Sábado 24.12.2022
/Última actualización 19:01
Si les propongo pensar en el concepto de contaminación por plástico, de forma inmediata se nos viene a la mente la imagen de las tortugas marinas condenadas a morir con un cepo de algún pack de cerveza o gaseosa en el cuello; o la de esas verdaderas islas de plástico que flotan en el mar. El tema es grave y ampliamente difundido, y es trabajado por entidades y gobiernos para tratar de revertirlo.
Sin embargo, si les planteo la mortandad de vacas lecheras o la contaminación de caminos rurales, cursos de agua y campos, tal vez no estén tan familiarizados con un problema, que además está mucho más cerca de todos nosotros de lo que muchos creen.
En Rafaela el tema ambiental no pasa desapercibido. Porque luego del intento de legislar la prohibición de aplicar fitosanitarios a 1.000 metros del límite periurbano, se generó una inédita movida por parte de un grupo de productores que se unió para hacer valer el sentido común y los postulados de la ciencia por sobre cualquier otro motivo. Ese trabajo multidisciplinario permitió desarrollar una dinámica única a nivel nacional, donde el campo y la ciudad trabajan de la mano para proyectar hacia adelante.
La carga de la prueba
Además, esta dinámica permitió visibilizar problemáticas ocultas para algunos, aunque muy visibles para otros. Como el tema de la contaminación del periurbano con la basura de la ciudad, donde animales, campos, caminos y arroyos son literalmente tapados con basura de manera continua. Quienes transitamos por esos caminos desde hace años, podemos dar fe de esos focos contaminantes, agravados por quemas de basura a cielo abierto, a lo largo de todos los caminos cercanos a las zonas urbanas del país.
Por eso, desde este grupo de Productores Unidos surgió una iniciativa superadora: juntarse con la ciudad una vez más para poner freno a este problema. "El grupo trabaja mancomunadamente, somos cerca de 40 personas que sufrimos este problema, los que tenemos tambos comerciales y en la zona de la cuenca lechera más importante, además tenemos en el periurbano dos cabañas don mas de 100 años de trayectoria en la raza Holando Argentino", le cuenta a Campolitoral Fernando Belinde, uno de los referentes del grupo.
El productor explica que sufren la constante voladura de las bolsitas de nylon, las que uno compra en el super. "Y se nos ocurrió trabajar junto con una cadena de supermercados para ver si la empezamos a corregir para lograr que ellos a través de su programa de Responsabilidad Social Empresaria logren hacer una bolsa bio degradable o reciclable para frutas y verduras. Ellos a su vez contrataron una Cooperativa (Oreja Negra) e hicieron una bolsa que ya está disponible en los súper de su cadena, con alcance regional, que llega hasta San Francisco, Córdoba".
Según agregó Belinde, se consumen unas 900 mil bolsas en la ciudad, y su descarte es un verdadero problema. "La zona periurbana sufre constantemente esta invasión de nylon y otros tipos de problemáticas. Se arrojan a los cultivos, a las pasturas de base alfalfa y a veces el ganado mismo la ingiere y muere. Al hacer la necropsia, comprobamos que dentro de sus órganos hay bolsas de nylon que no las pueden digerir. A veces vemos a delfines o tortugas, y acá pasa lo mismo y nos da mucha pena. Igual al pasar con una desmalezadora para limpiar el cultivo en el caso de la alfalfa, al pasar el nylon se destruye, a veces no se ve, pero esos pedacitos hay que sacarlos, si hacemos siembra, se va enterrando con la sembradora, queda en el suelo. En estos momentos de sequía vuela con el viento para donde quiere y hasta queda colgado en algunos cables y árboles".
Trabajo integrado
El productor destaca que el trabajo combinado de protección ambiental desarrollado en la zona permitió que la ordenanza local redujera de 200 metros a 50 el uso de productos fitosanitarios de origen biológicos. Y que a través de una comisión de fitosanitarios junto a entes como el INTA; Senasa, la Fiscalía municipal, los concejales, las universidades, un consejo consultivo, la Sociedad Rural local, la federación de vecinales y otras instituciones, como el centro comercial, permitió buscar el equilibrio entre el campo y la ciudad.
"La ordenanza propuso reducir esa distancia con productos biológicos hasta los 200 metros. Por eso, se ha ganado el uso de 150 metros donde antes había alimañas, basurales, inseguridad. Y hubo una acción judicial que paró un poco todo. Empezamos a pulverizar fitosanitarios desde los 200 metros con la receta de aplicación agronómica y con el control del municipio local. Estamos a la espera de esa acción judicial contra el mismo municipio de parte de algunas entidades que desconocen cómo se trabaja, pero no quisieron ser parte pese a estar invitados a participar de esto".
Por otro lado, admitió que el grupo sigue muy unido "trabajando fuerte en el cuidado del medio ambiente, del respeto a las Buenas Prácticas Agrícolas, a trabajar mancomunadamente con las instituciones, con el municipio y con varias empresas locales que nos convocaron a esta idea de generar bolsas reciclables para sacar de circulación las de nylon".
Equivalencias que espantan
Marcos Delfabro también forma parte de este colectivo de productores. Y contó que uno de los desafíos que tienen en el grupo es junto a los organismos de toda la comunidad, "tratar de hacer algo con la basura que se nos arroja a nuestros campos y caminos".
En este sentido, remarcó que en particular, hay una estadística que realmente sorprende y es que esta ciudad produce 900 mil bolsas de residuos al año, muchas de las cuales no son dispuestas correctamente, llegando a los campos del periurbano y generando graves problemas. Particularmente en la hacienda, generando su ingesta y la posterior mortandad. Además, en los cultivos, cuando esas bolsas quedan por debajo de la tierra por el laboreo esto impide el nacimiento de las semillas y en los cursos de agua tapando cunetas, que junto con la basura urbana electrodomésticos y basura urbana van a los cursos de agua generando contaminación. "Todo esto nos plantea un desafío que es trabajar junto a los medios de comunicación para concientizar a la gente del grave daño que esto significa".
El grupo, acostumbrado a trabajar con los números, hizo una traducción de esas 900 mil bolsas, para llevarlo a términos visuales, y para tomar real dimensión de bolsas de 20x30, que si unos las abriera estaría cubriendo un barrio de 45 has en tan solo dos meses en una costura al lado de la otra.
"Y en otro ejemplo palpable, como en Suiza, que tapan los glaciares para cubrirlos y protegerlos. Con nuestra comunidad pudimos reunir datos que en Argentina hay casi 17.000 glaciares y hay 12 provincias que los tienen. Si uno tuviera en cuenta la superficie de esa provincia, la basura de Rafaela con sus bolsas podrían cubrir holgadamente todos los glaciares de Salta. Cifras que impactan, que los llevamos al llano, y que nuestra plaza podría cubrirse 30 veces. Ejemplos para demostrarle a la comunidad que los necesitamos a todos primero para que dispongan de los residuos donde corresponden. Nosotros tenemos un gran servicio de recolección clasificado por días entre los productos biodegradables y productos que no lo son. Que tienen dispuestos días particulares para el retiro domiciliario del residuo de los jardines".
Mano a mano
Delfabro reconoce que en la ciudad tienen grandes trabajos hechos en un centro de acopio de basura, que está bien desarrollado. Pero que aún falta mucho para trabajar. "Todavía hay camiones que van sin ningún tipo de cobertura, y eso genera dificultades porque se derrama basura en el trayecto. Faltan barreras forestales en torno al relleno sanitario que es tomado en cuenta por muchas otras comunidades como un modelo en toda la región, y falta también trabajar más en la concientización para que la gente disponga en los lugares adecuados y de una manera práctica estos productos que salen de su casa sin llevarlos a los caminos del periurbano".
El lado bueno, es que hay empresas que ya lo están trabajando, como esta empresa de supermercados, con bolsas para frutas y verduras reutilizables. "Junto con los organismos públicos va llegando gradualmente a controlar este problema que realmente es un flagelo para toda la ciudad", asegura.
Bolsas y vida sana
Una de las patas del proyecto fue la de la cadena de supermercados local, cuyo Gerente Comercial, Mariano López, destacó la importancia de la apuesta. "El encuentro con los Productores Unidos de Rafaela nos mostró cómo la gente tira los residuos en los caminos rurales pegados a la ciudad, y el impacto que tienen las bolsas que vuelan por todos lados, perjudicando a la fauna y la producción. Además, dimos con una Cooperativa de mujeres costureras; nos acercamos a ellas, con la iniciativa. Ellas investigaron el tema y se pusieron manos a la obra". López aclaró que a partir de ahora, es paso a paso. "La introducción de cambios culturales en los comportamientos llevan tiempo. Por eso, hoy tenemos las bolsas como un producto alternativo para comprar con las bolsas verduleras y fruteras reutilizables, acompañada por una campaña de comunicación. Hemos participado en eventos deportivos regalando estas bolsas, para asociarlas con la vida sana", explicó.