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A través de “soluciones a medida para cada productor”, la compañía apunta a reducir el impacto ambiental en un 30 por ciento.
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La empresa Bayer informó con un comunicado que “elevará sus estándares de transparencia, sustentabilidad y compromiso de relacionamiento, reflejando su mayor responsabilidad y potencial como nueva empresa líder en el campo de la agricultura”.
Estas medidas abordan cuestiones y preocupaciones sobre el rol de Bayer en la agricultura de las que Bayer ha tomado conocimiento durante el año siguiente a la adquisición de Monsanto. “Seguiremos incrementando nuestros estándares de trabajo, impulsados por nuestro compromiso de contribuir a una vida mejor para esta generación y las generaciones futuras”.
La innovación disminuiría la huella ecológica del portafolio de productos agrícolas de Bayer. A través de su paquete de soluciones a medida para cada productor, la compañía dice que reducirá el impacto ambiental en un 30 por ciento para 2030.
Para este fin, Bayer apunta a “el desarrollo de nuevas tecnologías, la reducción en escala de los volúmenes de los productos para la protección de cultivos y una mayor eficiencia y precisión en la aplicación. Esto ayudará a restablecer y mantener la biodiversidad, combatir el cambio climático y hacer un uso más eficiente de los recursos naturales”.
La compañía medirá el progreso alcanzado mediante la comparación del Coeficiente de Impacto Ambiental (EIQ, por sus siglas en inglés) contra los estándares vigentes actualmente en el mercado. El EIQ, establecido en la década del noventa por la Universidad de Cornell (Estados Unidos), relaciona volumen con toxicidad, representando así un sistema de medición más significativo que si se considerase solamente el volumen aplicado.
Asimismo, la compañía invitará a expertos y grupos de interés de todo el mundo a participar en un Consejo de Sustentabilidad de Bayer, con el objetivo de intensificar los esfuerzos de toda la compañía.
¿Y el glifosato?
Si bien el herbicida seguirá teniendo un papel importante en la agricultura y en la cartera de productos de Bayer, la compañía "se compromete a ofrecer mayores opciones para los productores, e invertirá aproximadamente 5.000 millones de euros en métodos adicionales para combatir malezas durante la próxima década. Esta inversión en investigación y desarrollo apuntará a mejorar la comprensión de los mecanismos de resistencia de las malezas, descubriendo y desarrollando nuevas formas de acción, desplegando mayores soluciones personalizadas de Gestión Integrada de Malezas y desarrollando recomendaciones más precisas a través de herramientas de agricultura digital. Por otra parte, se fomentará la colaboración con científicos expertos en malezas de todo el mundo con el fin de ayudar a desarrollar soluciones a medida, personalizadas para los productores a nivel local".
En relación a la “transparencia” la empresa señaló que a partir de 2017 se comenzó a difundir on-line todos sus estudios de Crop Science relacionados con la seguridad para todos aquellos interesados en consultarlos. Desde entonces, ha difundido cientos de estudios para casi 30 compuestos, entre ellos los 107 estudios de glifosato de propiedad de la compañía. De cara al futuro, la compañía conducirá un programa en el que se invitará a científicos, periodistas y representantes de ONGs a participar en su preparación científica para el próximo proceso de renovación del registro del glifosato en la Unión Europea, que comenzará más adelante este año, informaron.
Asimismo, la compañía aplicará consistentes normas de seguridad para sus productos, aun cuando ello signifique aplicar estándares más estrictos que los de las normativas locales. Desde 2012, Bayer ha dejado de vender todos los productos clasificados por la Organización Mundial de la Salud dentro de la categoría de toxicidad aguda clase 1, independientemente de que estén o no permitidos en un mercado en particular. Bayer anunció este viernes que únicamente venderá productos de protección de cultivos en aquellos países en desarrollo que cumplan tanto las normas de seguridad del mercado local como las normas de seguridad de la mayoría de los países que cuentan con programas de regulación de productos de protección de cultivos altamente desarrollados.