Una violenta banda de delincuentes que asolaba zonas rurales de los departamentos La Capital y Las Colonias fue desbaratada este lunes, luego de una serie de allanamientos realizados en la ciudad de Santo Tomé.
Son once los detenidos. Están acusados de violentos robos, que incluyeron tiroteos con víctimas.
Una violenta banda de delincuentes que asolaba zonas rurales de los departamentos La Capital y Las Colonias fue desbaratada este lunes, luego de una serie de allanamientos realizados en la ciudad de Santo Tomé.
Los uniformados irrumpieron en 14 domicilios de barrio Las Vegas: en Francisco Seguí al 3500, Ruperto Godoy al 3500, Alberdi y Pueyrredón, Pueyrredón al 3500, Lisandro de la Torre y Bieler Haas, Juan del Campillo y Lisandro de la Torre, J. Pérez 3500, P. Colodrero y Uruguay, Ruperto Godoy y Lisandro de la Torre, Llerena 3500 y Mosconi al 1800.
Como resultado, se logró la aprehensión de una mujer y diez hombres, uno de los cuales era policía y se desempeñaba en la zona donde se cometían los asaltos. Según trascendió, él se ganaba la confianza de los vecinos y así conseguía información. Además, se aseguraba de que la zona esté “liberada” cuando se producían los ataques.
En los inmuebles se incautaron elementos de interés para la causa, tales como herramientas varias, una computadora, una camioneta Toyota Hilux y varios teléfonos celulares. La policía también halló 5 armas de fuego y numerosas municiones.
Además, en uno de los domicilios allanados se encontraron 25 bochas de marihuana, por lo que se le dio intervención a la Dirección de Narcocriminalidad.
La investigación se inició a raíz de una seguidilla de robos calificados y privaciones ilegitimas de la libertad, ocurridos en fechas 11 y 20 de febrero, 18, 20 y 25 de abril, 02, 04 y 7 de mayo, en zonas rurales y suburbanas de las localidades de Colonia San José, San Agustín, Santo Tomé y Sauce Viejo.
La modalidad que utilizaba la organización era siempre similar. Un grupo de entre 6 y 8 personas (entre hombres y mujeres) ingresaban a las casas esgrimiendo armas de fuego y con amenazas privaban de la libertad a sus moradores, explicaron fuentes del caso. En alguna oportunidad, llegaron a tirotearse con sus víctimas.
“Estudiamos redes sociales, intervinimos líneas telefónicas. Conseguimos mucha información y tal vez hubiésemos obtenido más si seguíamos unos días, pero temíamos que terminaran matando a alguien”, explicó uno de los investigadores.