Jueves 27.6.2024
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“Mientras viva el arte, nunca tendré que aceptar que el hombre está muerto”. El autor de esta frase, Giorgio Vasari, fue una de las figuras más influyentes del Renacimiento italiano, un período cultural y artístico que implicó un resurgimiento del interés por el conocimiento clásico, la ciencia y las artes. No tanto por sus facetas de pintor y arquitecto (trabajos en los cuáles se desarrolló, no obstante, con absoluta brillantez) sino por sus contribuciones como historiador de arte. Disciplina en la cual fue uno de los pioneros.
Nacido en Arezzo, en la Toscana, el 30 de julio de 1511 y fallecido un día como hoy, 27 de junio de 1574, Vasari es conocido fundamentalmente gracias a su obra titulada “Las vidas de los más excelentes pintores, escultores y arquitectos”. Publicada por primera vez en 1550 y ampliada en 1568, es una colección de biografías de artistas que abarca desde Cimabue, pintor y creador de mosaicos italiano iniciador de la escuela florentina del Trecento, hasta los contemporáneos de Vasari.
ArchivoEn las páginas de este monumental compendio, que contiene un total de 133 ‘vidas’ en su primera edición, Vasari ofrece un registro biográfico, pero a la vez desarrolla análisis críticos y estilísticos, posibles gracias a su formación integral. Según los especialistas, la importancia de este trabajo está en que logra sintetizar la naturaleza misma del Renacimiento, un período de esplendor artístico y cultural sin precedentes.
Con una mirada entrenada y aguda, describe las vidas de los artistas, sus técnicas, innovaciones y el contexto histórico en el que trabajaron. Su obra es considerada la primera historia moderna del arte y sigue siendo una fuente imprescindible para estudiosos y entusiastas del arte. Mantuvo afectuosos vínculos con Miguel Angel, quien fue contemporáneo suyo a pesar de que era mucho mayor. Al respecto, Vasari afirmó que fue “un artista integral”, destacado en pintura, escritura y arquitectura. “Lo que entre los muertos y los vivos lleva la palmera y trasciende y sana a todos es el divino Michel Agnolo Buonarroti que no sólo tiene el principado de una de estas artes, sino de las tres juntas”, escribió.
Lorenzo el Magnífico retratado por Vasari. Foto: Galleria degli UffiziLaura Cabrera Guerrero explica en un artículo que a veces, Vasari se dejaba llevar por su lado más imaginativo, “y se inventaba leyendas (algunas incluso hilarantes) de los artistas sobre los que escribía. Y aunque ahora sabemos que muchas de ellas no son ciertas, sigue siendo notable todo lo que este artista ha aportado acerca de sus contemporáneos”.
Silvia Colomé en un artículo escrito para La Vanguardia “A pesar de algunos errores o informaciones inexactas corregidas en estudios posteriores, Las vidas ha servido también a lo largo de los siglos como referencia en materia artística y ha aportado informaciones únicas tanto sobre aspectos mundanos y humanos de los artistas como sobre obras desaparecidas. Es el caso, por ejemplo, de algunas esculturas que Leonardo da Vinci realizó cuando era un joven aprendiz y que Vasari decía en su escrito que ya “parecían salidas de la mano de un maestro”.
Miguel Ángel, personaje admirado por Vasari. Foto: Metropolitan Museum of ArtEl valor de la obra de Vasari radica, como señala un texto publicado en 2020 en el portal Descubrir el Arte, es que “por primera vez la figura del artista se eleva a la dignidad de una persona notable, de un profesional a través de cuya actividad el mecenas se encumbra, la ciudad se dignifica y él mismo logra la fama”.
Pero recordar a Vasari tan sólo por su labor como “historiador” es erróneo, o al menos reductivo. Es que, entre sus obras arquitectónicas más destacadas se encuentra por ejemplo la construcción del edificio de los Uffizi en Florencia, proyecto que le fuera encomendado por Cosme I de Médici, un aristócrata que llegó a ser duque de la República de Florencia y gran duque de Toscana en el ocaso del Renacimiento.
Galleria degli UffiziEste espacio, que hoy alberga una de las colecciones de arte más importantes del mundo, muestra la capacidad de Vasari para combinar funcionalidad y belleza. En el campo de la pintura, Vasari creó los frescos del Palazzo Vecchio en Florencia y la decoración de la cúpula de la catedral de Santa María del Fiore.
Olivia Grimoldi en un artículo publicado en El ojo del arte, menciona que “Vasari no solo construyó la idea de la gran Florencia renacentista con sus textos, sino que también fue notable su rol como arquitecto, que lo llevó a realizar el Palacio de los Uffizi, donde actualmente se encuentra la reconocida Galería Uffizi. La galería se destaca por una importante colección de esculturas y pinturas de la Edad Media hasta la Edad Moderna y la famosa colección de la familia Médici. En cuanto a su obra pictórica, Vasari decoró la Cancillería en Roma y el Palazzo Vecchio de Florencia con sus frescos”.
Galería UffiziLas palabras de José Antonio Ricondo en El Diario de Cantabria señalan el aporte central de este artista. “Cuando los artistas importantes están en el cenit de su oficio, en una Italia bajo el boicot extranjero y absolutismo de sus príncipes, Vasari vislumbra el cuestionamiento de los excelsos principios en el arte y en la política, sus enfrentamientos, esperanzas y contradicciones. Advierte la caída y nos introyecta el pasado reciente del Renacimiento antes de su ocaso. El fedatario de la época que con sagaz entendimiento del encanto estético dimensiona una conspicua inteligencia para articular todo ese inmenso universo en aprendizaje e investigación del que él se había impregnado”.