Martes 24.9.2024
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Otto Mueller está considerado uno de los representantes del expresionismo alemán. Su estilo, caracterizado por la representación de desnudos femeninos y paisajes armoniosos, lo distingue de otros miembros del grupo Die Brücke, al que se unió en 1910. Nacido en Liebau, Silesia (hoy Lubawka, Polonia), realizó un recorrido que se destaca por su visión lírica del ser humano en contacto con la naturaleza, tal vez la temática central que le da cohesión a su obra.
ArchivoMueller comenzó como litógrafo en Gölitz y Breslau. Posteriormente, estudió en la Academia de Bellas Artes de Dresde y luego en Múnich, aunque abandonó esta última debido a su descontento con la enseñanza del arte académico. En su juventud, viajó a Italia y Suiza con el escritor Gerhart Hauptmann. Sus primeras obras estuvieron influenciadas por el impresionismo y el simbolismo, aunque no sobrevivieron, ya que el propio artista destruyó gran parte de ellas.
Städelsches KunstinstitutEn 1910, se mudó a Berlín, donde entró en contacto con artistas del movimiento expresionista, como Erich Heckel y Wilhelm Lehmbruck. Fue entonces cuando se unió al grupo Die Brücke, un colectivo vanguardista que buscaba romper con las convenciones del arte académico y ahondar formas más primitivas y emocionales de expresión artística. A pesar de su asociación con este grupo, el estilo de Mueller se diferenciaba por ser menos angustiado que el de otros miembros como Ernst Ludwig Kirchner y Karl Schmidt-Rottluff. Sus pinturas, en particular los desnudos femeninos y las figuras alargadas, mostraban una búsqueda de la simplicidad y la armonía, evitando el dramatismo de otros expresionistas.
Desnudos femeninos y naturaleza
Las obras más representativas de Mueller son sus desnudos femeninos integrados en paisajes naturales. Estas pinturas se destacan por su simplificación de formas y colores, donde los cuerpos humanos y la naturaleza se funden en una armonía visual. Mueller prefería trabajar con temple, una técnica que le permitía crear superficies mates, lo cual contribuyó a la estética serena de sus composiciones.
Colección privadaEn efecto, de acuerdo al artículo titulado “Otto Mueller y la armonía entre el ser humano y la naturaleza”, publicado en enero de 2023 por Fahrenheit Magazine, “lo que lo diferenciaba de los demás era su técnica atípica, ya que utilizaba pintura al temple sobre lienzo en bruto, que al secarse creaba un efecto de acabado mate”.
La cultura gitana y la guerra
Algo central en la obra de Otto Mueller fue su fascinación por la cultura gitana, que estaba en su sangre por parte de la madre. Durante la década de 1920, viajó por Europa del Este y realizó lienzos en base a escenas de la vida romaní. Esta temática, junto con su recurrente interés en la relación entre la mujer y la naturaleza, se convirtió en una obsesión.
ArchivoIntervino en la Primera Guerra Mundial, donde sirvió en el ejército alemán, pero su estilo no sufrió grandes cambios. A diferencia de otros artistas de la época, que reflejaron en sus obras el trauma y el caos de la guerra, Mueller continuó con su búsqueda de la armonía y la simplicidad.
Tras la guerra, Otto Mueller fue nombrado profesor en la Academia de Bellas Artes de Breslau, donde enseñó hasta su muerte, el 24 de septiembre de 1930. En 1937, el régimen nazi catalogó su obra como "arte degenerado" (entartete kunst) y confiscó más de 300 de sus pinturas de los museos alemanes.
ArchivoSegún consta en la página web del Museo Thyssen Bornemisza: “el personal estilo artístico de Mueller se pone de manifiesto en la representación de unos cuerpos femeninos de formas alargadas y angulosas, pintados con colores suaves y dotados de una ingenuidad muy sensual, no exenta de un cierto romanticismo”.