Leandro Fortunato, hincha de Boca, lleva una odisea de 25 días caminando para asistir a la final de la Copa Libertadores, en la cual el conjunto de La Ribera podría alcanzar el séptimo trofeo continental de su historia.
El hombre salió hace más de 20 días pero en las últimas jornadas, ya en Brasil, las lluvias complican el avance de su recorrido.
Leandro Fortunato, hincha de Boca, lleva una odisea de 25 días caminando para asistir a la final de la Copa Libertadores, en la cual el conjunto de La Ribera podría alcanzar el séptimo trofeo continental de su historia.
Esto representa encontrarse con muchos obstáculos desde hace casi un mes y a dudar de muchas cosas a medida que avanza en el camino antes de llegar a su objetivo, sin embargo, el protagonista afirmó en sus videos de Instagram “no puedo volver”, a modo de empujón ya que, según comenta, no tiene nada que hacer en Buenos Aires.
Es que esta historia de amor por el club, se originó por una decepción amorosa que lo llevó a escaparse y, tal como expresó, llegar a "ver al único amor que nunca lo va a abandonar".
22 días y 17 horas es lo que estimó que tardaría, publicó en su cuenta acompañado de la frase: “Con pocos pesos y ganas de escapar de una realidad que no puedo volver atrás”.
El argentino dejó el amor de su hija -a quien muestra en divertidos posteos-, por unos largos días para centrarse en lo que quiere lograr, un camino que lo ayudaría a despertar, a soltar ciertas situaciones personales, a olvidarse del motivo por el cual hoy recorre las rutas que dirigen a Brasil, pero sobre todo cumplir su sueño de ver a Boca campeón de la Libertadores.
Fortunato puso a prueba su condición física al hacer más de 2700 kilómetros a pie, pero también a su mente y en cómo podría llevar tantos días sin comer ni dormir adecuadamente.
En los largos trayectos ruteros que documenta en su Instagram, se puede observar la falta de personas alrededor y los días grises. El hincha de Boca repite en cada uno de sus videos su objetivo: ver a su club, para no rendirse ni frenar, ya que no tendría manera de volver.
“A puro pan”, expresó en uno de los tantos vídeos con un aspecto cansado y resignado, pero que él conocía que podían suceder, ya que las conservas de comida duran un determinado tiempo y los costos de los alimentos son elevados. “Mil pesos unas Don Satur, como para que se imaginen”, comentó.
Con sus pocas pertenencias de viaje, el hombre arma sus paradas en lugares donde pueda tener un techo y estar lo más seguro posible, teniendo en cuenta las condiciones climáticas.
Hace varios días que en algunas localidades de Brasil las lluvias son determinantes para cualquier persona que esté al aire libre y para Leandro es una noticia que no lo ayuda a acercarse a Río. “Llueve hace tres días... y se complicó un poco... pero bueno... un poco de fiebre, un poco de tos.. y ahora en refugio”, posteó recientemente. Aguantando las bajas defensas y la soledad en una ciudad a miles de kilómetros de casa y de Río.
Ya se encuentra en Passo Fundo, localidad al sur de Brasil en Río Grande del Sur, donde están pronosticadas tormentas durante toda la semana del 23 de octubre. Esto retrasaría notablemente el recorrido del argentino, que ve cómo sus opciones para poder estar el 4 de noviembre en el Maracaná se diluyen.
Por otra parte, Fortunato le pidió ayuda económica a la comunidad "bostera" y publicó el número de su cuenta bancaria. Comentó que no quería recurrir a ello pero que se está quedando sin recursos, su celular también empezó a fallar y se encuentra agotado física y mentalmente. A pesar de la suspensión de la peregrinación, expresó “el corazón, la garra y la fuerza, de Argentina para el mundo” y sigue deseando llegar al 4 de noviembre a las 17 al Estadio Maracaná para presenciar la final Fluminense-Boca y poder llevarse una alegría.