El fin de semana se observaron las primeras sembradoras implantando trigo en el centro santafesino, situación que marcó el inicio de la cosecha fina y con ello un nuevo ciclo agrícola en la provincia.
Es el dato saliente del reporte semanal del Sistema de Estimaciones Agrícolas (SEA). La humedad óptima en los perfiles y el reciente cambio en la relación insumo-producto son las principales causas. También la necesidad de liquidez de los productores. Y el avance agrícola en zonas donde se cerraron tambos.
El fin de semana se observaron las primeras sembradoras implantando trigo en el centro santafesino, situación que marcó el inicio de la cosecha fina y con ello un nuevo ciclo agrícola en la provincia.
Según el reporte semanal del Sistema de Estimaciones Agrícolas, que difunde la Bolsa de Comercio de Santa Fe, "la fina" se inició "bajo óptimas condiciones ambientales y con disponibilidad de agua útil".
Las primeras estimaciones indican para este año una intención de siembra de 465.000 hectáreas, 28.500 más que las 436.500 implantadas en el año 2023, por lo que el área triguera se incrementaría (de cumplirse las expectativas de siembra) alrededor del 6 %. Se trata, dijo el director técnico del SEA, Rubén Walter, de "la mayor superficie proyectada en 14 años" para el área bajo estudio, que comprende los departamentos San Martín, San Jerónimo, La Capital, Las Colonias, Castellanos, San Cristóbal, San Justo, Garay, San Javier, General Obligado, Vera y 9 de Julio. La tendencia, añadió, es más notoria "al sur de la Ruta 70".
Los primeros movimientos se observaron en el centro sur de San Martín y algún lote en San Jerónimo y Sur de Castellanos. En localidades como Colonia Belgrano, San Martín de las Escobas y Piamonte se vieron máquinas en acción durante el último fin de semana. En cambio en el norte, donde suelen implantarse los primeros potreros santafesinos, las labores aún no pudieron comenzar por los excesos hídricos que mantienen los suelos demasiado blandos para soportar la maquinaria.
Varios son los factores que inciden en esta tendencia, que se creía podría ser contraria hasta hace pocas semanas por el bajo precio del cereal. El principal es la disponibilidad de humedad en el perfil, un aspecto clave para el cultivo que transita la mayor parte de su ciclo durante los meses invernales, que se caracterizan por ser de lluvias escasas. "Este año hay muy buena disponibilidad de humedad en el inicio del ciclo, que anticipa un arranque y desarrollo del cultivo sin inconvenientes", indicó Walter.
Por otra parte, incidió el cambio favorable en la relación insumo-producto que se produjo en las últimas semanas, a partir de la suba en la cotización del grano y una baja en los fertilizantes. "Dieron cierto empuje", añadió el técnico.
Pero también se contempla otra causal, mucho menos agradable. "Se viene observando el avance sobre algunas áreas donde se abandonó la actividad lechera", indicó el director del SEA. Si bien no son grandes superficies, también han aportado hectáreas a la agricultura en los últimos ciclos. Esto se corroboró en distintos sectores de La Capital, Las Colonias, Castellanos y el oeste de San Cristóbal. "Son cambios que se van consolidando", apuntó. Y, según sus observaciones, una gran mayoría de estos "ex tamberos" directamente deciden arrendar el campo, fundamentalmente porque no cuentan con las herramientas o el personal para dedicarse a la agricultura. El cambio ya se notó el año pasado, con la siembra de soja, en distritos como Eusebia, Clucellas, Colonia Iturraspe y Aurelia, entre otros.
Finalmente, Walter sumó a las razones que impulsan la siembra de trigo la necesidad de liquidez de los agricultores. Algunos perdieron el maíz tardío con la chicharrita, mientras otros sufren descuentos en la cosecha de soja a causa de los problemas de calidad que ocasionó el clima (golpes de calor en el verano, excesos de humedad en la recolección). Vale decir, además, que arrastran dificultades económicas de los ciclos anteriores, duramente castigados por la seguidilla de tres años de sequía a causa de La Niña.
Afortunadamente, el informe SEA reporta "muy buena" disponibilidad de agua útil en los primeros 20 cm de los suelos de la región. Incluso con "importantes sectores" que presentaron excesos hídricos, por encontrarse en posiciones topográficas bajas.