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Científicos de CONICET argumentaron que tal cosa es imposible. Sobre todo porque la carga viajó 55 días en barco y luego transitó el gigante asiático por tierra durante 8 días más.
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La supuesta detección de material genético de CODIV-19 en el envoltorio de una partida de carne argentina en China motivó la elaboración de un documento de expertos de CONICET en el que se descarta que tal cosa sea posible. Y no sólo se basan en la bibliografía existente en el aspecto técnico, sino que también describen datos objetivos que relativizan la posibilidad de que la aparente contaminación se haya producido en el país.
El trabajo se difundió en simultáneo con la decisión de las autoridades sanitarias chinas de suspender temporalmente al Frigorífico Gorina de La Plata (BsAs) por ser el despachante de la partida en la que -tras dos meses de viaje- la semana pasada se informó la detección de ARN del virus en el empaque de cartón. Y que, en las últimas horas, también trascendiera que podría haber ocurrido lo mismo con mercadería del frigorífico santafesino Rafaela Alimentos.
Con la firma de los doctores Eduardo López (infectólogo, UBA), Carlos van Gelderen (veterinario, CONICET), Juan Martín Oteiza (biólogo, CONICET), Marcelo Singoniri (veterinario y biotecnólogo, CONICET) y Geardo Leota (bacteriólogo clínico e industrial, CONICET), el trabajo resalta en primer término que hay tres cuestiones clave que carecen de evidencia científica: que los virus que causan enfermedades respiratorias en humanos se transmitan por alimentos; que los animales de consumo se enfermen o lo transmitan; ni que el SARS-CoV-2 se transmite mediante la carne de animales o peces de consumo. También remarcan que la pandemia no es una crisis de inocuidad alimentaria; que la principal vía de transmisión es entre personas por la expulsión de partículas infectadas.
Sobre la posibilidad de contagio a través de materiales inertes, el grupo de expertos aclararon que las autoridades nacionales llevan a cabo los controles pertinentes; que las plantas frigoríficas cumplen los protocolos preventivos con rigor; que el virus puede inactivarse mediante los Procedimientos Operativos Estandarizados de Saneamiento (POES); y, sobre todo, que la supervivencia de SARS-CoV-2 en superficies -según experimentos ad hoc- se “estima un máximo de sobrevida de 7 días en plásticos y en acero inoxidable”. Y agregan: “sin embargo no hay evidencia científica hasta el momento que demuestre que el virus pueda transmitirse por esa vía”.
Dicho eso, destacan que la detección se hizo en un empaque de cartón y no en el producto argentino. “Debido a su estructura, se considera que el cartón es una superficie porosa y que el material genético fue encontrado luego de un viaje marítimo de 55 días y luego de 8 días de movilización y manipuleo terrestre dentro de China”, agregan. Tras lo cual insisten: “cabe mencionar que no existe bibliografía científica que demuestre que el virus sea viable luego de 60 días en condiciones similares a las de un viaje de estas características”.
En la argumentación también sostienen que haber detectado ARN viral en una muestra “no implica que la misma contenga partículas virales infectivas”. Por lo que es erróneo, a partir de un resultado positivo de PCR, inferir la presencia de virus infectivo. “Inclusive, en humanos recuperados de COVID-19 se ha encontrado hisopado positivos con PCR, pero cultivos virales negativos”.