Sábado 20.7.2024
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“Solo puede dar alegría la representación de un mundo perfecto donde todo esté ordenado, de contornos nítidos, de colores limpios, de formas definidas y de detalles minuciosos hasta la exaltación”. La frase pertenece a Norah Borges, quien falleció un día como hoy, 20 de julio, del año 1998. Fue una artista plástica de gran talento, vanguardista, a menudo eclipsada por el renombre de su hermano Jorge Luis Borges.
Museo Rosa GalisteoNacida como Leonor Fanny Borges en Buenos Aires el 4 de marzo de 1901, adoptaría el nombre de Norah gracias a su hermano, un gesto que presagiaría su entrada en los círculos artísticos y literarios más influyentes de su tiempo. Norah comenzó su aprendizaje en la Academia de Bellas Artes de Ginebra, Suiza, donde llegó con su familia en 1914. Allí, con Maurice Sarkissof y más tarde en Lugano con Arnaldo Bossi, adquirió habilidad técnica que combinó con las nacientes las vanguardias europeas. Su paso por España, donde se integró en los círculos ultraístas de la década de 1920, marcaría un punto de inflexión en su carrera artística y su visión creativa.
Fundación Arte de las AméricasDe regreso en Buenos Aires en 1921, se unió activamente a los círculos vanguardistas porteños, contribuyendo a la renovación de las artes visuales de su país. Su obra ilustrativa pronto se convirtió en un complemento esencial para las primeras publicaciones de autores como sur hermano Jorge Luis, Victoria y Silvina Ocampo, y Julio Cortázar, entre otros.
Museo Rosa GalisteoColaboró con revistas tanto en España ("Grecia", "Ultra", "Baleares") como en Argentina ("Prisma", "Proa", "Martín Fierro") consolidando su reputación como un punto de intersección entre el arte y la literatura. En 1926 publicó en Martín Fierro, sin firmar, “un cuadro sinóptico de la pintura”, donde dice que la pintura debe ser una herramienta para evadirse, en la que buscar belleza y bondad, ajeno a las dificultades de la vida real.
Fundación Arte de las Américas“Sin embargo, este nuevo planteamiento no supone una ruptura absoluta con lo que venía realizando, es más, no es en ella realmente nuevo. Durante décadas, Borges realiza de manera casi indistinta obras de lenguaje vanguardista junto con obras ligadas a este concepto de retorno al orden. En este particular lenguaje vemos la inclinación y el gusto de Borges por el arte de los prerrafaelistas, la pintura flamenca del S. XIII, el arte griego arcaico y el arte románico, las pinturas de Fra Filippo Lippi, Fra Angélico, Giotto o Botticelli, pero también las de Chirico o el Greco”, señala Silvia Sánchez Ruiz, curadora de una muestra dedicada a la artista en el Museo Ralli Marbella.
Fundación Arte de las AméricasEl estilo de Norah estuvo inicialmente influenciado por el expresionismo alemán y el cubismo, pero más tarde derivó a un lenguaje propio que combinaba elementos de diversas corrientes vanguardistas. Su obra madura muestra interés por la estilización de formas y figuras humanas, así como un análisis de composiciones geométricas que fragmentan y reinterpretan la realidad visual. Pablo Gianera, en La Nación. “La pintura de Norah Borges parece surgida de una vez y para siempre: sin evolución, sin cambios, inalterada e inalterable, alegre, con la serenidad de quien vive en la eternidad”.
Entre sus obras más destacadas se encuentran "Tobías y el ángel" (1925), "Urbano y Simona" (1927), y "La anunciación" (1925), obras que han sido reconocidas por su capacidad para fusionar influencias históricas con innovaciones contemporáneas. Su incursión en temas como el retorno al orden, evidente en "Las moradas" (1956), indica una versatilidad artística que abarca desde el simbolismo medieval hasta las corrientes más modernas. Murió en Buenos Aires el 20 de julio de 1998, a los 97 años de edad.
“Norah es una artista que ha recorrido el siglo XX de una manera silenciosa y discreta, como su forma de ser, que tuvo la fortuna y la desgracia de ser hermana de unos de los grandes escritores de la historia, algo que la ha eclipsado de alguna manera, aunque ella siempre se sintió cómoda con ese lugar”, explicó el director del Bellas Artes, Andrés Duprat, en una entrevista concedida a Infobae en 2019.
Museo Nacional de Bellas ArtesUna vida feliz en los cuadros
Matilde Sánchez en el artículo titulado “Norah Borges, discreta entre todos los otros”, que publicó Clarín en enero de 2020, apunta que “los cuadros de Norah son de casi idéntica medida, como los de quien se aferra a una idea del propio estándar. La mayoría representa una situación morosa, en una arquitectura muy formalizada, por momentos casi abstracta, que recuerda las simetrías de De Chirico. Pinta niñas o púberes, en pose o en un momento inmóvil -parecen miembros de una única familia-, en fantasías espaciales con patios de balaustres y dameros, que recuerdan los posteriores escenarios de los clásicos de Torre Nilsson: la arquitectura del Centenario, revisitada a partir de los años 40”.
Archivo El LitoralGuillermina Torresi, en el artículo “Historia de un descubrimiento: Norah Borges, la artista que creaba en la oscuridad”, publicado por La Vanguardia de España en 2016, sostiene que “la pintura de Norah no tiene maldad, está ataviada de trazos humildes, de una incansable bondad, una luminosidad templada, todos los elementos en paz apuntando hacia la vida feliz que ella imaginaba: ‘el mundo del cuadro debe ser otro mundo pequeño y más perfecto, los personajes felices, con ropas flamantes, las caras y el cielo recién pintados y el verano como estación perenne’”.
Archivo El LitoralSegún el sitio oficial del Museo de Bellas Artes, “el redescubrimiento y la puesta en valor de su obra en el mapa de las artes plásticas del siglo XX comenzó en los años 90, cuando fue incluida como protagonista en la muestra ‘El ultraísmo’, organizada por el Instituto Valenciano de Arte Moderno. En 1994, la crítica e investigadora Patricia Artundo, con apoyo del Fondo Nacional de la Artes, publicó ‘Norah Borges, Obra gráfica 1920-1930’, libro pionero en la sistematización y análisis de su producción”.