Está iniciándose una nueva campaña en el norte santafesino. La escasa oferta, por la mala cosecha anterior, generó buenos valores para los productores. Pero, por efecto de los planes sociales, es muy difícil conseguir trabajadores para las labores.
La campaña de batata en el norte santafesino comienza con buena perspectiva de precio para los productores y ciertos inconvenientes que podrían ponerle algunos límites, principalmente la dificultad para conseguir la mano de obra necesaria para "la plantada".
"El productor está esperando todavía para largar lo mejor posible", indicó a Campolitoral el asesor de la Cooperativa Agropecuaria de Malabrigo, ingeniero agrónomo Mario Gerber. La pausa se debe a cuestiones climáticas, principalmente la falta de lluvias y el frío.
La batata es un cultivo tradicional, que llegó a ocupar 3.000 hectáreas y ahora se extiende sobre 1.500 hectáreas en los distritos Romang, Los Laureles, Colonia Durán y Alejandra. Lo llevan adelante unos 30 productores, en su mayoría con 30 a 50 hectáreas, más algunos más grandes que cultivan alrededor de 100/120 hectáreas. También los hay más chicos, que producen para el consumo local.
"Se mantiene la superficie, con algunos altibajos según el precio de la campaña anterior", indicó el profesional. El año pasado -relató- fue campaña irregular, con la siembra complicada por altas temperaturas, escasa humedad ambiente y pocas lluvias. "Eso hizo que el cultivo se implante con algunas falencias, mortandad de plantas y redundó en rindes por debajo de lo normal".
La menor oferta resultante y la buena demanda del producto hicieron que los precios subieran. "En estos momentos al no haber producción en el país se fueron muy por arriba". El precio promedio de la campaña fue $40/50kg en chacra, ahora está encima de $100 "pero ya no queda más", apuntó Gerber.
Noviembre y diciembre son los meses para plantar el cultivo, que tiene sus zonas fuertes de producción a nivel nacional en Formosa, Córdoba y San Pedro. "Los que están más entonados con este precio son los de Formosa, que ahora tuvieron lluvias", indicó.
En Santa Fe, históricamente los productores, cuando tuvieron precios interesantes en la campaña anterior, hicieron "un colchón para la siguiente".
Pero la actividad demanda mucha inversión: alquiler, laboreo, insumos (atados al dólar) y -sobre todo- mucha mano de obra "que es el cuello de la producción hortícola", apuntó el profesional.
En tal sentido explicó que "para la plantada se necesitan alrededor de 15 operarios por hectárea". Y en este momento hay mucha demanda para el trabajo, pero "tenemos que competir con los planes sociales, hoy la muchachada prefiere quedarse sentada en su casa", dijo, a pesar de que "los ingresos son muy interesantes" en la producción batatera. "Sabemos que hay que estar al sol o a la intemperie y hay mucha gente que a eso le dispara; lamentablemente es una situación que vivimos".
Gerber sostuvo que este "es uno de los limitantes por los que la superficie empezó a disminuir en la zona y en todo el país; es el cuello de botella en general de la horticultura". Y a eso se suma que tampoco hay gente calificada. "Deberíamos estar pensando en cómo insertar a esa gente; y que se genere más riqueza y alimentos para los argentinos", reflexionó.