La temperatura en el interior de la colmena debe permanecer en el entorno de 35° pero, en algunas regiones del país, las altas temperaturas en conjunto con la elevada sensación térmica y la sequía llegan a producir lo que se denomina derretimiento de colmena, un suceso que puede causar la mortandad de abejas. En este sentido, especialistas del INTA Proapi presentaron una serie de recomendaciones para reducir su impacto.
Luis Zago, técnico del INTA Presidencia Roque Sáenz Peña -Chaco-, explicó: "Cuando se derrite la cera, la miel que se encuentra dentro de las celdas se derrama; este efecto arrasa no solo con las abejas nodrizas que se encuentran dentro, si no que también con las crías".
Por su parte, la Dra Natalia Bulacio Cagnolo, del INTA Rafaela, relató a Campolitoral que el derretimiento "es un proceso que termina en la asfixia de la colonia, del material vivo: reina, obreras y zánganos", debido a la conjunción del factor ambiental y un manejo inadecuado del apiario. "Aumenta tanto la temperatura en la cámara de cría que la cera literalmente se derrite y discurre por la piquera, arrasando con abejas", describió.
Cómo sucede
Para llegar a este punto, "se tienen que suceder varias cuestiones", señaló Bulacio. Si bien las abejas son insectos de sangre fría, forman parte de un organismo mayor, que es la colmena, en cuyo interior la temperatura debe mantenerse estable entre los 32 y 35°C. Para ello, para mantenerla en ese nivel las abejas "ventilan", generando un desgaste energético que cubren con azúcares del néctar y la miel de reserva.
"Cuando la temperatura ambiente es muy alta, superior a 38 o 39°C", alertó, se necesitan condiciones mínimas del apiario para poder soportarla. "Si no están, causan el problema".
Esas condiciones constituyen un cúmulo de "buenas prácticas", que bien vale repasar.
En primer lugar, las colmenas no pueden estar en el piso, sino sobre caballetes con una elevación de 20 centímetros sobre el suelo. También deben contar con "sombra compacta" de los árboles. Sin embargo, si el apiario está muy rodeado de árboles "es muy importante que se asegure la circulación del aire, a lo mejor ralear un poco la vegetación".
Zago añadió: "también, se debe asegurar que tengan buena área de vuelo, es decir, que entre la sombra y las piqueras de las abejas haya espacio".
Bulacio Cagnolo mencionó también que las colmenas no tienen guarda piquera, que a veces queda puesta del invierno. "Si nos olvidamos de quitarla, no hay circulación de aire y las abejas no pueden ventilar".
Ellas también beben
Además señaló "una recomendación muy importante", como la importancia de disponer de agua para bebida en el colmenar o sus proximidades. "Que tengan cerca del apiario agua limpia". Se calcula que cada colmena necesita entre dos y cuatro litros de agua por día. En este sentido, "frente a las altas temperaturas se debe abastecer a los bebederos con agua limpia, ubicarla bajo la sombra y a 10 metros del apiario", sostuvo Zago.
El equipo de Proapi en Rafaela, por ejemplo, utiliza baldes "y es impresionante lo que consumen, no sólo para sus requerimientos metabólicos, sino para humidificar el interior de la colmena y estabilizar la temperatura", apuntó Bulacio.
Al respecto, la especialista estimó que el volumen de agua necesaria también depende de la frecuencia con que el apicultor visite el apiario. Pero relató que la experiencia de los técnicos en la zona le indica que en un colmenar promedio, de 30/35 colmenas, está bien abastecido con 3 baldes de 15 litros de agua limpia a la sombra. "Con algunos palitos o corchos flotando, para evitar que se ahoguen", añadió Bulacio.
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En el listado de sugerencias también se incluye no parafinar ni impregnar con aceite el material, así como no pintar la cámara de cría y el alza melaria con colores que refractan los rayos del sol.
Y cuando se produce la mortandad por derretimiento y se pierde el material, lo ideal es sacar las colmenas que tuvieron el problema y reponer con otro material. Lo dañado "se puede volver a utilizar, luego de acondicionarlo en el galpón", dijo la especialista de INTA Rafaela. Por otra parte, agregó: "generalmente se trata de recuperar el material vivo (las abejas sobrevivientes) y ponerlas en nuevas condiciones".
Si el daño es menor, "recomendamos revisar la colmena y detectar la reina y abejas vivas, retirarlas de ese espacio y trasladarlas a otro material inerte, es decir, otro cajón en un lugar con sombra", expresó Zago. Por otro lado, si el daño es alto y no hay abeja reina, retirar los materiales dañados del apiario y acondicionar el material inerte.