puntos interminables como "claim" conceptual sino porque su obra transmite paz, involucramiento, transporta a un lugar lejano porque invita al ensoñamiento; y a la vez cercano porque es íntimo y sereno", agregó.
A sus 96 años, Kusama todavía crea, expande su universo. Y como, señaló Anna de Fazio Siciliano, su historia nos dice que es posible "la superación de un orden establecido".
Es que sus obras permiten atisbar un mundo más allá de las "normas opresivas y de una imposición de valores que no tiene en cuenta la esencia más íntima del mundo infantil y, en general, la naturaleza del ser humano".
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