Lunes 4.6.2018
/Última actualización 13:52
Bayer anunció en mayo de 2016 su intención de adquirir Monsanto y firmó un acuerdo con la empresa estadounidense en septiembre de 2016 que fijaba un precio de 128 dólares por acción. En la actualidad, teniendo en cuenta la deuda de Monsanto a 28 de febrero de 2018, esto supone un costo total de unos 63.000 millones de dólares.
En el marco del exhaustivo proceso de autorización por los organismos reguladores, Bayer ha acordado la venta de una serie de negocios que generaron 2200 millones de euros en facturación en 2017, por un precio base de 7600 millones de euros en total. Sumando el negocio de Monsanto y restando los negocios que se venderán, los negocios de salud y agricultura habrían sido aproximadamente iguales en tamaño en 2017, con una facturación pro forma total de unos 45.000 millones de euros, de los que unos 20.000 millones corresponderían al negocio agrícola combinado. En 2017, las dos empresas juntas contaban con unos 115.000 empleados, sin tener en cuenta el personal de los negocios que se venderán.
Se espera que la adquisición genere un valor considerable. Bayer prevé que a partir de 2019 se registre una contribución positiva al beneficio por acción de las actividades continuadas. A partir de 2021 se espera que dicha contribución alcance un porcentaje de dos dígitos. Además, tras los correspondientes ajustes para tener en cuenta las desinversiones, Bayer prevé que las sinergias aporten una contribución anual de 1200 millones de dólares al beneficio EBITDA antes de extraordinarios a partir de 2022.
Para la adquisición de Monsanto, Bayer obtuvo un crédito puente inicial de 57.000 millones de dólares. Tal como se anunció en septiembre de 2016, dicho crédito se refinanciará mediante una combinación de operaciones de capital propio y deuda, algunas de las cuales ya se han completado. La última medida de capital propio será una emisión de derechos, que se comunicó ayer.
El 7 de junio, Bayer pasará a ser el accionista único de Monsanto. Según la autorización condicionada concedida por el Ministerio de Justicia estadounidense, la integración de Monsanto en Bayer podrá producirse en cuanto se haya completado la venta de activos a BASF. Se prevé que esto suceda en el plazo de unos dos meses. Durante los dos últimos años nos hemos preparado diligentemente para la próxima integración. Nuestra amplia experiencia en la integración de otras grandes empresas ha demostrado que somos y seremos capaces de llevarla a cabo con éxito”, declaró Baumann.
El nombre de la empresa seguirá siendo Bayer. El nombre Monsanto dejará de utilizarse. Los productos adquiridos mantendrán sus marcas y pasarán a formar parte de la cartera de Bayer. “La innovación es vital para producir más alimentos saludables, seguros y asequibles para una población en crecimiento y hacerlo de modo más sostenible. La unión de ambas empresas nos permitirá proporcionar más innovaciones con más rapidez y ofrecer soluciones adaptadas a las necesidades de los agricultores de todo el mundo” señaló Liam Condon, miembro del Consejo de Dirección de Bayer y presidente de la división Crop Science.
“En los laboratorios y sobre el terreno, nuestros equipos humanos podrán adoptar un enfoque de innovación mucho más integral a la hora de abordar los enormes retos a los que nos enfrentamos en la agricultura”. Si se incluye a Monsanto, y teniendo en cuenta las desinversiones previstas, las inversiones totales de Bayer en I+D en 2017 habrían ascendido a unos 5700 millones de euros. De ellos, 2400 millones de euros se habrían dedicado pro forma al negocio agrícola combinado.
Sostenibilidad y responsabilidad
Bayer es plenamente consciente de la responsabilidad añadida asociada a una posición de liderazgo en agricultura. La empresa seguirá reforzando su compromiso en el terreno de la sostenibilidad. Como compañía líder, Bayer está absolutamente comprometida a mantener los máximos niveles de ética y responsabilidad, reforzar el acceso a la salud y la nutrición y seguir reduciendo su huella medioambiental. “Aplicaremos el mismo rigor para alcanzar nuestros objetivos de sostenibilidad que para nuestros objetivos financieros”, aseguró Baumann.
Bayer también se compromete a intensificar su interacción con todas las partes implicadas. En ese sentido, Baumann afirma: “aspiramos a profundizar nuestro diálogo con la sociedad. Escucharemos a quienes nos critican y colaboraremos siempre que encontremos un terreno común. La agricultura es demasiado importante para permitir que las diferencias ideológicas detengan el progreso. Debemos hablar unos con otros y escucharnos mutuamente. Es el único modo de tender puentes”.