Dato positivo: el maíz 2024/25 no tuvo daño por chicharrita, sino por eventos climáticos
El 16° informe de la Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus maidis registró un nuevo aumento de la plaga en todas las regiones, sobre todo en las zonas endémicas, acorde con lo esperable para el fin del verano. No obstante, la plaga llegó tarde para afectar los maíces, ya que casi el 90% se encuentra en etapas reproductivas avanzadas o fue cosechado, y donde hubo apariciones tempranas los productores supieron controlarlo.
Es fundamental continuar monitoreando la chicharrita, tanto con trampas como en cultivos.
Foto: Archivo
Como era previsible para el fin del verano, el décimosexto informe de la Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus maidis, basado en el relevamiento de 361 localidades maiceras de la Argentina entre el 14 y el 28 de marzo de 2025, muestra que la presencia de chicharrita tuvo un aumento importante en todas las regiones del país, particularmente en las zonas endémicas del NOA y el NEA.
Este incremento, sin embargo, no afectará a los maíces de la actual campaña, ya que alrededor del 90% se encuentra en estados fenológicos reproductivos o ya fueron cosechados, con lo que superaron la etapa de susceptibilidad al complejo de achaparramiento.
Contrastes
A diferencia de la campaña pasada, en la actual los productores estuvieron prevenidos y supieron manejar las detecciones tempranas del vector.
Es fundamental continuar monitoreando la chicharrita, tanto con trampas como en cultivos.
Las pérdidas productivas esta campaña se dieron por fenómenos meteorológicos, tanto sequías como inundaciones.
"No obstante, es clave no abandonar los monitoreos, no solo con trampas sino también con inspección directa en cultivos, para ver cómo fluctúan las poblaciones y dónde quedan focos con potencial de daño para las próximas campañas", indicó Alejandro Vera, investigador de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC) y coordinador de la Red.
Red Nacional de Monitoreo
La Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus maidis surgió en 2024, en respuesta al problema del complejo del achaparramiento del maíz transmitido por esta plaga, que afectó gran parte de la superficie maicera de la Argentina.
Coordinada por la Asociación Maíz y Sorgo Argentino (Maizar), participan en ella instituciones claves del sector agropecuario argentino, como la Asociación Argentina de Protección Profesional de Cultivos Extensivos (AAPPCE), la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA), el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC).
Es fundamental continuar monitoreando la chicharrita, tanto con trampas como en cultivos.
Los objetivos de la Red Nacional de Monitoreo Dalbulus maidis son informar sobre la captura de adultos de esta especie con trampas cromáticas adhesivas en regiones donde se cultiva de maíz, e informar sobre el porcentaje de la infección estacional de estos adultos con Corn Stunt Spiroplasma (CSS), tarea a cargo del Centro de Bioinvestigaciones de la UNNOBA-CICBA (Conicet).
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